La Dinastía (libro 7. Aykeris)

Cap. 58 Esencia

 

El ambiente había vuelto a tensarse, pues Darko no había hablado de aquello aún, pero ya estaba hecho y ahora tendrían que ver cómo hacerle frente, pero definitivamente con aquellos chicos parecía no valer la pena adelantar juicios.

  • ¿Dijiste…?
  • ¿Entonces tú eres…?
  • Sí, yo soy Derek
  • Pero no puede ser – dijo el más pequeño al parecer más analítico que su hermano – Tío Derek era rubio como papá, hay pinturas de él en casa y…
  • Niños – lo detuvo el discutido tío y procedió a contarles cómo habían estado las cosas – De modo que ahora yo también y desde hace varios años, soy un devrig
  • ¿Y a quién le importa? – preguntó Michel lanzándose hacia él – ¡Eres tú! – exclamó mientras parecía querer asfixiarlo a lo que se había unido Derek
  • Oigan… tengo una aravaerí que… no…
  • ¿Una qué?
  • Esposa
  • ¡¿Qué?! Papá dijo, que tú dijiste, que nunca harías una estupidez semejante – concluyó con indignación
  • Bueeeno – dijo mirando a su hermana que había elevado una ceja y tenía expresión de burla
  • Bien, si es ella es linda – dijo mirando a Lucía – Perdona preciosa, no quise decir que fuese estúpido, aunque sí lo eres – dijo para Derek – por casarse contigo – concluyó guiñándole un ojo de forma idéntica a su tío
  • No, no es ella – dijo él riendo
  • Mejor, porque eso la deja libre, porque lo estás ¿no?
  • A ver genio, ellos – dijo señalando a los aykeris – también son tu tíos – y esta vez quien giró la cabeza con violencia fue el más pequeño, aunque Michel en verdad no dejaba hablar a nadie
  • Los gemelos – dijo mirándolos con los ojos muy abiertos
  • Alexander y Lucía – estaba diciendo el más chico al mismo tiempo y ambos les sonrieron

En esta ocasión el más rápido fue Derek, y para consternación de todos, el niño se lanzó en brazos de Lucía llorando.

  • Oye, me habría gustado pensar que conocernos sería un motivo de alegría – le dijo Alexander
  • A ver tío, sé que es raro, pero Derek siempre se mostró terriblemente triste por sus muertes; y cuando fuimos más grandes,  cada vez que se cumplía otro año de su muerte, tanto papá como él parecían enfermos, pero Derek se pasaba casi todo el día llorando, así que supongo que… bueno, no sé bien, pero… – aquí se detuvo girándose hacia el grupo
  • ¿Michel? – dijo Alex que había estado concentrado en los recuerdos de su sobrino  y que ilustraban lo que estaba diciendo

Sin embargo, Michel no le prestó atención, sino que caminó derecho hacia Dylan, y fue cuando Alexander registró que su padre se veía tan enfermo como los Cris y Derek de los recuerdo de Michel. Hasta ese momento, los niños habían concentrado su atención en Derek, en Iziaslav y recién en los gemelos, pero el escándalo emocional que tenía Dylan, pareció atraer la atención de aquel curioso jovencito y ahora se había detenido frente a él.

  • Eres tú – dijo Michel y todos se tensaron – tú eres el papá de los gemelos

A esas alturas, y aunque pensaban que ya nada podía sorprenderlos con relación a aquellos chicos, pronto se convencerían de que sorpresa y Saint-Claire, siempre irían de la mano al menos para ellos.

Lucien e Yvaylo se habían movido con rapidez pero con sigilo, porque no era que la personita en cuestión pudiese hacerle mucho daño a nadie allí, pero siendo que ya había demostrado con suficiencia su agresividad, al menos Yvaylo quería evitar malos ratos; mientras que Iván hacia quien se movió fue hacia Lucien, porque sabía que al príncipe le importaría poco si quien atacaba a Dylan era un primigenio, un humano común o un niño, y él reaccionaría con extrema violencia, pues aunque se trataban como hermanos, el sentimiento subyacente de Lucien hacia Dylan, era el de un izbretel hacia su djali y de allí la necesidad inconsciente de protegerlo. Sin embargo, nadie habría tenido que preocuparse tanto, pues las intenciones de Michel no parecían ser las de atacarlo y ninguna en realidad, porque solo estaba mirándolo como quien ve algo muy interesante, pero los gemelos y Derek notaron que lo interesante para Michel, eran los pensamientos de Dylan.

  • Eras tú el de los sueños – dijo después de varios minutos de tenso silencio y aquí su tono cambió, aunque no estaban muy seguros en qué consistía exactamente el cambio – Ella te quería a ti, pero tú fuiste un idiota y se la dejaste a él

Yvaylo tenía el más sincero deseo de apalear a aquel muchachito y por el mismo camino cortarle la lengua, así que Iván se aplicó a tranquilizar a su hijo que había pasado a convertirse en la amenaza en ese momento.

Derek se había desprendido de los brazos de Lucía avanzando con decisión hacia su hermano que seguía hablando y hablando. Iyul, Itlar y el mismo Yvaylo, aunque también posiblemente Lucien, registraron que buena parte de lo que estaba diciendo, se lo habían escuchado a Lucien en diversas ocasiones, pero nunca dirigido a Dylan, sino cuando había estado furioso en contra de Kendall por lo que pensaba le había hecho a Dylan.

  • ¡Basta Michel! – le dijo Derek sacudiéndolo y el chico calló mirándolo con extrañeza y como si repentinamente no supiese dónde estaban – ¿Estás bien? – le preguntó y su hermano asintió, así que él se giró hacia Dylan
  • Lo lamento, éstas cosas le suceden a veces – y los Levjaners se miraron elevando las cejas – Pero si todo eso que dijo pasó en verdad, lo lamento el doble, y aunque no es mi culpa, te pido perdón por lo que te hizo el abuelo Kendall




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