Henry con Dylan se acercaban cada vez más a las dos chicas castañas, quienes se encontraban sentadas.
-¿Nos tardamos demasiado?- pregunto Henry.
-No, fueron rápidos al saber que es lo querían comprar- contesto Verónica mostrando una sonrisa.
-Bueno, ya se está haciendo tarde, creo que es hora de irnos- Ibelin comento a la vez que se levantaba de su asiento.
-Tienes razón pasa de las 6:00, si llegas un minuto tarde tu mamá te matara- Henry mostraba una sonrisa burlona en su rostro.
Al final decidieron abandonar el lugar los cuatro se despidieron menos Henry y Ibelin como ambos son vecinos no había necesidad de despedirse del uno del otro, ambos iban caminado rumbo al transporte publico la conversación entre ambos era tranquila, después de mucho tiempo ambos se comportaban de una manera tranquila pero no fue hasta después de que ambos se bajaran del autobús el tipo de ambiente empezó a cambiar entre los dos.
-De hecho mucho antes cuando nos encontrábamos en el parque de atracciones quería darte algo- conforme avanzaron sus palabras, las blancas mejillas de Henry se empezaron a teñir de un rojizo carmesí como si se tratasen de frutos rojos.
-Toma- en su mano en la cual estiraba hacia la dirección de Ibelin, se podía ver un collar, era una flor, en ella estaba impregnada una joya de color violeta, por supuesto la joya era falsa si Henry quería conseguir algo así, tenía que pagar varios millones pero por el momento él no tenía esa cantidad de dinero, así que era lo único que le podía dar.
-Vaya pero que bonita- Ibelin estaba notablemente asombrada por el bonito collar- muy bien recibiré tu obsequio con mucho gusto, solo porque el collar es bonito.
-Está bien, te lo pondré solo voltéate- Henry soltó una ligera risa ante las palabras de Ibelin, mientras ella hacia caso a sus palabras.
Solo se trata de ponerle el collar pero ¿Por qué estoy tan nervioso?, ella tiene un bonito cuello, por alguna razón me alegra ser el único quien la conozca a la perfección.
Esos eran los pensamientos de Henry por Ibelin en este momento.
-Listo termine.
-Vaya te tardaste mucho en ponérmelo.
Ambos se miraron entre sí, la mirada de Ibelin hacia Henry era ver como a un querido hermano, en cambio Henry tenía una mirada de un chico locamente enamorado era una mirada que transmitía amor sincero e incondicional, es una lástima que Ibelin no supiera nada de sus sentimientos de él, aun si lo supiera ella lo rechazaría.
Los dos ya habían llegado a su casa ellos se despidieron cada uno entro a su respectiva casa.
Maldición es muy linda ¿Cómo alguien asi puede ser tan tierna? Creo que me volveré loco.
En toda la noche Henry no pudo dormir, se volteaba de un lado a otro en la cama, en lo único que podía pensar era acerca de si decirle o no sobre sus sentimientos a Ibelin, al final decidió esperar el momento indicado para comentarlo.
Editado: 17.10.2022