Un poco más tarde en las habitaciones reales, Iziaslav miraba en forma interrogativa a dos sujetos.
Iziaslav a su vez los miró durante un par de angustiantes segundos y luego les hizo un gesto con la mano para que se retirasen y ambos hombres se dieron la mayor de las prisas en hacerlo dando gracias a los dioses por haber salido indemnes, ya que estaban perfectamente conscientes que fallarle a aquel sujeto era el camino más fácil para dejar de existir.
Iziaslav caminó hacia la ventana y miró hacia la lejanía. Por supuesto él comprendía que Dylan estaba sufriendo, pero él no podía sentarse a verlo sin hacer nada. Tampoco pretendía que de la noche a la mañana se olvidase de Sophie, aparte de saber que eso no sucedería por mucho que Dylan viviese, pero seguía pensando que debía distraerse y por eso había ordenado que se le llevase a la bizlyk más hermosa que pudiesen encontrar, no para que olvidase a Sophie, sino para distraer, aunque fuese solo un poco, a su atormentado corazón. Sin embargo, y según lo que acababan de informarle, había sido un total fracaso, porque Dylan se había negado siquiera a mirarla y posiblemente ahora estuviese furioso. No obstante, aquel individuo era obstinado y tenía muchos años como para darse por vencido con tanta facilidad, así que después de pensarlo un poco tomó otra decisión y esperaba tener algo más de suerte en esta oportunidad.
Ciertamente Dylan se había sentido muy contrariado al entrar en su habitación y encontrarse con uno de los habituales regalos que se le hacían a los sizvitels si éstos no llevaban su propia compañía. Aún así y luego de deshacerse de la chica y calmarse un poco, había entendido que aquello solo obedecía al comportamiento habitual, ya que cada vez que había asistido a una Evesbriel y obviando la primera en la que la chica en cuestión intentaba asesinarlo, siempre se había encontrado con alguna cuando se retiraba a sus habitaciones después de la celebración. Sin embargo, pensaba que Iziaslav debió ordenar que en aquella ocasión se suprimiese esa costumbre al menos en su caso, lejos estaba de saber que justamente en su caso, era en el que más empeño había puesto el soberano.
Derek había sido mucho más afortunado y no había sido puesto en aquella difícil situación, de modo que cuando despertó se apresuró a alistarse, porque Vail le había dicho que se acercaba la hora del evento nocturno. Derek se preguntó cómo era que había dormido tanto, y cuando Iyul y Dylan fueron a buscarlo, él aun estaba decidiendo qué vestir, con lo que ambos sizvitels no pudieron evitar recordar a Lucien, lo que les impidió hacer ninguna clase de broma como las que le hacían a su ausente hermano.
Aunque lo usual habría sido que Derek dijese alguna pesadez, Iyul y Dylan vieron que componía expresión de asombro seguida de una de preocupación.
Antes de que Derek pudiese decir nada, la puerta se abrió dándole paso a Istvan.
Iyul y Dylan lo miraron con extrañeza, no así Derek que no tenía ni idea de que aquello no era lo usual.
Una vez hecha la aclaración, marcharon hacia las habitaciones de Iziaslav, saludaron con brevedad al grupo de Lovets y Levjaners presente a las puertas y antes de que pudiesen entrar, Iziaslav salió.
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Editado: 16.10.2021