La esposa de Saturno

Capítulo 9

Lo que tenía a todos consternados y boquiabiertos, era el misterioso suceso que había transcurrido en la morgue de París un día después de la muerte de Dione. El cuerpo de la periodista fue visto con vida de manera extraña en aquel lugar. Lo que más asustaba a las personas que allí trabajaban, era ver a la mujer desnuda y con heridas de bala caminando por los pasillos buscando la salida.

Los guardias afirmaron que un misterioso hombre encapuchado la esperaba con ropa a las afueras del edificio, y que sin más preámbulos, ambos desaparecieron a pocos metros de la entrada de la morgue. 

En la cadena para la que Dione trabajaba, tuvieron acceso a los videos para transmitirlos en la emisión del mediodía. Octave y Max quienes eran los más cercanos a ella no paraban de asombrarse ante lo que veían a través de la pantalla. 

—¿Tú que crees que pasó aquí? —Max esperaba a que Octave le diera una explicación lógica a lo que registraron las cámaras. 

—No tengo palabras para esto, Max —comentó Octave — Solo sé que tengo la cabeza a punto de explotar. Hablé con Normand minutos después de que su jornada terminara y me dijo que vio a Dione muerta, ensangrentada y con varias heridas causadas por un arma de fuego. ¡Dione estaba muerta, Max! ¡Muerta! Normand la vio, Zoé la vio, todo el cuerpo de investigación la vio. 

—Iré a visitar a Marjolaine ¿Quieres venir? —Comentó Max. 

—Claro que sí, la pobre debe estar destrozada al igual que los padres de Dione. 

Todos al interior de la cadena trabajaban sin ánimos y algunos decían que la culpable era Laurine, ya que a la hora en que asesinaron a Dione, la periodista debía estar en su oficina. Era evidente que aquellos que creían en Dione querían hacer sentir mal a Laurine por lo que hizo, la secretaria de Antoine comenzaba a creer que todo lo que estaba pasando era en realidad su culpa. 

Max y Octave salieron al departamento a visitar a Marjolaine, quien estaba acompañada de Normand. El agente trataba de consolarla, Marjolaine quería mucho a su amiga y era doloroso para ella la violenta y repentina despedida de Dione. 

Cuando finalmente la joven se tranquilizó, Octave tocó el tema de video de las cámaras de seguridad en la morgue. Marjolaine recordó lo que una vez le había dicho Silvain y miró a Normand fijamente. El agente Robert sabía que la chica tenía conocimiento de lo que pasaba, pero no se atrevía a decir nada.   

Max y Octave se miraban al ver la reacción de Marjolaine. Media hora más tarde el periodista y el camarógrafo abandonaron el apartamento. Fue en ese instante en el que Normand le preguntó a Marjolaine si sabía algo que los demás ignoraban.

—Normand, tengo que decirte algo, pero por favor no le cuentes a nadie ya que sonará fantasioso. 

—Vi a un hombre desaparecer ante mis ojos en la jefatura, nada me parece fantasioso desde ese día —comentó Normand —ahora, dime que pasa. 

Marjolaine respiró profundo y dijo —Dione no está muerta en realidad. El sujeto que desapareció, Silvain Durand, es un ente cósmico que tiene conexión con Saturno. Dice que debe entrenar a Dione para una misión en la Tierra. 

—Tiempo atrás te habría dicho que suena como a una película de Hollywood,  ahora que he visto cosas extrañas últimamente, no me parece loco. Pero ¿Quién es este tipo en realidad? Es lo que no logro entender. Ahora que lo recuerdo, en la sala de interrogación dijo que era un ente protector de Dione y debía entrenarla porque su misión iniciaría pronto. 

—Ese sujeto suele aparecer en la habitación de Dione algunas veces, aunque no lo ha hecho desde su muerte —Dijo Marjolaine ignorando que Silvain estaba parado detrás de ella. 

—¡Hola, humanos! —Exclamó el guardián. 

—¡Infeliz! —habló Normand con firmeza abalanzándose hacia Silvain. 

El guardián no tuvo otra alternativa que usar su poder para elevar a Normand unos pocos centímetros en el aire —Sé que vas a reprocharme por no haber protegido a Dione como tanto lo decía, pero te aclaro que así debía ser. Es parte del proceso y no tenía permitido intervenir en su asesinato. —dejó caer a Normand y se disculpó por haberlo elevado.

—¿Dónde está? —cuestionó Normand —¿Dónde tienes a Dione?

—Ella está en un lugar seguro, debe descansar y recuperarse del dolor. Pronto podrán verla como antes de todo este embrollo, sin heridas ni nada. 

—Silvain, dinos la verdad ¿Que tienes que ver con ella? —Preguntó Marjolaine 

—Dione es mi esposa, pero por causa del destino vino a parar a este planeta. Su padre es descendiente de guardianes, fue el elegido para traerla a este mundo y criarla como humana. 

—¿Es por eso que las has seguido toda la vida? —Marjolaine no podía creer lo que escuchaba. 

—¡Correcto! 

—¡Qué romántico! —dijo la chica ya que para ella era algo tierno. 

—¿Entonces toda la vida he interactuado con una guardiana cósmica? ¡Sacre bleu! —habló Normand llevando sus manos a la cabeza. 

—Dione es mayor que ustedes por muchos años; siglos, diría yo. En el futuro serán capaces de comprender lo que sucede, por ahora solo les pido que se cuiden de Constantin. 




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