Quince años no es un lapso de tiempo muy largo para un Devrig, pero para Dylan que aun podía considerarse en período de adaptación, era una eternidad. Siendo que nunca había sido especialmente afecto a socializar, y aunque ahora lo hacía mucho más que antes, pronto se aburrió de la vida que llevaba Lucien, que por el contrario parecía disfrutar mucho de aquello. De modo que comenzó a visitar con frecuencia a Iziaslav o a Istvan. Sus largas conversaciones con el primero, en las que en muchas ocasiones contaban con la presencia de Janos, siempre eran en extremo instructivas y poco a poco fue comprendiendo mejor el mundo al que ahora pertenecía y aprendiendo sobre las costumbres y la historia del mismo.
En una de esas muchas visitas, se encontró con un Janos especialmente triste, y luego de saludarlo se excusó y se marchó.
Eso, sin duda alguna era obvio, pero no sabiendo si sería oportuno preguntar, había decidido guardar silencio.
Dylan siguió en silencio, pero su mente trabajaba a toda marcha. Siempre había pensado que algo en el pasado de Janos lo atormentaba y mucho, pero siendo que todos aquellos sujetos tenían un muy largo pasado y habían llevado una vida en extremo salvaje, al menos durante mucho tiempo atrás, no tenía ni la más mínima idea de qué podía tratarse, pues Janos, a pesar de ser un excelente conversador y una fuente inagotable de conocimientos e información, nunca hablaba de su vida personal.
Aunque Dylan había aprendido y tenía muy claros los beneficios de la prudencia, eso no significaba que sintiese menos curiosidad y en ese momento Iziaslav sonrió.
Por un momento Dylan pensó que se trataba del momento en el que se había convertido en un Devrig, pero rápidamente fue sacado de su error cuando Iziaslav le refirió la historia de Anitchka en todos sus detalles, desde los más insignificantes hasta los más crudos, haciendo que Dylan pasase por todos los estados de ánimo posibles y al final de la historia estaba emocionalmente agotado.
Janos estaba emparentado por línea materna a Iziaslav, pero ni siquiera él mismo estaba muy seguro de en qué grado era el parentesco, porque del mismo modo que no prestaban mayor atención a las fechas, tampoco a los parentescos que no obedeciesen directamente al de padres, hijos y en algunos casos hermanos, ya que cuando las mujeres pasaban a manos del marido perdían casi todo contacto con sus familias, ya que a pesar de que su sociedad era tribal, muchos de estos individuos se desprendían de su tribu y formaban las propias o simplemente ya pertenecían a otra. De modo que Iolan nunca reconoció a Janos como pariente y solo le intersaba como guerrero.
Iziaslav tuvo dos hermanos y seis hermanas, de los cuales Anitchka y él eran los menores, y tanto ellos dos como otro de los hermanos, eran hijos de la segunda esposa de su padre, ya que la primera había muerto. Sus dos hermanos mayores murieron en batalla, a dos de sus hermanas no las volvió a ver una vez que fueron entregadas a sus maridos, otras dos fueron utilizadas por Iolan como moneda de intercambio, e Iziaslav estaba positivamente seguro que habían muerto, otra murió en un invierno especialmente crudo y solo quedaron Anitchka y él.
Janos había crecido con ellos, y aunque era tres años mayor que Iziaslav, fue más un hermano mayor que los propios, ya que ellos estaban muy ocupados disputándose la sucesión de la jefatura de la tribu aun cuando su padre seguía vivo. Como era de suponer, para lo único que eran entrenados era para guerrear y ambos resultaron salvajemente buenos para aquello.
Cuando Anitchka tuvo su primera menstruación, las mujeres encargadas de cuidar a los hijos de Iolan, le informaron que ya estaba lista para ser entregada a un marido. Cuando Iziaslav escuchó aquello sintió pánico, porque con sus otras hermanas no había tenido la misma relación de cercanía que tenía con Anitchka y no le había importado mucho cuando se habían marchado, pero no podía aceptar la idea de que a ella se la llevasen y no volver a verla, de modo que salió a toda carrera pensando en qué hacer para evitarlo. Pasada la medianoche, Janos extrañado de no haberlo visto a la hora que se reunieron para comer, salió a buscarlo y lo encontró sentado a la orilla del río. Después de escuchar lo que preocupaba al chico, le dijo que no se preocupara, porque él se encargaría de todo. Lo que Iziaslav no sabía en ese momento, era que su amigo estaba enamorado de la niña de las largas trenzas y solo había estado esperando el momento en que se anunciase que ya estaba apta para ser tomada como esposa.
Iolan no puso objeciones, después de todo Janos era uno de sus mejores guerreros y todo lo que le interesaba en vista de que las hijas no eran especialmente apreciadas por él, que las consideraba una carga, era deshacerse de aquella última responsabilidad. Todo marchó bien, se realizó la ceremonia de compromiso que dejaba establecido que Anitchka pertenecía a Janos y nadie podía acercársele, y solo restaba esperar a la primavera cuando se llevaría a cabo el matrimonio.
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Editado: 20.08.2021