La Cueva

Capítulo II

Al rato de andar por aquella senda intrincada e interminable,se encontraron al fin frente a la boca de una enorme y oscura cueva.Aquí  y allá se veían tirados en desorden sobre la hierba,varios huesos amarillentos y roidos presuntamente por coyotes o algún otro depredador,pero al observarlos bien,llegaron a la terrible conclusión de que se trataba de despojos  humanos.Los muchachos vacilaron un instante,pero luego de mirar hacia atrás, donde las últimas luces del crepúsculo estaban a punto de apagarse,se decidieron y entraron al oscuro laberinto donde puntiagudas rocas emergian amenazadoras desde el techo y el suelo resbaladizo. 

Tanteando las paredes para evitar una caída, los jóvenes avanzaban en medio de la más profundas tinieblas .Parecían ir cuesta abajo,pues el terreno era demasiado inclinado y las paredes estaban cubiertas de un líquido pegajoso que se adheria a sus manos.De repente cayeron atropelladamente en el fondo de un lago de aguas oscuras y pestilentes.Tarde se percataron de que aquellas aguas viscosas contenían un alto porcentaje de ácido.Agarrándose desesperadamente a los bordes,trataron de salir a toda prisa,pero dos de los muchachos no lo lograron y fueron desintegrados por completo en aquel líquido corrosivo.

Sandy y el resto lograron escalar hasta la superficie.Aterrados,llenos de quemaduras y angustiados, se sentaron tratando de atisbar entre las sombras algún indicio de salida en aquella trampa maloliente y opresiva donde se encontraban atrapados.

-Tenemos que regresar,la anciana nos engañó ,busquemos de nuevo la entrada y retomemos el camino del bosque-dijo Sandy limpiandose los restos de aquella baba tóxica. 

-Tienes razón, aquí no hay ninguna salida,sólo nos espera oscuridad y muerte,afuera tendremos más posibilidades de que alguien nos encuentre y nos ayude a regresar a casa-respondió hiperventilando de miedo otra de las muchachas. 

Comenzaron a desandar por los tortuosos recovecos glutinosos y sombrios.A medida que avanzaban desaparecían las esperanzas de volver al exterior y en su desesperación, se enredaban en vueltas en círculos para regresar al mismo punto.Agotados  y sintiendose perdidos, comenzaron a gritar por ayuda,cuando un brusco deslizamiento del suelo los hizo caer resbalando vertiginosamente.Cuando al fin cesó todo movimiento, se incorporaron,y para su sorpresa, la boca de la cueva se encontraba a pocos pasos de donde se encontraban. 

La alegría de los jóvenes era inmensa,-¡¡estamos salvados!!-gritaban abrazandose entre lágrimas. Rápidamente echaron  a correr hacia la tenue luz que se filtraba por la abertura.Ya casi podían saborear el aire fresco nocturno cuando una voz conocida los paralizó. A la entrada de la cueva,la anciana gesticulaba y parecía acariciar a algo o alguien mientras le decía-Hijo querido, ¿te gustó la comida que te envié ?.

Los muchachos sintieron un escalofrío que recorrió su espina dorsal .La entrada de la cueva comenzó a cerrarse desdibujando la figura macabra de la mujer,y lo que ellos creyeron al principio que eran rocas puntiagudas, se clavaron lentamente en sus carnes, y poco a poco sus cuerpos se deshicieron en pequeñas partículas de músculos y tendones triturados,cuando la extraña y gigantesca criatura comenzó a masticar. 

FIN




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