-Hablando de otra cosa,Escuche que tu padre había dejado una carta por si algo le llegara a suceder.- Comentó serio.
-¿Dónde está?- Comentó ella curiosa.
-Al parecer el rey la tiene.
-Te informaré sobre lo que tengo planeado más adelante,después de todo me falta una persona para armar mi plan.
Elizabeth salió del jardín algo aturdida por aquella información que no se le había dado, tocó la puerta y escuchó una voz grave detrás de ella.
-Adelante.
-Majestad.- Exclamó algo fatigada.
-Elizabeth,siéntate hija.- Comentó el Rey Eduardo sin quitar su mirada de los documentos.
-Estoy bien solo vine a tratar temas importantes.
-adelante.
-Escuche por el castillo que mi padre había dejado una carta por si pasaba algo.-Exclamó Elizabeth seria.
-En el castillo se hablan muchas cosas que no son verdad,Elizabeth.
-Supongo, por algo estoy aquí,para desmentir ese rumor.
-Son dos cartas de hecho.
-¿Esperaba que pudieran ser entregadas a su destinatario?
-No-dijo rápidamente.
-¿Acaso su majestad ya sabe qué contenido viene en la carta?
-Lo se,pero no me ocupe de leerlas,conozco bien a tu padre aparte soy quien se las dio para cuidarlas.
-Es mi derecho.
-Lo es,pero aun no es el momento que lo leas.
-Ocupo saber que tiene,quiero saber cuales fueron sus últimas palabras escritas.
-Elizabeth,soy como un padre...
-NO ES MI Padre -dijo enojada.
-Elizabeth está delante de tu rey,no se te olvide.
-El mismo rey que me dio el poder de hacer lo que quisiera.
-Pensé que no querías eso.
-No lo quería,hasta que me arrebataron a mi bebe.
-Estas enojada y quieres vengarte,lo sé pero debes estar tranquila y pensar antes de actuar y no por impulso como ahora.
-¡Toda mi vida fue planeada,desde que nací ellos sabían que iba hacer y con quien me casaría,quería seguridad y poca libertad después de mi divorcio y por lo que pase,tenía planeado irme lejos de aquí.!!
-Sabes que no puedes irte de aquí es tu destino.
-No eres diferente a mi padre,ustedes quieren que haga lo que quieran y me canse de ser solo una pieza de ajedrez,esta vez no me interesa cuales son las consecuencias haré lo que quiera.
-¿Aunque en el proceso mueras?
-¡Ya estoy muerta,me mataron ese día que comí las malditas galletas.!
-Te dije que Ledoux te ayudara solo ocupas paciencia.
-¿Paciencia?
-Elizabeth.
-No me quedaré sentada como tu lo haces,no ocupo tu ayuda, yo tengo todo.
-Tu lealtad siempre fue primero.
-Tienes razón,pero cuando me enteré que iba a ser madre mi hijo fue primero que todo,incluso también de usted.
-Aunque diga que te detengas¿ no lo harás verdad?
-No.
-Entonces toma lo que quieras de aquí,menos la carta,esa te la daré en el tiempo adecuado,si la abres ahora no lo soportarias.
-No cambiarás de parecer.
-No.
-Entonces quiero entrenar espada.
-¿Espada?¿Una mujer?
-Hay mujeres que no solo piensan en vestidos bonitos.
-¿Realmente quieres matar a esa persona?
-Lo quiero.
-Entonces hazlo,tienes mi aprobación,puedes retirarte.
-Majestad-Contestó Elizabeth para salir de ahí al campo de entrenamiento con el general Alexis que estaba entrenando a guardias, sus ojos azules se encontraron con los de Elizabeth para acercarse a ella con una pequeña reverencia.
- Señora.
- Alexis- Comentó mientras observaba los combates.
- ¿ Puedo ayudarla con algo?-Comentó serio.
-Organízate, me entrenarás, hoy es la primera lección.
- ¿Vestida así? - Exclamó mientras me recorría con la mirada.
- Mierda- Comentó Elizabeth molesta- ¿Dónde están los uniformes?
- Por aquí- Dijo mientras la guiaba con la mano a los vestidores, saliendo todos inmediatamente al ver que iba a cambiarme en ese lugar, Alexis dejó unos mallas ajustadas junto con una camisa blanca larga que iba fajada y unas botas negras, una vez cambiada Elizabeth observó por el pequeño espejo, Elizabeth quitó el tocado que me había hecho Eleonor y transformarlo en una coleta alta así no le estorbara salió del vestidor para volver al campo de batalla mientras que Alexis y los soldados la observaban con la vista.
- Empezamos.- Comente Elizabeth seria.Mientras Alexis le enseñaba como era el agarre perfecto de una espada, aunque a simple vista se observaban fáciles, Era de fuerza más bien y aunque no pude ganarle en ninguna batalla que tuvimos Elizabeth no estaba tan perdida o eso es lo que le comentó.
- Es todo por ahora, Señora
- Bien - Elizabeth salió del campo algo incómoda mientras se adentraba a su habitación para obtener un baño espumoso, había sudado de más mientras su camisa transparentaba su sujetador, Al dar la vuelta mi cuerpo paró seco al encontrarse con Harry.