Ya Alexander llevaba tres días enfrentándose al frío, y aunque en opinión de Yuri lo estaba haciendo no solo muy bien, sino demostrando mucha tenacidad y disciplina, el cuarto día tendría lugar un hecho desagradable.
Después del desordenado desayuno, Lucía se dirigió al área de entrenamiento con su grupo y ya Alexander estaba siendo cargado con las cadenas antes de ser introducido a la pileta.
Yuri por su parte había sido tomado por sorpresa, porque aunque ya estaba acostumbrado a la presencia de Lucía, era la primera vez que ella se dirigía a él.
No era que él no quisiese o que tuviese en mente la loca idea de desobedecer a un miembro de la familia real, lo que sucedía era que había sido violentamente lanzado al pasado y por un momento se había perdido en los recuerdos al ver a aquella furiosa señorita que tanto le recordaba a su hermano mayor. No obstante, pronto comprobaría que definitivamente no era su mejor día.
Todos los presentes, aunque habrían podido entender a Yuri, y de hecho algunos de ellos como Iván, Derek, Istval, Irakli y Henri, no tuvieron ninguna dificultad en ver lo que el pobre sujeto había estado pensando, y aunque cualquiera de los otros podía haber procedido a retirarle las cadenas a Alexander, ninguno había acertado a moverse y ni siquiera a respirar, porque quien estaba gritándole a Yuri era Lucien. Lo sorprendente del asunto no era que lo hubiese hecho, sino que lo hiciese en defensa de Lucía y hasta ella misma tenía los ojos muy abiertos con lo que evidenciaba su propia extrañeza.
Yuri se había movido con rapidez retirando las cadenas, después de lo cual dobló una rodilla ante Lucía.
Irakli se encargó a toda prisa de proteger aquella conversación, aunque nadie se lo había pedido, lo que fastidió mucho a Lucien que era curioso, así que descargó su ira en Istval.
No obstante, no estaba preguntando para recibir una respuesta y no la esperó, sino que hizo a un lado a Istval y despareció en el interior del edificio.
Henri sabía que Derek era maligno, y como él se había negado a llamarlo de otra forma que no fuese Phillipe, el chico lo llamaba a él por las iniciales de su nombre o D’Albret cuando estaba molesto por algo aunque no fuese con él. Pero hizo eso a un lado, porque aparte de que estaba seguro que aquello no tendría arreglo jamás, en ese momento le interesaba más lo otro.
Derek iba a discutir, pero luego recordó que si él lo sabía no era por las clases de historia, sino porque Iziaslav se lo había dicho, sin embargo, la explicación tendría que esperar, porque Lucía ya había concluido lo que le estaba diciendo a Alexander y ahora los urgía a ponerse en movimiento.
Los días siguientes se sucedieron sin mayores sobresaltos, todos los habitantes del Laki se acostumbraron a la presencia de Lucía y cada vez se sentían menos incómodos cuando se la encontraban.
Los ZD habían comenzado a ser llamados los ZD asaly, [1] porque iban a todos lados con Lucía, y cuando no estaban ocupados con lo de Alexander, estaban incordiando junto a la inquieta sizviteliani, algo que Milorad consideraba del todo inapropiado, pues en su opinión dejar a Lucía en manos de Istval y compañía era el camino más seguro para que la pobre criatura se metiese en muchos problemas. No obstante, como sabía que Istval no iba a escucharlo, y tampoco le parecía la mejor de las ideas mortificar a Dylan con aquello, se había ido derecho a hablar con Iziaslav, pero aparte de reírse mucho con todo lo que Milorad le contó, el soberano no hizo nada más y Milorad se marchó en peor estado de cómo había llegado.
Louis no estaba especialmente contento, pues durante aquellos días casi no había podio hablar con Henri debido a que éste parecía haberse unido a aquel desquiciado grupo y Louis encontraba esto muy molesto y casi una traición, porque después de todo, aquellos individuos habían estado mucho tiempo tras su cabeza y no le entusiasmaba para nada estar cerca de ellos, así que se sentía traicionado por su amigo.
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Editado: 17.11.2021