La DinastÍa (libro 8. Rhyfeldstar)

Cap. 19 Lirios

 

Illir 1678

Una mañana de mediados de primavera, Aureliè entró a la habitación de Madeleine y se encontró con que ésta aún no había salido de la cama.

  • Buen día, Aureliè – la saludó
  • ¿Te quedaste dormida?
  • No querida, creo que tendrás que ir sin mí
  • No es necesario, podemos ir mañana si…
  • Aureliè – la interrumpió, aunque no necesitó agregar nada más y la chica rompió a llorar – Ya habíamos hablado de esto, Aureliè

No obstante, por mucho que hubieran hablado y sin importar las creencias o la raza a la que se pertenezca, no había preparación que ahuyentase el dolor de afrontar la inminente muerte de los seres queridos, y definitivamente para Aureliè que había perdido a su madre a una edad temprana, y a su padre sin haberlo disfrutado tanto como le habría gustado, perder ahora a Madeleine le parecía además de injusto, insoportable. De modo que abandonó la habitación de ésta en estado sumamente alterado y no pudo tropezarse con alguien peor.

  • ¡Aureliè! – exclamó Dylan

Sin embargo, ella no se detuvo, sino que siguió en su carrera y de no haber sido porque los guardias de la puerta la detuvieron, habría continuado. En los casos de Istziar y de Aureliè, y aunque ambas eran miembros de la familia real, como la primera solo salía con Derek y la segunda no iba a ninguna parte que no fuese a la casa de los Korsacov o las propiedades de los Saint-Claire en Francia, y en ambos casos lo hacía con Derek, no se les había asignado una guardia especial y no podían dejarla salir del palacio sola, pero el guardia dio inmediato aviso a Milorad que estando Iziaslav en Illir, era el oficial de más alto rango.

  • Sarì, mademoiselle Saint-Claire está muy alterada – le dijo y lo condujo hasta donde estaba la chica
  • ¿Aureliè?

Ella se lanzó en sus brazos en el estado alterado que el guardia había mencionado, de modo que Milorad la alzó y la llevó a uno de los salones donde procedió a equilibrar sus centros nerviosos. Hacía mucho tiempo que no la veía en aquel estado, que si bien había sido común durante su adaptación y casi siempre por culpa de Istval, aquello no había vuelto a suceder, pero igual decidió asegurarse si su hijo tenía algo que ver.

  • ¿Acaso Istval hizo o dijo alguna estupidez, linda? – le preguntó cuando la vio un poco más tranquila
  • No. Se trata de Madeleine

Aquello extrañó a Milorad, porque no conocía a nadie menos propensa a alterar a nadie que Madeleine, pero cuando Aureliè le explicó el motivo, quien se alteró mucho fue él y corrió hacia las dependencias de ésta.

  • ¿Cómo esta Aureliè? – le preguntó ella
  • ¿Cómo estás tú? Ya le di aviso a Aleksèi y…
  • Y no debiste molestarlo
  • Madeleine…
  • Vamos Milorad, esperaría que al menos tú te mostrases más ecuánime

Por lo explicado anteriormente, aquello era esperar mucho, pero aun así, Milorad hizo su mejor esfuerzo y cuando llegó Aleksèi, los dejó solos y se fue en carrera a buscar a su mujer, pero una vez que le avisó también a Istvan, se encontró ante el dilema de avisar a Istval, porque él sabía lo mismo que sabían todos, y era que el gemelo llevaba muy mal las pérdidas.

Aureliè a quienes avisó fue a los miembros más jóvenes de su familia, es decir, a Michel y a Armand, porque Derek y los gemelos llegaron sin aviso alguno.

Si bien los Korsacov querían mucho a Madeleine, pues aparte de los muchos años que llevaban compartiendo con ella, había sido la primera vidmagy Saint-Claire en muchísimos años, que los aceptase sin intentar dañarlos y no se sentían preparados para decirle adiós, hicieron su dolor a un lado para prepararse a afrontar a los tres individuos que se vendrían abajo en breve. Milorad tuvo que solicitar ayuda a Janos, porque dada su propia situación, enfrentar a Iziaslav con aquella noticia le iba a quedar complicado. Istvan a quien acudió por ayuda fue a Darko, pues él se había adjudicado la tarea de decírselo a su hermano. Yvaylo ya tenía muchos problemas, porque aparte del afecto por Madeleine, y habiendo sido siempre él, quien más problemas tuviese para aceptar ciertos designios por mucho que los LL se habían esmerado en explicárselo, él tenía que lidiar con la especial condición de Dylan, y en este caso no podían ocultárselo por ningún período de tiempo ni evitar que estuviese presente. Y en el caso de Derek, y aunque se suponía que dada la extraordinaria preparación que había recibido, no debía dar problemas, Illiar, Iván y Henri, se prepararon lo mismo, porque Iván les advirtió que si bien cuando murió Phillipe, Derek lo afrontó bien, lo hizo porque en aquel momento estaba con los svetniks, pero cuando había muerto su hermano, ellos habían tenido que aplicarse mucho.

Lucía y Alexander apenas llegaron, se sentaron a hablar con su tía como en cualquier otra de sus visitas, y aunque sentían el corazón oprimido, pues ella había sido la figura materna desde que habían perdido a la suya, antepusieron el ayudar a su energía a trascender, olvidándose de su dolor. Michel era el que menos contacto había tenido con Madeleine, más que todo por su incapacidad para estarse quieto, y aunque no por eso la quería menos, tuvo que concentrarse en apoyar a su hermano quien sí parecía desecho y no podía permanecer más que unos pocos minutos en la habitación sin venirse abajo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.