La duquesa y El duque

III

Me desperté esa mañana con unas pequeñas manitas tocándome la mejilla y murmurando cosas que no entendí, abrir mis ojos de a poco tratando de ajustar mi vista para que la iluminación no me molestara.

Al abrirlos note dos pares de ojos castaños viéndome fijamente.

- ¿Qué hacen viéndome así? - Susurre viéndolos.

Anoche desde que termine de hablar con Cristhian tome a los dos niños en brazos, y corriendo me los traje a mi habitación, donde comimos galletas, y leímos historias de terror que al final nos terminaron dando risa.

- ¿Es mamá buena? o ¿mamá mala? -Me quede muda al escuchar esa pregunta del pequeño Ethan.

Emma suspiro nerviosa.

-Soy la madre ama a sus hijos-Conteste riéndome mientras les hacía cosquilla a amos.

Los dos se reían sin parar.

- ¿Y la madre que ama a papá? -soltó Ethan nuevamente una pregunta.

Y creo que esa es una característica que tiene de su padre, decir lo que piensa sin importar que tan dura sea la respuesta.

-Saben que amo a su padre con todo mi corazón-Susurre sin estar de acuerdo conmigo misma.

A penas conocía a ese hombre.

-Pero el esta enojado conmigo y por ahora estamos así, algo enojados, pero es por poco tiempo, pronto volveremos hacer aquella familia que tanto se merecen mi par de polluelos-seguí haciéndole cosquillas-Ahora a arreglarse, su papá los llevara a la estancia y yo los iré a buscar al medio día-Los solté y mire como corrían hacia fuera, ojalá y sea a bañarse.

Me pare de mi cama y me mire en el espejo, nunca pensé tener las caderas que tengo ahora, sí que había crecido, mi cabello rojo ahora era hasta mas oscuro o de seguro era porque estaba muy pálida.

Escuche la puerta sonar, y me gire para ver a Rosa entrando.

-Señora, el desayuno esta servido y tiene visita-Abrí mis ojos como dos platos redondos.

- ¿Quién?

-Sera mejor que se arregle y baje a averiguarlo usted misma-Me mordí el labio mientras corría a la pequeña bañera para empezar a arreglarme.

Ojalá la persona que este ahí abajo haya traído algo bueno para mi vida.

Tras ponerme un vestido de los pocos que me habían quedado, uno verde corto con un escote cuadrado en frente, algo sencillo. Baje las escaleras rápidamente y escuche voces en el comedor.

-Cuñado, no te desesperes, Adriana estará aquí en unos segundos-Esa voz yo la conozco.

Esa horrible voz.

Termine de entrar al comedor y quien más temía ver en esta mañana se apareció frente a mí.

¿Qué hacia Maribel aquí? Y peor aun ¿Abrazada de mi marido?

-Buenos días-solté atrayendo la atención de todos.

-Adriana, me entere que habías estado enferma, ¿Cómo estás? -Maribel se acercó a mi para abrazarme, pero la esquive.

-Mis niños, pensé que ya se había ido a la estancia, ¿No deberías irte Cristhian? Van a llegar tarde-Cuestione viéndolos a los tres.

-Adriana no te enojes, mi cuñado y mis sobrinos solo se quedaron para recibirme, se que no los quieres ver, pero no le niegues desayunar conmigo-Maribel se acerco a Cristhian y se sentó a su lado pegándose mas de la cuenta y me quede paralizada al ver como restregaba su busto en el brazo de MI MARIDO.

-Es cierto lo que dice Adriana, Maribel, es mejor irnos, vámonos niños-Los niños se levantaron y me abrazaron la pierna.

-Nos vemos mamá-Dijeron ambos al unísono.

-Aprendan mucho y nos vemos más tarde, cuídense, tú también Cristhian-Le grite algo bajito.

El me observo y por primera vez, me sonrió.

-Nos vemos más tarde Adriana, adiós, Maribel, fue un gusto verte-Le dijo ahora a mi disque mejor amiga mientras se soltaba de su fuerte agarre.

Ambas nos quedamos paradas mientras despedíamos a las tres personitas que salían ahora de la mansión.

-Estas rara Adriana, ¿es tu plan para que te de el divorcio y poder irte con Carlos? -asentí de mala gana.

No vas a conocer mi plan ahora, Maribel, Vivirás engañada durante estos días como yo viví engañada durante todos estos años.

-Lo sabía-Afirmo segura.

-Si, solo quiero tomarlo desprevenido, me llevare a los niños y para lograr eso tengo que ganarme su confianza-Hable con seguridad.

- ¿Sabes cómo consiguieras el divorcio? -Negue mientras me sentaba para tomarme una taza de café-Descubriendo una infidelidad por parte de él, debemos buscar a una mujer que se ofrezca como sacrificio para que lo seduzca y tú lo encuentres siéndote infiel-Ella sonaba orgullosa de su idea.

-Y supongo que eres voluntaria para el papel de sacrificio-Me reí internamente.

Que ciega fui.

Note como se sonrojaba y bajaba la cabeza.

-Es lo mejor, yo fingiría hasta donde quieras y no me sobrepasaría con mi cuñado, y te ayudaría a irte lejos con tus niños y Carlos, los cuatro en otro país como una familia-Narraba Maribel y continúo hablando sola mientras me dedicaba a verla.

- ¿Qué piensas de mi marido Maribel? -La interrumpí.

Ella se quedó pasmada.

- ¿De qué hablas? -Trato de hacerse la tonta.

-Siento que te gusta-Ella bajo la cabeza y sus orejas se pusieron calientes.

-No, como crees-negó de inmediato-Es tu esposo, jamás me enamoraría del novio de mi de mi mejor amiga, casi hermana.

-Ya veo-admití moviendo mi café.

- ¿Iras a la coronación del viernes? -Cambio de tema.

-Posiblemente no, Christian quiere que vaya con él, si vieras como suplico-solté una risa.



#1975 en Otros
#324 en Novela histórica
#5163 en Novela romántica

En el texto hay: matrimnio, duquesa, duque

Editado: 23.08.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.