El Laki contaba con cuatro Lijeniks que residían en forma permanente en el área de enfermería que en realidad era un pequeño Haigala, ya que contaba no solo con área de hospitalización sino con una de investigación y un espacio aislado para atender los casos graves que les llegaban que equivaldría a nuestros modernos quirófanos.
Los Lijeniks eran sujetos que se habían dedicado al estudio de la medicina del mismo modo que cualquier médico, pero siendo que su raza tenía una estructura orgánica diferente a la humana, sus tratamientos eran distintos y sus conocimientos mucho más avanzados que los de los médicos de la época, ya que sus estudios no estaban sujetos a los vetos religiosos que imperaban ni se veían restringidos en sus investigaciones.
Pero si los Lijeniks eran hábiles y con grandes conocimientos en el funcionamiento del cuerpo humano, los Veldekys estaban en un estatus aun superior, ya que sus estudios no se limitaban al funcionamiento orgánico de los seres humanos sino al de todas las criaturas que poblaban la tierra, además estos individuos eran seres muy especiales que contaban con un poder directamente concedido por Maikata Priroda y manejaban no solo el aspecto físico sino el energético, y se servían con éxito de los elementos de la naturaleza. Tenían avanzados conocimientos en Alquimia y habrían sido fácilmente llamados magos por el enorme poder con el que habían nacido. Sin embargo, eran muy pocos, pues la casta de los Veldekys casi se había extinguido cuando la maldición los alcanzó y en la actualidad solo quedaban cuatro. Nadège que ostentaba el grado de Svetsnik, es decir, algo equivalente al sumo sacerdote de una orden; Haliq y Haris Shahim y Aleksèi Kolvayevsky.
Nadège era un Devrig primigenio y no tenía apellido, pues de la época de la que procedía aun no se acostumbraban los apellidos y en todo caso habría sido designado con el del señor al que servía su familia, en este caso a los Yaroslávich. En épocas posteriores la gente libre adoptó por apellido el nombre de su lugar de procedencia o su ocupación, pero siendo que Nadège había dedicado su vida al servicio de su orden, no vio necesidad de ello y se había quedado simplemente como Nadège a secas.
Haliq había sido alumno del anterior desde que era casi un niño al igual que su hijo Haris y eran los tres Veldekys que había sobrevivido a la maldición. Todos pensaron que la casta de los Veldekys finalizaba con ellos tres, hasta que años después nació Aleksèi, y aunque no supieron lo que era hasta que ya estaba mayor, algo extraño ya que la naturaleza de los Veldkys se conocía a temprana edad y solían iniciar su instrucción antes de cumplir diez años, había resultado uno especialmente poderoso, porque no solo era un Veldeky sino que era portador de un don natural relacionado con la tierra. De modo que, aunque la comunidad Devrig sentía un gran respeto y admiración por sus Veldekys y esto independientemente de sus posiciones políticas, la que sentían por Nadège y por Aleksèi era mucho mayor y de hecho cuando Aleksèi fue enviado a Zatvor esto ocasionó muchas revueltas y las primeras protestas organizadas, pero como ante una orden real no podía hacerse nada, el asunto no pasó a mayores.
Esa mañana cuando Aleksèi llegó a Levzheir, fue recibido con enorme emoción por los Lijeniks que tenían poca oportunidad de hablar con un Veldeky, y aunque Aleksèi era normalmente un sujeto muy simpático y le encantaba hablar de su profesión, estaba preocupado por su pequeño sizvitel. Era cierto que todos amaban a los sizvitels, pero en el caso de Aleksèi que los había recibido al nacer, que se había pasado los últimos doce años cuidando de ellos y conocía hasta el último detalle de sus humanidades, podía decirse que era una de las personas que más amaba a aquellas personitas. Naturalmente Aleksèi estaba preocupado desde que Iziaslav le envió aviso para que se presentase en el Laki y estuviese preparado para atender a Alexander, y durante las últimas horas su atención había estado dividida entre la conversación que sostenía con los Lijeniks y tratar de que su corazón dejase de latir en forma dolorosa pensando en lo que estaba sufriendo Alex.
Los Lijeniks y como era lógico estaban preparados para atender a los Havariks que eran ingresados luego de un entrenamiento, de modo que aquel día con más razón, pero para lo que no estaban preparados era para recibir no solo Alexander, sino a Dylan y a un Havarik inexplicablemente intoxicado por el veneno de sus propias flechas.
Aunque Aleksèi se alarmó mucho al ver a Yvaylo cargando a Dylan, éste lo tranquilizó mientras Aleksèi se ocupaba de Alexander.
Aleksèi se giró y alzándola en brazos la subió a la cama que estaba al lado de la de Alexander.
A pesar de que siempre y en cualquier circunstancia Lucía era atendida en primer término y había sido así desde su nacimiento, como había dicho Aleksèi en aquella oportunidad era Alexander quien necesitaba urgente atención y se dedicó a ello.
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Editado: 17.11.2021