Capítulo 28

El sol sigue arriba, pues como mucho han de ser las cuatro y media. Como hace rato, hay una brisa leve, por lo que el clima es agradable. Se nos ocurrió ir a la playa, pero sería un desastre arruinar nuestra ropa con la arena, así que simplemente caminamos en dirección a esta, para quedarnos un par de metros lejos del límite entre el pasto y la arena. Allí nos sentamos.

—Falta poco para que todo esto acabe —menciona.

—Sí, esta semana fue como un mes entero. Superó mis inexistentes expectativas —menciono—. ¿Tú tenías alguna?

Me da curiosidad, porque yo no tenía ninguna. Supuse que serían días normales en un ambiente distinto. Creí que solo pasearía, que no ocurriría nada fuera de normal, y no pude estar más equivocada. Esta semana fue una locura, una donde pude conocer mucho de mí misma y experimentar cosas nuevas, como el haber conseguido dos amigos en circunstancias extrañas, y a un novio de manera aún más rara.

¿Será lo mismo para él?

—Creí que acabaría borracho, más de una sola vez —apoya sus manos en el pasto—. Solo pensaba en lo divertido que sería y, siendo sincero, tenía en mente enamorarte de alguna forma, solo que no me imaginé que fuese a lograrlo. ¿Qué fue exactamente lo que hice para conseguirlo? —pregunta, sonriente.

—Cuando me vi a mí misma esperando un mensaje tuyo luego de conocernos, supuse que algo andaba mal, así que no hiciste nada, simplemente así pasó —me encojo de hombros—. Lo que concluyó en una relación fue tu bendita perseverancia.

Le miro a los ojos, a esos ojos azul claro que parecen comprenderme más de lo que pensé en un principio. Desde las primeras palabras que intercambiamos, supe que nos entenderíamos aun siendo tan contrarios, aunque ni en mis más locos sueños creí que encajaríamos lo suficiente como para querer tener al otro a un lado de esta manera.

—Diría ''amor a primera vista'' pero esa estupidez no existe. Amar requiere más que una mirada —asegura.

—¿Crees que ya nos amamos o algo por el estilo?

—El amor no tiene un concepto muy claro, así que, según mi punto de vista, esto es un amor potencial. Acabamos de empezar a salir, así que creo que luego de que nos conozcamos más, sepamos qué otras cosas nos gustan y disgustan del otro, pasemos por momentos complicados y sepamos qué queremos para nuestro futuro, es que podremos decir que es amor verdadero, o si solo es algo pasajero.

—Es de las cosas más inteligentes que te he oído decir —me acerco un poco más a él, cruzando mis piernas—. La verdad me da lo mismo, solo sé que quiero que sigas siendo parte de mi vida.

Jarek no responde, en lugar de eso se inclina hacia mí sonriente.

—¿Me concedes esta pieza? —pregunta, levantando su mano.

—¿Cuál pieza? No se escuchan ni las vibraciones de dentro del salón —alzo una ceja.

De todas formas, tomo su mano y me ayuda a levantarme de nuevo.

—I found a love for me —comienza a cantar, mientras pone ambas manos en mi cintura.

—Ah, buena jugada —digo, colgándome de su cuello.

—Darling just dive right in, and follow my lead —comenzamos a movernos de lado a lado, él no despega sus ojos de los míos—. I found a girl beautiful and sweet.

—Sí, sobre todo eso ultimo —comento, sarcástica. Él se aguanta la risa.

—I never knew you were that someone waiting for me —ahora estamos girando lentamente—. Cause we were just kids when we fell in love...

—Ni tan niños, tenemos dieciocho.

—Not knowing what it was.

—Concuerdo.

—I will not give you up this time —suelta una risita que hace que desafine un poco—. Darling just Kiss me slow, your heart is all I own. And in your eyes you're holding mine —me toma de una mano y me hace dar una vuelta—. Baby, i'm dancing in the dark.

—Es de día, pero...

—With you between my arms. Barefoot on the grass, we're listening to our favourite song.

—Ni de cerca mi favorita.

—Eres imposible, Camille Mulligan —Jarek vuelve a reírse y deja de cantar, pero seguimos bailando.

—Lo siento, siempre estoy predispuesta a romper el romance.

—No haz roto nada —me sonríe—. Hay una versión de la canción con Beyonce, podríamos montar un musical justo aquí, sería interesante.

—Eso no pasara, canto horrible. Sigue tú —pido, poniendo mi cabeza en su pecho.

Y sigue.

Yo disfruto del momento, sin temer que alguien salga del salón y nos vea teniendo esta cursi escena. Da lo mismo, que nos vean, aguantar mis ganas de tenerlo cerca todo el tiempo es contraproducente, pues mientras más me lo guardo, más se acumula, y acabará por ser un terremoto de cursilerías brutal. Liberar esa energía de a poco es lo más lógico, ¿no?

Termina de cantar, momento en el que levanto la cabeza para mirarlo. Me siento tan llena y feliz que deseo besarlo. Nuestra diferencia de altura hace que o él tenga que inclinarse, o yo tenga que ponerme de puntillas, y esta última se me hace bastante incomoda. ¿Qué si tropiezo y acabo cayéndome? ¿Qué si no alcanzo? Sin embargo, la idea de decirle que me bese me parece muy desesperada, aunque sé que lo haría con toda la alegría del mundo. No soy de las que piden cariño como si nada.

—En lugar de mirarme los labios así, solo pídeme que te bese —parece que el chico me lee la mente.

De inmediato aparto la vista. ¿Es tan obvio que le miraba los labios? Rayos.

—Idiota —mascullo.

—Oye, ¿por qué tan agresiva? —se ríe—. Tal vez deba besarte varias veces para que se te quite la vergüenza, ¿qué te parece? —dice con voz seductora, acercando su cara.

Ay, no, el Jarek fuckboy frustrado ha aparecido. ¿Me mantendré firme o le seguiré el juego?

O, mejor aún, haré ambas. No hay que renunciar a las viejas costumbres.

—Para que puedas hacer eso —comienzo, con la voz suave, poniendo mis manos en su pecho—. Tendrás que atraparme primero —le empujo antes de salir corriendo, dejando atrás mis tacones y agarrando el vestido para que no me moleste.