Inglaterra, 1810
Ariadna: solamente he venido a quitarte un poco de su tiempo a mí prometido. Necesito que me escuche y después de que lo haga me iré.
Dante: entonces será mejor que hables. Porque lo que menos quiero es perder el tiempo hablando contigo y no entiendo que es lo que esperas para hacerlo.
Ariadna: me acabo de enterar de que le propusiste matrimonio a otra joven sabiendo que era tu prometida. Solamente que esto tarde o temprano tenía que pasar y pienso hacerme un lado para que seas feliz, pero a partir de este momento se rompe el acuerdo que existe en nuestras familias. Espero que seas feliz con la joven que elegiste, ella si es perfecta para ti, además ya no sufriré por este amor no correspondido y ahora que te estoy viendo me doy cuenta de que no siento nada por ti.
Dante: eso sería imposible. Porque el único caballero que siempre has amado es a mí, ahora necesitaras recordar que eres mi mujer por derecho y ni tu ni yo puede romper este compromiso que nos impusieron.
Ariadna: te hubieras negado a nuestro compromiso si no lo quisiste desde un principio y nada de esto estuviera pasando. Ahora entiendo porque nunca lo hiciste oficial y necesito que evites expresarte de mí de esta manera, ya que jamás fui tuya y sus palabras se pueden malinterpretar.
Dante: tenía que hacer algo para evitar casarme contigo y por lo visto lo conseguí. Porque nunca en mi vida me casaría con alguien como tú.
Ariadna: no será necesario que siga escuchando tus palabras. Estoy segura que lo haces con la única intención de herirme y no debes de preocuparte por mí, pero antes de irme necesito decirte que cuando nos volvamos a ver me trates como si nunca nos hubiéramos conocido, además también me casare con un caballero que sabrá darme mi lugar como su esposa y eso es algo que nunca hiciste.
Dante: no creo que te vayas a casar. Solamente que nadie soportaría estar a tu lado y siento que tu nuevo prometido te va a dejar igual como lo hice yo.
Ariadna: no todos los caballeros son iguales. El sabrá amarme y usted se va a quedar completamente solo por haberme hecho sufrir con sus palabras.
Dante: nadie amaría a una fea. Porque eso es lo que siempre has sido y yo me casare con alguien que es realmente hermosa en comparación contigo.
Ariadna: siempre fuiste demasiado superficial. Ella y usted harían la pareja perfecta, nada más que no debe de olvidar que la belleza se marchita con el tiempo.
Dante: por fin después de tanto tiempo tendré a mi lado a la joven que elegí para mí, pero sé que nunca me arrepentiré y prefiero casarme con ella.
Ariadna: entonces se feliz. Además, a mí me dejaste de interesar desde el primer momento en que me entere que aceptaste nuestro compromiso por obligación.
Dante: en verdad pensaste que lo había aceptado porque te quería. Eres una joven demasiado insignificante y deberías de ver tu reflejo en el espejo para que te des cuenta de que te estoy diciendo la verdad y no sabes cómo compadezco al caballero que se va a casar contigo y pienso que deberías de desistir de la idea de casarte, porque nosotros sabemos que destino te espera si lo haces.