Estaba que no creía lo que escuchaba, no tenía palabras para agradecerle al hombre frente a ella.
Él la miraba confuso la morena no decia nada, estaba ansioso por escuchar su respuesta, exactamente estaba esperando una respuesta afirmativa si Noa rechazaba su ofrecimiento quedaría claro que con la ex bailarina no tenía ninguna oportunidad.
—¿Y bien Noa qué me dices? —arguyó el japonés sacando a la nombrada a la realidad.
—En realidad estoy muy interesada, Takeru nunca nadie me ha dado esa oportunidad, desde siempre ese fue mi sueño y que además tú te ofrezcas para ayudarme...
—¿Entonces aceptas? —volvió el japonés a preguntar.
———
Al despertar y salir de su habitación, el departamento emanaba un delicioso aroma que invadió todo el lugar y olía un poco también a quemado. Se preguntaba si Mamoru estaba cocinando una voz desde la cocina le instó a ir a ese lugar no solo quedó maravillado con el olfato, también lo estaba con la dulce voz de la morena en la cocina que iba de un lado a otro mientras preparaba la comida.
Takeru llegó a la isla de la cocina tomó asiento en completo silencio no quería interrumpir el espectáculo matutino que Noa le estaba dando, al estar ella de espaldas no había notado que ya no estaba sola tenía un espectador tras de ella.
La cantante dió una vuelta mientras usaba una espátula de silicona como micrófono.
—Takeru. —Susurraba la morena apenada al saberse descubierta por el japonés.
—Eres toda una Idol Noa, hermosa, bailas increíble y para finalizar cantas como los angeles.
—No, es la gran cosa —respondió la morena volviendo a su labor en la cocina—. Se que ustedes comen arroz y pescado en el desayuno pero yo hice algo diferente ¿Te molesta que sea algo diferente a lo usual?
—A parte de eso eres modesta —no entendía esa timidez, era difícil creer que la chica que usaba una de sus camisetas mientras freia tocino era la misma bailarina que se comía el escenario con sus acrobacias y movimientos sensuales, esa mujer definitivamente era un enigma y a él le encantaría decifrarla—. Ya hablando enserio cantas demasiado bien, me cuesta creer que tanto talento sea solo por azares.
—¿Disculpa? —dijo la morena cruzándose brazos mientras alzaba una ceja de manera dramática—, pues para tu información estudié música, se cantar toco la guitarra y un poco el piano y como ya viste se cantar.
Noa sirvió un par de tostadas huevos fritos y tocino.
El japonés miraba el platillo si bien tenía buen aroma la apariencia y las tostadas quemadas no se veían muy apetecibles.
—Hice esto para agradecer lo que hiciste por mi Takeru —desviaba la mirada avergonzada la cocina no era su fuerte no cocinaba tan mal pero tampoco lo hacía tan bien, notó la expresión del pelinegro comprobando que su desayuno no se antojaba—, oye no hagas esas caras de wakala si no te gusta mi desayuno no lo comas y ya.
Tomo una tostada tenía un ligero sabor a quemado pero sabía bien —esta rica quemado pero deliciosa, no tenías que hacer esto Noa yo...
—Lo hice porque quería agradecer lo que hiciste por mi desde que me encontraste en la calle, también por ayudarme en mi resfriado.
—No debes agradecer nada —dió una mordida a la tostada seguida de una cucharada de huevos fritos—. Oye esto no sabe tan mal.
—Tienes razón no debí hacer nada eres un idiota grosero. —Espetó la molesta pelinegra saliendo de la cocina.
Solo en la cocina Takeru reía mientras comía, esa mujer era única nunca había conocido a alguien así, Noa era única y cada vez que creía que estaba conociendo a esa mujer de la nada ella con su personalidad lo arrastraba como una ola. Aunque admitía que le gustaba ser arrastrado por esa potente ola.
———
Estaba más que seguro que si Noa se lo proponía le iría muy bien como cantante, el japonés le había conseguido una prueba con un importante productor musical.
—Takeru, está es la oportunidad que he esperado hace mucho... —Guardó silencio llevando su mano derecha a su vientre. Ya no solo debía pensar en ella debía darle un futuro a ese pequeño ser que crecía—, lo más importante para mí en este momento es organizarme, Takeru mi vida necesita estabilidad, no puedo vivir de ilusiones.
—Este podría ser el comienzo del resto de tu vida, cuando te escuché cantar ese día me dejaste asombrado lo haces como una profesional.
No continúo hablando pensó que al darle esa noticia a la chica estaría emocionada, la mujer a su lado estaba en una especie de trance que le llenaba de ansiedad al no tener una respuesta.
—Esta bien entiendo que metí las narices donde no debí...
—¡No espera! —exclamó levantándose del sofá tomando del antebrazo a Takeru—, estoy agradecida con esta oportunidad Takeru es tanta mi estupefacción que no tengo palabras.
—¿Entonces dime cuál es el pero? —cuestionaba Takeru sin soltarse del agarre de Noa.
—¿Pero? —repitió la morena lo dicho por el japonés.
—Si, bueno es decir todo en tu vida es complicado y siempre hay un algo que te impide seguir adelante.
Soltó el brazo de Takeru él tenía razón había un motivo que le hacía poner los pies en la tierra de un solo tirón.
—Tienes razón hay algo —susurraba soltando el brazo del pelinegro—, más bien es un alguien.
—Explicame porque no te estoy entendiendo. —Dijo confundido.
Tomó una bocanada de aire no tenía mucho trato con Takeru pero el tiempo que tenía tratando con él; le había mostrado que no era el idiota que se presentó a ella en un inicio.
—Estoy embarazada. —Soltó la morena sin más tapujos.
Parpadeó un par de veces escuchó bien había dicho que estaba embarazada. No podía evitar preguntarse si estaba en una relación, se sentía extraño, específicamente sentía que estaba fuera de lugar y debía irse de allí.
—Felicidades —dijo de manera casi mecánica—. ¿Cuánto tiempo tienes?, no quiero parecer entrometido pero no te ves embarazada.
Editado: 17.03.2024