Por mucho que Lucien lo intentó, no pudo cambiar la decisión de Dylan y ni siquiera consideró seguir el consejo de Italr quien le dijo que acudiese a su padre, porque él sabía que eso no iba a favorecerlo, o al menos estaba bastante seguro de eso. La razón para esto era que estaba perfectamente al tanto de lo sucedido cuando Yvaylo le refirió a Iziaslav los pormenores de la visita hecha por Dylan a Swaney.
Istvan había mirado a Yvaylo con curiosidad, mientras que Iziaslav tuvo deseos de reír, y si no conociese tan bien a aquellos sujetos, habría dicho que por algún motivo Yvaylo tenía miedo. Sin embargo, se guardó sus pensamientos y esperó. A continuación, Yvaylo le había hecho un detallado relato de la visita efectuada por Dylan a Lothian, sin omitir ni el más insignificante de los comentarios. Pero mientras los consejeros tenían expresión de horror, Istvan de decidida preocupación y Janos se limitaba a pensar que el Rybik tal y como lo había pensado el día que lo había conocido, era una hechura de Lucien, Iziaslav había soltado una sonora carcajada.
Sin embargo, la mayoría de los presentes parecía no compartir el regocijo de su señor, porque los consejeros ya se veían teniendo que lidiar con las incontables cartas de indignación de los Devrigs del Clan Lothian que Sergei, el secretario de estado, les transferiría; a Istvan solo le preocupaba la cada vez más precaria seguridad de Dylan, mientras que Janos si por un lado estaba preocupado por Dylan, por el otro se alegró de ver reír a Iziaslav, ya que llevaba días viéndolo cabizbajo y taciturno.
Por este motivo, Lucien dudaba mucho que pedirle a Iziaslav que le prohibiese algo a Dylan fuese a dar algún resultado, aunque Itlar seguía pensando que si se lo pedía él, sin duda Iziaslav se lo concedería. No obstante, Lucien era lo bastante terco como para no hacerlo, así que después de la Evesbriel partieron nuevamente para Inglaterra.
Apenas llegaron, Lucien se puso en contacto con Patrick y le dio una orden que fue ejecutada en un brevísimo lapso de tiempo, de modo que un par de días después de su llegada, Patrick se presentó en su habitación.
Si al Lovet le pareció extraña la orden, no lo exteriorizó de ninguna manera y se limitó a seguir las órdenes que se le habían dado asignando a un havarik para la vigilancia de las actividades de lord Arlingthon.
El invierno llegó a su fin dando paso a la primavera. Dylan había manejado sin problemas el inconveniente de las invitaciones de Kendall y cada vez que su amigo pensaba invitarlo a casa, él se las arreglaba para que cambiase de parecer.
Si Kendall estaba pensando todo aquello, era porque aparte de todo lo que había dicho, no había olvidado que Joseph Danworth había muerto relativamente joven a causa de una afección pulmonar, y sabía que esas cosas se heredaban. Sin embargo, Dylan después de soltar el aire, había sonreído.
Kendall se olvidó del asunto, pero siguió dándole la lata con la cuestión del viaje a Londres hasta que Dylan se hartó y suprimió aquel pensamiento también.
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Editado: 20.08.2021