CAPITULO VI
¿MONA VESTIDA DE QUE...?
Tome mi diario que estaba en mi mochila, lo llevaba a todos lados desde hacía un tiempo me ayudaba a descargar mi rabia, mi dolor, todo lo que sentía esta entre esas páginas.
Quiero pensar que se puede cambiar la vida si lo intentas… haría todo lo que estuviera a mi alcance por que el me mirara así, de la misma manera que la mira a Nicole. Tan solo una vez.
Estuve a tu lado todos estos años y cuando te hablaba tu acaso ¿no me oías? y cuando estuve a tu lado ¿nunca me viste?, siempre fui invisible para vos. Cerré el cuaderno al ver venir al profesor de inglés una de mis materias favoritas ya que uno de mis sueños era alguna vez ir a estudiar en Londres, seguí atendiendo a la clase que se tornaba cada vez más aburrida, ya que mi mente no se concentraba entre los answers and cuestions que nos había dado el profesor para hacer durante la clase y mis sentimientos frustrados al notar que había cambiado mi look inútilmente.
Ese día tenía la competencia de natación, así que al terminar la competición fuimos a las duchas, la verdad no me sentía muy feliz pese a que tenía nuevo look y había ganado la prueba de natación para el campeonato nacional, un profundo miedo comenzó a llenarme al notar el resentimiento y odio que me mostraba Analía y sus amigas, cada vez que me miraba desde su cubículo, el ganarle a la chica más popular de la Escuela para algunos podría haber sido lo más emocionante pero para mí era un suicidio, ella nunca me había querido siempre fui una una especie de rata inservible y yo la verdad nunca me había defendido, no hasta ahora.
Todo resultaba estar bien las chicas me felicitaban, reíamos de lo sucedido. Me dirigí a mi armario para sacar mi toalla así podía bañarme, Lena y Alma se aproximaron para informarme que ellas me esperarían afuera porque debían hacer unos trámites en celaduría. Yo asentí con mi cabeza y con una sonrisa me despedí de ellas como si nada fuera a pasar. Todo parecía ser tan normal, tan tranquilo.
Entre a las duchas, no me di cuenta, pero, en unos minutos me encontraba completamente sola en el vestuario, miré alrededor y me pareció extraño tanto silencio, solo el agua con presión que caía al piso lograba ser lo único que se oía en el lugar.
Pasaron los minutos y una pequeña tranquilidad llego a mí, en esos pocos segundos mientras enjabonaba ni cabello con shampoo, la única imagen que lograba emitir mi cabeza era a Caleb que desde las gradas aplaudía mi triunfo. Su rostro, sus ojos, sus manos, su boca era la más hermosa imagen que me regalaba la memoria, plenamente enamorada de él. Sonreí y me sonroje por un instante si alguien me viera diría que estoy loca, pero seguí aprovechando ese minuto de soledad en la ducha. Terminaba de enjabonarme cuando un terrible golpe en la cabeza me tiro al suelo haciendo que con cabeza chocara con la pared de la ducha. Pude mirar hacia arriba y logré ver a Analía dándome de patadas en el estómago mientras yo llena de impotencia y totalmente vulnerable intentaba cubrirme, me encogí haciéndome un ovillo, pero nada me cubría de sus patadas.
_ves eso te pasa por hacerte la linda con quien no debes… decía Analía con odio prácticamente a los gritos en el vestuario, sin parar de golpearme.
Adolorida, no logre comprender nada de lo que sucedía en ese momento, sin poder reaccionar, sin poder defenderme, prácticamente deje que me golpeara hasta más no poder. Mis brazos y mis piernas se sentían como gelatina, no podía reaccionar, no podía levantarme, ni gritar para pedir ayuda, me quede ahí, quieta dejando que Analía se desquitará.
Con mi voz entre cortada quería gritar, pedir auxilio, pero no podía por los golpes que ella daba contra mi pecho cara y abdomen dejándome sin aire en mis pulmones.
¿Que hice mal para recibir esto? Me preguntaba tendida en el suelo mientras Analía a los gritos decía que me lo merecía por engreída, por creída. ¿Qué tanto era lo que me odiaba? Por lo visto era mucho, tanto que había logrado hacerla reaccionar de tal manera.
Siempre pensé porque le caí tan mal desde el primer momento que nos vimos ella tuvo resentimiento, odio hacia mí. ¿Qué podía despertar tanta ira en una persona?, si yo solo era una simple fracasada sin madre, sin padre criada por un hermano que había dejado su vida de lado para encaminar la mía, que podía generar en ella ¿Que pensaba cada vez que me veía? Si ni siquiera lograba pagar la cuota del Instituto, de suerte podía vestir lo que traía gracias al cariño y comprensión de Pam y Lena que siempre me consideraron de la familia o decirlo de otra manera siempre viví de la lastima y la limosna que los demás sintieron por mí.
¿Por qué tanto odio? Mientras veía desde el suelo ese acto de maldad extrema, logre decir con un hilo de voz _Ya basta, no más…
Unas de las amigas de Analía la tomo del brazo y tironeándola para que se detuviera le advirtió _ ¡para!, ¿qué te pasa? la quieres matar… ¡déjala!!! Basta Ana, ¡basta!!! No olvidare a Leila queriendo ayudarme, ya quizás un poco tarde, pero ver la desesperación en su mirada era la prueba que me había despedazado a golpes.
Analía por su parte estaba sacada, desorientada, poseída. Cuando se detuvo, me miro con rabia y resentimiento como si yo le hubiera sacado algo que a ella le pertenecía; por un instante quise justificarla, pero no pude.
Una vez que termino su trabajo, se agacho para hablarme al oído, me miro en el piso como si mi imagen sirviera para una foto y con rabia en su vos me dijo marcando con su dedo índice _no te atrevas a creerte mejor que yo, porque no lo eres… basura insignificante, no eres nada, por más ropa y maquillaje que te pongas nunca dejaras de ser una simple Mierda. ¡Me oíste!!! Eres más que pura ¡MIERDA!!!
Leila trataba de apartarla de mí, pero, la fuerza de Analía era mayor y cada tirón que ella hacía para alejarla para Analía solo le bastaba mover el cuerpo para que volviera a lanzarse contra mí.
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Editado: 11.06.2020