Tanto Iziaslav como Iyul, y una vez que llegaron a sus viviendas, parecían igualmente abatidos, de modo que, a pesar de ya Mia y Kyv conocían la historia de Dylan, era más que todo por el hecho de que era el protagonista del fin de la maldición Siglair sobre los Yaroslávich, pero esa noche escucharon la historia de principio a fin y desde la perspectiva de sus maridos, y si bien no era que difiriese mucho, Iyul estaba sintiéndose miserable pensando en lo dicho por Lucien, y la idea de que Dylan lo mirase con resentimiento o desconfianza, le dolía horrores, porque si para el momento en el que se hizo cargo de su entrenamiento no había ningún lazo afectivo entre ellos, no era el caso ahora.
La situación de Iziaslav era diferente, pues él había sentido primero un afecto inexplicable por Dylan casi desde el minuto cero, y aunque ahora sabía que eso se había debido a que de forma inconsciente había percibido en él la esencia de Andrei, la realidad era que en aquel entonces la personalidad, la honestidad y la casi inocencia de Dylan se habían ganado velozmente su amor paternal, y lo que estaba haciendo ahora era un doloroso repaso de lo duro que había sido el destino con aquel chico, y preguntándose si él había contribuido del algún modo a su infelicidad o si había dejado de hacer algo para ayudarlo, y ciertamente quería apalearse él mismo al recordar su empeño en que se relacionase con Eldir teniendo en cuenta como habían terminado las cosas con ella.
De modo que, aunque no lo sabían, Mia y Kyv amanecerían intentando darles algo de ánimo, y distrayéndolos de aquellos deprimentes pensamientos.
Istziar lo había tenido incluso peor, porque Derek no podía imaginar a Dylan de otra manera que no fuese como el padre que había sido a lo largo de todos aquellos años, y aunque Lucien sostenía que lo reconocería de inmediato, Derek temía que si era así, lo haría no como su hijo, sino como el hijo de Kendall, y en aquel momento, Istziar se sorprendería y se asustaría a partes iguales, pues Derek comenzó a vomitar el rencor y el odio que seguía albergando en contra de Kendall, y que él mismo creía superado, y en medio de ello, las ventanas estallaron, así como muchos de los objetos de la habitación.
Aunque Michel y como ya sabemos, ponía el mayor esfuerzo por no dejar que el dolor lo alcanzase, pues eso lo destruía, había estado tejiendo pensamientos alegres y optimistas con relación a la situación de Dylan, y había rescatado de lo dicho por Aleksèi y Haliq, únicamente las posibilidades de veloz recuperación, de modo que no se hallaba en el estado lamentable de los demás, pero siendo que estaba despierto, fue el primero en llegar al sentir la alteración.
Sofía tampoco estaba dormida, pero en su caso, solo estaba despotricando mentalmente en contra de Lucien, pues por su culpa habían sido expulsadas de la reunión. De modo que, al sentir la violenta alteración, también corrió hacia la fuente de la misma llegando casi junto con Michel. La cuestión fue que tras ellas llegaron Henri y Andro, pero el primero la sujetó para apartarla. Sin embargo, Andro tuvo que hacerlo en cuanto Henri entró, pues Sofía se tambaleó al sentir las manos de Henri sobre sus hombros.
Ella había intentado seguir el consejo de Michel, así que evitaba siquiera tropezarse con Henri, y aunque no siempre podía evitar verlo, como hacía poco en la reunión, hacía su mejor esfuerzo porque su mirada no se desviara hacia donde él estaba, de manera que la repentina sensación que experimentó en cuanto él la tocó, la hizo sentir mareada.
No obstante, todos tendrían que prestar la debida atención, porque Derek se hallaba en estado inmanejable y ya Istziar había perdido el conocimiento.
Michel y Henri estaban haciendo el máximo esfuerzo, pero el poder de Derek, y como sabemos, era del tipo peligroso, y aunque ellos dos lo compartían, Henri no era un Saint-Claire ni era Iván que le llevaba una grosera ventaja en años; y en el caso de Michel, y aunque si compartía la sangre con Derek, el mayor también le llevaba ventaja, así que estaban teniendo serios problemas.
Sofía también debió verlo, pues elevó las manos, cerró los ojos, y aunque a Andro le pareció que demoraba, lo que a su juicio demostraba el enorme poder de Derek, finalmente éste se quedó estático, sus ojos se aclararon y dejaron de sentir la presión, pero sin duda quien la estaba experimentando ahora era él, porque se llevó las manos a la cabeza, y un segundo después y cuando Sofía abrió los suyos, unas lágrimas se deslizaron por sus mejillas.
Era cierto que ella y teniendo el carácter que se gastaba, se había pelado muchas veces con su díscolo padre y lo había sacudido en más de una ocasión, pero nunca le había causado el daño que sabía le había ocasionado ahora. Cuando juzgó que ya Derek estaba en capacidad de por lo menos escuchar, dejó de ejercer la presión y él la miró con ira.
Como pudo, Henri se enderezó y se atravesó entre ellos, sujetando a Derek.
Aunque Derek parecía a punto de acomodarle un puñetazo, lo que tuvo que hacer fue sostenerlo, pues en verdad Henri había hecho aquello con las últimas fuerzas que le quedaban.
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Editado: 11.02.2023