Luicus se encontraba desesperado, casi el miedo factible pensando lo peor si le preguntaras cual era su mayor miedo sin duda eran los barcos, prefiere un largo viaje en carruaje, pero sin duda habia sido por una buena causa pero las pesadillas eran lo peor despertar a media noche con unas inmensas ganas de devolver todo lo ingerido, odia aquella cosa, no sabia como había personas amante de aquello, incluida su hermana Rosalía; habian sido tres largos meses habia ido a Escocia a consolar a su buen amigo Edmun, esta desecho sin duda perder al amor de su vida meses después de dar a luz a su pequeña hija.
Observo el techo del pequeño camarote donde se encontraba, era cómodo si no se podia negar pero estar asi acostado y sentir todo moverse no es nada agradable no entendía como a su padre le encantaba estar en estas cosas hasta por un meses en ir a América o a las indias, no se arriesgaria a tanto, además de aquello lo agotador que era, ya quería llegar a Londres había extrañado a su loca hermana y su madre, moría de ganas de conocer a su sobrino según las cartas de su hermano se parecía a el duque.
Aunque por otra parte pensaba y pensaba, soporta a su madre diciendole que tendria que darle un heredero al deucado, si lo sabia, tal vez, porqué no pensó; casarse con aquella jovencita que traía en sus pensamientos, pero sabia que debia hacer lo correcto, un buen cortejo ella se merecía eso y mucho más.
Anabell, la habia ayudado hace un año cuando la madre de esta estaba decidida a casarla con el conde de Printons, un hombre muy mayor para ella y con una reputación horrible con sus antiguas esposas, sin duda aquel hombre lo que más le importaba eran el dinero y propiedas asi que habian llegado a un trato.
Todavia recordado como aquella mujer lo beso tomandolo por sorpresa, sus labios eran finos y carnosos, aunque allá sido un beso inocente desperto muchos sentimientos en él, aunque días después ella parecia huir de su presencia como si fuera la misma peste.
Se levanto de la cama tambaleándose un poco todavía no acostumbrado aquel vaiven, aquel escrito que consideraba muy grande para aquel camarote se sentó, aunque imagino que estan a pocos horas de llegar al puerto se dispuso a escribir una carta que enviaría apenas llegará ya que no habia tenido tiempo para responderle a la joven.
(Fragmento de la carte)
Querida mía, no sabes cuánto te he extrañado estos meses y se que has de preocuparte por no haber respondido tu anterior carta la cual me dejo un tanto confuso, espero podamos hablar de eso, tengo que contarte muchas cosas amada, ansío de verte, y pasar la tarde con vos contemplado las hermosas tardes de Londres, espero que me hayas hechado de menos como lo he hecho yo.
Espero verte.
Solo tuyo Luicus Marqués de Suffolk.
Doce horas después el barco habia llegado al embarcadero, el cual se encontraba como siempre totalmente abarrotada y muy escandaloso, al desembarca no sabia porque se hallaba tan inquieto, sentía una corazonada un sentimiento en su corazón, cogió su maleta apartando aquella sensación.
Al bajar de este se encontro a su madre, lucia como siempre aunque podia decir que la edad empezaba a pasarle factura, al llegar junto a ella la abrazo y la alzo un poco tomandola por sorpresa. Se sentía como un niño pequeño, de nuevo.
—Madre no sabes cuanto la he extrañado—dijo el marques con un nudo en el estómago, beso la frente de su madre y la sostuvo un rato así; impotandole un comino la mirada irritada de las personas ante la escena que presencia ante ellos.
—Y yo hijo mío, me has hecho tanta falta mi niño—dijo ella con un mastis orgulloso en su voz—, pero cuéntame cariño que tal el vieje ¿Cómo esta Edmun?
Luicus sintió tristeza ante la mención de su amigo, contandole a su madre todo cuando caminaron hasta el coche que los esperaba.
Revista secretos de sociedad
Dicen por ahi que vieron al Marqués de Suffolk volver de su largo viaje de Escocia, y tambien dicen que con ánimos de casarse; y como siempre queridas damas os traigo una cotilla nueva.
LordL, afirma estar dispuesto a nuevas cosas y una de ellas es casarse pero quien es la afortunada.
Aqui os dejó algo pequeñito, y empezamos a pensar.
Querida mía, no sabes cuánto te he extrañado estos meses y se que has de preocuparte por no haber respondido tu anterior carta la cual me dejo un tanto confuso, espero podamos hablar de eso, tengo que contarte muchas cosas amada, ansío de verte, y pasar la tarde con vos contemplado las hermosas tardes de Londres, espero que me hayas hechado de menos como lo he hecho yo.
Espero verte.
Solo tuyo Luicus Marqués de Suffolk.
¿Quién es la joven afortunada?