La Enviada

CAPÍTULO II- La misión fue entregada

Caminaba confusa, sin saber que pensar, quería ver un rostro conocido, alguien que me dijera: “todo esta bien”, pero no era así y eso me daba más ganas de llorar, la persona que más tiempo conozco es la nana y eso fue ayer.

Tuve que respirar hondo muchas veces antes de atreverme a entrar a la tienda, por suerte no había nadie, o al menos así parecía ya que no me atrevía a cruzar al lado del capitán.

“Tienes que tranquilizarte antes que…

-¡Niña! ¿Dónde andabas?- a pesar de ser bajita zarandeaba con una fuerza tremenda -Pensamos que te habían capturado- no es por ser cruel pero al ver sus lágrimas me sentí feliz, feliz porque sentí la preocupación de la nana y supe que ya no estaba sola en este mundo.

-¡Quédate aquí! Iré a avisar que ya volviste- salió presurosa mientras que yo intentaba ocultar mi alegría y me ponía a pensar qué debía decir.

***

La tarde pasó veloz, sé que la nana no se convenció con mi explicación de quedarme dormida bajo un árbol ya que las patrullas rodearon el campamento en mi búsqueda, aún así no preguntó más. Siento que la nana es alguien acostumbrada a los secretos.

Fue en la noche que el capitán regresó a la tienda, envió a la nana a entregar un mensaje y por primera vez me llamó a su lado de la tienda.

-Sé que no es correcto que una dama esté a solas con un caballero- su mirada se clavó en mí- pero no sé si realmente eres una dama y no pienso ser un caballero así que dime quien eres y porqué has venido a este lugar-

El tono de su voz es potente y sus palabras tienen un filo amenazador, instintivamente miro hacia la salida.

-No pienses que podrás escapar- dijo mientras sacaba su espada- y nadie vendrá, así que…. Empieza a hablar.

Ahora sé que solo quería asegurarse de que no fuera un espía, ya que nadie con mi descripción había desaparecido en las cercanías y era raro que alguien de un sitio lejano hubiera pasado por aquí sabiendo que la guerra estaba próxima. Con el tiempo también comprendí que me dejó pasar la primera noche debido a los ruegos de la nana y a que era mujer, no vio en mí una gran amenaza; pero en otro caso me hubiera tomado prisionera. Pero en ese entonces no lo sabía y no podía evitar que el miedo y el instinto de supervivencia tomaran el control.

-Lo que dije es verdad- lo miré a los ojos con todas mis fuerzas -No sé quien soy ni de donde vengo- volví a contarle lo mismo que a la nana la primera vez que nos vimos. -¡Pero no soy ninguna espía!- Aunque sé que mis palabras no tienen valor, quiero dejárselo en claro, algo en mí me dice que este hombre no es malo y que lo necesito.

-Digamos que tu historia es cierta- en un instante acortó la distancia entre nosotros - ¿Qué debería hacer contigo?

Alzo los brazos en señal de rendición -No tengo nada, pero jamás podría hacer daño- me inclino- déjeme servirlo, puedo hacer lo que sea, ayudaré a la nana en los quehaceres- prácticamente es una súplica -No tengo adonde ir…

-Podría considerarlo, pero…- se da la vuelta- es una lástima, mañana nos marchamos y tú serás llevada a la capital donde podrán juzgarte y averiguar quién eres en realidad.

 -¡No! Por favor- ya no soy solo yo, algo en mí me dice que no debo dejar este lugar por ningún motivo -Le juro que digo solo la verdad…

-¿Adónde fuiste en la mañana?-

-Hice el mismo camino por el que llegué…. A ver si podía recordar algo- ya no puedo contener las lágrimas, me siento muy presionada.

-Yo mismo encabecé la búsqueda…. Si no quieres ir a juicio, entonces dime, a quien le entregaste información y cuál fue el mensaje.-

-Sé que diga lo que diga no me creerá- ya no tengo fuerzas ni para mirarlo -Así que me rindo- extiendo los brazos, mientras me mira asombrada, tal vez pensando que confesaré -Encadéneme si es necesario, pero no me envíe lejos. Aún si me torturan no tengo nada que confesar, la primera persona de la que tengo recuerdo está aquí. Permítame seguir aquí aunque sea como esclava. Y si no puede, por favor, máteme. Ya que enviarme allí será lo mismo.-

Su risa llena todo el ambiente -La mayoría de informantes ya se hubieran suicidado en tu posición. Aunque nunca escuché que enviaran a uno a las fauces del enemigo tan fácilmente- su fuerza es tremenda, cuando me coge de la muñeca -¿O le tienes miedo a la muerte?

Ya no me queda nada, más que yo misma y mi poca fuerza -Si fuera informante y si tuviera miedo a la muerte no hubiera aceptado la misión ¿no cree?- necesito coraje, no quiero estar sola otra vez -Tampoco hubiera planeado una historia tan increíble… ni yo misma lo creería si no lo estuviera viviendo…



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En el texto hay: dioses, magia, guerra muerte

Editado: 01.12.2018

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