La dolorosa vida de Izuke.- CAPÍTULO 5

La dolorosa vida de Izuke.

CAPÍTULO 5

Después de caminar por unos minutos, Sinfer acaricia mi mejilla... ¡Eso es raro!

—La herida desapareció... Tu cuerpo también mejoró bastante.

—¿Desapareció?

—Sí, tu cuerpo puede curarse rápidamente.

¡Genial!

—¡Increíble!

Entramos a una tienda de armas y una mujer muy fuerte, con el cabello negro y corto, nos da la bienvenida. La mujer viste con solamente una falda corta negra y una blusa blanca.

—¡Hola, querido!

—Izuke, ella es mi esposa, se llama Sonia. Ella se encargará de entrenarte.

Sonia se acerca a nosotros.

—¿Este niño es el familiar?

—¡¡Que no soy un niño, tengo 16 años!!

Sonia me da un golpe en la cabeza... ¡Mierda, se enojó!

—¡No me grites, idiota!

Sinfer me acaricia la cabeza.

—Lo siento, mi esposa es un poco... temperamental.

—Ya me di cuenta.

Sonia me sujeta y me carga con su brazo derecho... Parezco un muñeco.

—¿Eh?

—Tenemos mucho que entrenar, así que empezaremos con el entrenamiento.

Sinfer sonríe diabólicamente.

—El entrenamiento será en 2 días, Izuke debe acostumbrarse a este mundo primero.- Dice con una voz tenebrosa.

Sonia le da una patada en la entrepierna a Sinfer y cae al suelo.

—¡¡Amo!!- Grita Cris y ayuda a Sinfer a levantarse.

—¡Esa sonrisa no funciona conmigo, idiota!

Ángel intenta ayudarme.

—S-Sonia, Izuke apenas llega a este mundo, debe acostumbrarse primero.

—¡No hay tiempo, el trío demoníaco podría regresar a Golan a la tierra en cualquier momento! ¡Debemos estar preparados!

—S-sí, pero...

—¡Sin peros! ¡Ustedes quédense aquí y cuiden la tienda!

Salimos de la tienda y Crismei se convierte en un hada y vuela a mi lado... ¡Es muy tierna!

—¡Increíble!

Sonia me da otro golpe en la cabeza.

—¡¡Cállate!!

Mierda, ella realmente se enoja con facilidad.

—L-lo siento.

Nos alejamos de la ciudad... ¿A dónde vamos?

—¿En dónde entrenaremos?

—Por aquí... Solo debemos alejarnos de la ciudad.

Después de caminar unos minutos, nos detenemos. Estamos en un lugar en donde solamente hay flores y uno que otro árbol.

—Este lugar es perfecto

Empieza a correr rápidamente.

—¡El entrenamiento...!

Me carga con sus brazos y empieza a dar vueltas.

—¡¿Eh?!

—¡Empieza ahora!

Me lanza y doy vueltas por el suelo.

—Esa mujer está loca.

Crismei se acerca a mí y vuelve a su forma humana.

—¿Estás bien, Izuke?

—Sí, lo estoy... Creo.

Me levanto y me sacudo el polvo.

—¿Qué haremos?

—Tu espada incrementa tu agilidad y te permite reaccionar rápidamente, pero solamente funciona con los golpes comunes. Si un demonio te lanza un golpe con una espada rápidamente, tendrás solamente menos de un segundo para reaccionar. Por lo que, primero, te enseñaré a reaccionar mejor.

—Está bien... Supongo.

—Usa la espada, comenzaremos.

—Crismei, conviértete en espada, por favor.

—Sí.

Crismei se convierte en espada y la tomo con mi mano derecha.

—¡Comencemos!

Se dirige a mí a una increíble velocidad y me intenta atacar, pero me agacho y esquivo su ataque.

—¡Lo hi...!

Me da una patada en la cara con su pierna derecha y caigo al suelo. Sangre sale de mi boca y nariz... Mierda, eso realmente me dolió.

—¡¡No te distraigas, idiota!!

Me levanto con dificultad.

—Estar en este mundo no será tan sencillo.

Escupo sangre y me limpio la que tengo en la cara.

—¿Puedo atacar yo también?

—¡Por supuesto, idiota!

—Crismei, fortalece mis brazos y piernas.

—Sí.

—Esto será interesante.- Dice Sonia con una gran sonrisa.