La desesperación del Alfa.

CAPÍTULO 14

AVISO: +18

Muchas gracias por leer, espero tengan un bonito dia. Muchos besos y probablemente a partir de hoy tengamos cositas mas candentes.

Disfruten.

 

 

 

 

Isa

Nunca habia sido buena para dormir con alguien, ni siquiera con mis amigas en las practicas, siempre procuraba establecer un espacio de minimo medio metro para no compartir respiraciones, me despertaba incluso si se acercaban dormidas pero al parecer mi cuerpo se apago mientras compartia la cama con mi secuestrador, porque al abrir los ojos me horrorice.

Estábamos tomados de la mano y frente a frente, mi nariz casi tocando la suya. El sol entraba por la ventana y me di cuenta que ya no volabamos, estabamos en tierra y muy apacibles, no habia ruido a nuestro al rededor solo nuestras respiraciones.

 Me quede mirando sus largas pestañas rubias y como caia un mechon largo de cabello por su rostro, su nariz perfecta y sus labios ligeramente abiertos y sonrosados, cuando solto un suspiro y abrio los ojos me quede inmovil. 

— Buenos dias, espero que hayas dormido bien— Su voz baja y ronca por el sueño me acaricio, una sonrisa genuina curvo mis labios y asenti, era una imagen tan hogareña, él y yo despertando juntos en una cama, como si pertenecieramos aqui. Y eso fue lo que me despertó, yo no estaba aqui por que así lo queria, yo estaba aqui porque él me habia secuestrado en algun intento extraño de venganza, en mi prisa por alejarme de el lo mas rapido posible, rode de la cama con las sabanas en vueltas en mis piernas, cai y luego aturdida me dirigi al baño.




Nicolas

A penas cerré los ojos me quedé profundamente dormido, la paz que me causo dormir junto a ella fue gloriosa. Saber que ella estaba segura y a mi lado fue un balsamo en mi alma torturada.

Ninguna pesadilla vino por mi, no esta noche.

Pero algo que definitivamente me perseguiría seria abrir los ojos y contemplar sus rizos despeinados, sus ojos rasgados ligeramente hinchados por el sueño y tan cerca de mi que podía ver los pequeños vellos en su rostro, su deliciosa piel como durazno. Y esa sonrisa, mierda. Estaba cayendo como un loco por ella, estaba envuelto en su dedo. La vi rodar avergonzada por el piso e ir en cuatro al baño, supongo que esa era la forma en la que tendríamos que empezar el dia.

Me levante y me vesti rápidamente, la esperaría a fuera y asi podríamos desayunar.

 

 

Isa

 

Al salir del baño me encontraba sola, asi que camine y lo encontré comodamente sentado en las butacas del avión, esperándome. Al verme salir, se levanto y me volvió a golpear su belleza, mierda. El cabron era precioso.

De nuevo vestia con un traje de tres piezas pero no llevaba baston, el cabello rubio recogido a la espalda en una coleta, quería pasar los dedos por él y desordenarno, todo él, arrebatarle toda su pulcritud pero reprimi mis deseos y solo le mantuve la mirada.

—Buenos días, espero que hayas dormido bien— Su sonrisa era educada pero tenia un brillo coqueto en la mirada, solo asi de fácil quería golpearlo—Iremos a desayunar, espero que no te moleste pero elegi el restaurante.

Queria una respuesta? Que esperaba? Reprimi un suspiro y solo sonreí a medias.

Me dio el paso y baje, nos esperaba un auto de lujo con chofer. Sabia que tenia dinero pero aun asi me abrumaba.

Cuando nos estacionamos frente a una linda cafetería francesa me sorprendi, realmente no esperaba esto, el lugar era lindo pero definitiva no era el restaurante elegante que esperaba, aunque cuando lo pensaba mejor quizá no quería llevarme a un lugar donde fuera conocido por si me volvía loca, pero yo no lo haría. Claro que no, un hombre que tiene los recursos necesarios para llevar a un ejercito al bosque y secuestrarme no tendría problemas con acallarme o comprar a la policía. Estaba nuevamente, atascada.

Caminamos del brazo y en silencio hasta que nos detuvimos en las puertas:—Me encanta este lugar, espero que a ti te guste.

Su sonrisa aunque pequeña fue sincera y me sorprendi con lo comoda que me sentía.

Síndrome de Estocolmo, check.

 

—Nick, mon cher—Una mujer con sonrisa suave salió de la cocina cubierta de harina y sin dudarlo le planto dos besos en la mejilla a mi chico, para después desbordar un torrente de palabras en francés.

—Kattie, ella es Isabel. Isabel, te presento a Kattie, su cafetería es la mejor de la zona—La sonrisa de Nicolas transformaba su rostro, se veía tan cálido que me dolio el pecho de anhelo. Como no quería ser grosera me dirigi a la mujer con una sonrisa.

—Un gusto.

Pero para ella no fue suficiente asi que me planto dos besos y me rei suavemente, todo el tiempo había hablado en frences pero cuando miro a Nick, hablo con un claro acento en español.

—Asi que esta señorita es Isabel…—El rostro nacarado de Nicolas se volvió tan rojo que solte una carcajada, lo mire con media sonrisa y una ceja levantada. Este cambio era interesante, había hablado de mi con Kattie, quien por lo que podía ver era un tanto cercana a él.

—Podemos ir a la mesa? —Su voz fue un poco estrangulada pero decidí dejarlo pasar, solo por esta vez…

 

Mi debilidad siempre había sido el pastel de chocolate y mis michelines lo atestiguaban pero cuando llego a la mesa la tarta de manzana casi se me salen lo ojos, era una gloria. El aroma de la canela me llamaba y ¿cuando Nic solto un pequeño gemido de placer? Casi me desmayo.

Me trague el mazacote en el que se había convertido el bocado de pastel y baje la mirada.

—¿Quieres probar la tarta?—Nicolas me miraba desde el otro lado de la mesa, tal vez había adivinado mis malditos pensamientos lujuriosos— ¿Sabes…? En todo el tiempo que llevo viniendo a este lugar nunca he pedido el pastel de chocolate, parece delicioso…




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