Llegó directamente a la cocina de la mansión su jefe traía una cara de enojo que se notaba a kilómetros, Alexander llamó al chófer para que esté fuese a recoger a la pequeña Luna en el centro comercial.
La niña emocionada le contaba a Nicholas que había visto a Noa, la pequeña Luna le relataba a Nick lo mucho que le gustó ver a su niñera, de un momento a otro la sonrisa de la chiquilla desapareció pues fue sustituida por una cara larga y triste.
Nick vió el semblante de la chiquilla a través del espejo retrovisor, al castaño le dió lastima ver así a Luna le había tomado cariño a la pequeña que diariamente le alegraba los días con sus ocurrencias y juegos, quería contarle a la niña que Noa estaba bien, también pasó por su cabeza el llamar a la morena para que hablara con la niña y así animar a Luna, pero optó por guardar silencio su buena acción podía meterlo en problemas.
Sin darse cuenta llegó a la mansión, bajó del auto luego abrió la puerta trasera y así la pequeña castaña bajara.
Luego de dar las gracias de manera educada como toda una señorita de sociedad la niña se adentró a la entrada principal de la mansión donde la esperaba Betany.
Una vez que Nicholas quedó solo pensó en llamar a su amiga, tenía curiosidad por saber que había pasado en aquel encuentro con el señor Von Parker, a Luna le faltaron muchos detalles por contar en última opción buscó el contacto de Cameron quiso llamar a la pelirroja.
—No es una buena idea Nick. —Cuando conoció a la hermosa pelirroja Cameron fue un flechazo casi instantáneo, su historia le había conmovido, le prometió a Noa ayudar a su amiga a esconderse de su jefe maltratador aunque al inició estaba más que motivado a ganarse a Cameron con los días ella fue poniendo distancia, no le gustaba verla sufrir por el mujeriego de Frans Von Parker ese hombre él lo conocía hace mucho era un mujeriego que no tomaba a ninguna mujer enserio.
Aún así terminó aceptando que Cameron no era para él y solo podía quererle como un amigo, por eso una vez le comentó que las quería a ella y a Noa como a unas hermanas y desde que le contó eso a la pelirroja, ella volvió a tratarlo con naturalidad sin sentirse incómodo era doloroso pero entendía que era lo mejor.
•••
Luego de dejar varias hojas de vida llegó al café donde solía verse con Francisco cuando quería verla, no sabía que hacía ahí las cosas allí no eran para nada baratas. Luego de estar unos minutos sentada tomó su bolsa decidida a marcharse aceptando que fue un gran error haber ido a esa cafetería, no tenía nada que hacer ahí pues un simple café americano valía unas dos horas de trabajo.
Apresurada se levantó su andar fue interrumpido por un castaño de claros ojos miel, la pelirroja retrocedió algunos pasos abriendo al máximo su mirada verde bosque.
—Por favor no te vayas Cameron. —Pidió casi suplicando el castaño en un hilo de voz.
—Estas vivo —hablaba Cameron en un tono apenas audible—, no es cierto. —Abria su boca llevándose las manos a su rostro ahogando un grito de sorpresa.
Sus ojos picaban con las lágrimas aglomerandose en estos verdes orbes brillantes. Mismas lágrimas que no permitió salir pues la limpió de inmediato pues recordó lo mucho ese mentiroso la hizo sufrir.
Salió caminando muy rápido dando largos pasos, el castaño la tomó del antebrazo pero ella fue más rápida y se soltó con brusquedad del efusivo agarre de Frans.
Salió de la cafetería no sabía que hacer llegó a un pequeño parque tomó asiento en una banca de metal pintada de blanco, su tranquilidad apenas estaba regresando, ya su recuerdo estaba quedando en el olvido y ahora como si nada volvía a desestabilizarla.
—¡¿Por qué carajos volviste?! —soltó exaltada permitiéndose llorar ahora que creía que estaba sola, no le importaba que la miraran —. No tenías que volver, era mejor creer que eras un fantasma ¿Por qué volviste?
—Porque te amo Cameron, eres lo único real que tengo en mi vida y eras tu el único recuerdo que tenia cuando no recordaba nada.
—¡Por una vez en tu mentirosa vida deja de mentir Frans, no me interesa oír nada de lo que ti venga, todo es una mentira! —sujetó su bolsa con fuerza afianzándose a su hombro Francisco le tomó del hombro, la pelirroja se soltó con violencia de su agarre—, ¡No vuelvas a buscarme Frans, olvidame!
—Cameron no es lo que crees, solo quiero... —Calló al no saber que decirle a la conmocionada pelirroja, le había dicho a su primo que no la volvería a buscar, se prometió a si mismo serle fiel a Liliana ahora que más lo necesitaba y ahí estaba rogando por ser escuchado una vez más.
Estaba decidido a cumplir su palabra y no volver a tener contacto con Cameron, al ver a la pelirroja mandó todo al olvido, al menos por un instante solo quería verla una vez más y explicarle su situación.
—Te amo Cameron.
Reía irónica ante aquel te amo, aunque quería creer no podía y tampoco quería hacerlo —pues darling práctica un poco más ese te amo, tú caramelo podría no creerte estás perdiendo el toque Frans antes sonabas más convincente en tus palabras, ahora ni siquiera lo intentas —se puso sus gafas de sol que descansaban en su cabeza a manera de diadema—, bueno tengo cosas que hacer así que bye.
Se marchó a pasó rápido al llegar a la salida del parque tomó un taxi, tomó esa actitud pues no volvería a caer frente a Francisco Von Parker ya no sería una el juguete de nadie más.
Corrió tratando de darle alcancé a la rápida pelirroja, al ver que se había metido a un taxi llegó a la conclusión que era mejor dejarla ir, ya le había hecho mucho daño en momentos así deseaba haber muerto en aquel accidente, era un maldito que solo hería a dos mujeres que no merecían su deslealtad y amor a medias.
—Aunque no me creas fuiste lo más especial que llegó a mi vida Violet. —Luego de perder de vista aquel auto amarillo entre el mar de autos retomó su camino.
Alexander le había dicho que era buena idea salir a lugares especiales, lugares significativos para él inconsciente a todos los lugares que le recordaba a ella, había ido a casi todos los sitios donde solía escapar con su pelirroja a vivir su otra realidad.
Editado: 17.03.2024