¿la decisión correcta? (borrador)

CAPITULO 1

Manuel despertó como todas las mañas al sonar su alarma, se levantó de la cama rápido para no despertar a su esposa y que pudiera dormir unos minutos más; Cathia al sentir la cama fría y vacía despertó buscando a su esposo y el ruido de la ducha le dio el indicativo de donde se encontraba, así que emprendió a hacer sus actividades diarias como tenían acostumbrado los últimos siete años juntos. 

Cathia preparo desayunos y almuerzos para la escuela de los niños y el trabajo de su esposo, mientras él se preparaba para su trabajo; al tener todo listo se dispuso a prepararse ella para continuar con sus labores fuera de casa y por eso subió a su habitación a tomar una ducha y cambiarse de ropa mientras su esposo junto a sus hijos desayunaban en la cocina. 

Ya todos listos para salir de casa, Cathia acompaño a los niños al transporte escolar frente a su casa y Manuel alistaba los últimos detalles antes de ir a la oficina.

Estaba a punto de partir Manuel cuando llamo a su esposa para que bajara y lo encontrara en la puerta.

-¡Cariño!!

-¿Que pasa Manuel?!!- respondió Cathia un poco alarmada por la repentina llamada de su esposo el cual ya habia despedido.

-Cariño, ya he pensado muy bien el asunto de que vuelvas a trabajar y estoy seguro que nos adaptáremos a la situación, pero acepto tu ayuda con los gastos, solo porque me comen la cabeza dia y noche.- Comento Manuel un poco nervioso porque tenían tiempo hablando como podrían organizarse para que ambos trabajarán y siempre terminaban discutiendo, porque ninguno ponía mucho de su parte.

-¡Encerio cariño!!!- comentó Cathia animada por poder ayudar a su esposo. -Me alegra que esta vez podamos organizarnos mejor.

-Claro, yo se que es un poco difícil poder acordar algo por las responsabilidades que tengo, el estar largas jornadas en el trabajo sabes que me matan, pero con tu sueldo puedo cortar horario en la oficina para estar con los niños si es necesario.

-Gracias por apoyarme, tu sabes que lo hago para que podamos compartir mas tiempo en familia y esos gastos que nos sorprendieron a principios de año queden saldados y tal vez esta vez si ir de vacaciones al lago que querían los niños en navidad.

Cathia sabia que ese uniforme que compro su esposo no estaba presupuestado en el gasto del mes de febrero, ni tampoco la reparación de la computadora y mucho menos la visita al médico de urgencia por el pequeño accidente en el área de juegos del colegio de los niños con su hijo menor, hace unas cuantas semanas, y que aun asi los habían enfrentado, pero el pago de la hipoteca se había atrasado un par de meses y si no hacían algo al respecto pronto podrían quedar en la calle. 

Se despidieron por segunda ocasión y Manuel subió a su modesto auto rumbo a la oficina de contabilidad donde trabajaba ya hace cuatro años asesorando a pequeñas empresas en sus finanzas.

Cathia queria llamar a su mejor amiga para compartir su alegría y que tambien le ayudara con la búsqueda de su nuevo empleo. Claro que no seria tarea fácil, si en su momento a Manuel le habría costado un par de semanas encontrar un empleo decente con sus estudios que poseía a Cathia con la educación que había sido abandonada por el casarse, le seria casi imposible, pero ella  sabía que no le temía a los nuevos retos, al contrario, la animaban para esforzarse y al momento de cumplirlos disfrutar mas sus logros, y eso  haría, encontrar un buen empleo para que su familia tuviera un futuro mejor. 

Cuando perdió de vista a Manuel, Cathia entró a su casa dispuesta a hacer esa llamada a su amiga Marian, pero al ver los platos sucios sobre el desayunador y las múltiples tareas que tenia que realizar decidió primero cumplir con las tareas de limpieza de su hogar y después poder realizar las actividades que le vinieran en gana con más relajación.

Al terminar notó la hora y decidió mejor ir en busca de los víveres para su familia de cinco. Ya en el supermercado no dudo en comprar el diario que le ayudara con el reto de encontrar un empleo y no solo depender de la ayuda que  pediría.

Cuando volvió a casa, por fin podría tener esa conversación que había decidido tener despues de que su esposo le dijera que aceptaba su ayuda con los gastos.

Cathia tomo el teléfono y marco ese numero que sabía de memoria desde que tenia 13 años y al tercer tono escuchó esa voz que reconocía claramente. 

-Hola Catita!!! Que sorpresa que me llamas.




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