La extraña casa de Sir Edward

Primer día de trabajo

San Luis Potosí. 2022.

Una pequeña casa productora creada por chicanos estaba instalándose en el pueblo de Xilitla, en la huasteca potosina. Un productor multimillonario los contrató con la intención de crear una película de fantasía y eligió aquel lugar como su principal locación debido al surrealismo del lugar, pero. El guion era bueno, pero el director apostaba más a los actores elegidos como protagonistas para su éxito, todos ellos jóvenes idols de moda que, por su galanura, seguramente atraerían a muchas jovencitas.

Para compensar el presupuesto utilizado en los sueldos de los idols, abrió una convocatoria para adolescentes que quisieran realizar trabajos como becarias, con un sueldo muy bajo, pero en donde el principal atractivo para ellas sería estar en contacto con los galanes juveniles. Desde el primer día tuvieron filas de jovencitas aplicando y aceptando las condiciones de trabajo y sueldo a cambio de pasar sus vacaciones de verano cerca de sus ídolos.

Pero, lo que las ingenuas jovencitas no sabían, era que ellas sólo ayudarían en el montaje del set en vacaciones mientras que los idols llegarían sólo en la última semana antes de vacaciones, así que no tendrían mucho tiempo para conocerlos.

Johnny Estévez, el director, se arrepintió muy pronto de haber tomado esa decisión, pues la mayoría de ellas no eran lo suficientemente responsables, se desgastó por días regañándolas por su falta de interés en sus labores, y fue peor en la última semana, pues estaban más ocupadas en tratar de conseguir alguna fotografía o autógrafo de los actores que en el trabajo.

Y, para empeorar su mal humor, Marvin Twain, su actor principal, envió un mensaje diciendo solamente que llegaría con 3 días de atraso. Johnny gruñó con frustración, Marvin era el protagonista y, por mucho, el más popular de sus actores, alguien que le garantizaba el éxito, pero el muchacho tenía fama de arrogante y caprichoso, lograr que se comprometiera con el filme sería un gran logro.

Justo el día en que Marvin estaba por llegar, la mayoría de las asistentes estaban más distraídas que nunca y Johnny pasó casi todo el día arreándolas como mulas.   

Cansado, el director regresaba a su sillón para revisar la agenda cuando vio a una chiquilla morena husmeando entre los maceteros.

 ―¡Oye! ―gritó―, te contratamos para apoyar en el set, no para que estés espiando a los actores.

―¿Me contrataron? ―la jovencita se señaló a sí misma. Johnny la vio detenidamente, parecía salida de alguna serie de anime, con ojos muy grandes y reflejantes, su piel morena muy perfecta y un lunar en forma de medialuna en su mejilla.

―Deja de hacerte tonta y ve con las demás, les daremos instrucciones.

El director le señaló el patio donde estaban las demás, tomó su agenda, la analizó y se acercó a ellas para girar instrucciones.

―Ya no quiero estar tras de ustedes, ¿de acuerdo? Todo es muy simple, sólo deben hacer lo que se les ordena y nada más. Podrán interactuar con los idols en su tiempo libre pero sólo si ellos se los permiten. Y no quiero problemas de ningún tipo o las echaré de una patada., recuerden lo más importante, nada de irse con ellos a lugares ocultos, hay cámaras por todos lados. Ustedes son menores de edad, nadie puede tocarlas sin su consentimiento, ¿de acuerdo? Si ellos las tocan sin su permiso, ustedes deben denunciar su acoso.

―Sí, señor ―dijeron en coro.

―Y mucho cuidado con volver a desobedecer, aquí todos obedecen, ¿queda claro?

―Sí, señor.

Las chiquillas de inmediato iniciaron las labores, ayudando a mover utilería, limpiando, trasladando vestuarios y todo lo que se les ordenara. La joven indígena de nuevo fue atrapada buscando entre los matorrales.

―Oye, tú ―el asistente del director la señaló―, ¿qué haces ahí? Es hora de poner el buffet. Asegúrate de que nadie tome nada de comida hasta las 2 en punto, ¿te quedó claro?

―¿Cómo sé qué es la “dos en punto”? ―preguntó ella.

―¡Por todos los cielos! ―él señaló un reloj digital por encima de la pared y habló con total sarcasmo―. Ahí, cuando tenga un dos de este lado ―y dibujó un dos en una hoja ―y dos ceros de este otro ―y dibujó dos ceros―, ya son las dos. ¿Entendiste?

―Sí, creo que sí.

El director terminaba de girar algunas instrucciones cuando escuchó una revuelta. Fue a ver de qué se trataba y vio que la joven indígena impedía a capa y espada que tres actores tomaran algo del buffet.

―¡Esta niña idiota no nos deja comer! ―gruñó uno de los actores.

―Ordenaron no comer nada hasta las dos―respondió la chiquilla. El director miró el reloj que marcaban 1:55.

―Faltan solamente 5 minutos ―él se estiró desperezándose―. Creo que es momento de… ―pero cuando quiso tomar un bocadillo, la niña lanzó su mano contra la de él, alejándola sin necesidad de golpearlo―. ¿Qué haces? Dije que ya podíamos comer.

―Tiene que haber un dos de este lado y dos ceros de este otro. Usted dijo que debía obedecer.  

El director refunfuñó, empujó a la jovencita para tomar algo del buffet, pero para su sorpresa, ella giró sobre su propio eje y le dio un manazo obligando a soltar el bocadillo. Todo aquello se volvió un espectáculo, era como querer vencer al mejor maestro de artes marciales, la niña, con gran habilidad, lograba ingeniárselas para evitar que el director tomara nada. Los otros actores se unieron a la lucha, pero fue inútil, ella simplemente no permitía tomar nada.



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En el texto hay: fantasia, surrealismo, espiritualidad

Editado: 24.10.2023

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