Sin sentir como el tiempo iba transcurriendo, los exámenes de la primera unidad habían llegado. Tras haber terminado haciendo un grupo para estudiar, el cual debería de haber sido un tiempo en que Lui y Elva estuvieran juntos los dos solos, termino siendo un grupo con Nina, Lui, Elva, Neftalí y Laila.
Debido a que todos se empeñaron en poder estudiar, es que durante los exámenes ninguno lo sintió demasiado difícil, aunque siempre hubo algunas cosas que les hizo estar un buen rato pensando en la respuesta. Por supuesto que esto hizo que pudieran salir más antes y, una vez que habían terminado el último examen del día, les permitieron el poder regresar a sus casas.
Elva, al llegar a conocer el horario de Lui durante la semana de exámenes, le había dicho que los dos regresarían juntos a sus casas. Lui no rechazó la idea de Elva, más bien le hacía demasiada ilusión el poder regresar junta a ella a casa. Es por ello que, aunque habían estado regresando los cinco juntos durante los primeros dos días de exámenes, lo cual le había hecho sentirse un poco desilusionado al principio, el día de hoy estaba tan emocionado ya que regresarían sólo los dos, al ser que los demás tenían que ir a otros lugares y no podrían acompañarlos durante el regreso en esta ocasión.
Lui, aunque vio que ellos estaban actuando un poco raro en el momento en que les dijeron que no podrían regresar con ellos a casa, no le tomo mayor importancia mientras él pudiera estar con Elva. No es que estuviera en contra de que regresaran los cinco juntos, sino que estuvo sintiendo que entre él y Elva se estaba creando alguna especie de distancia que no permitía que pudieran hablar tan fácilmente sino que en ocasione eran un poco distantes las conversaciones.
Mientras el primer examen del día había empezado, Lui se esforzó lo más que pudo para terminar lo más pronto posible, esto lo hacía para poder tener tiempo para estudiar el próximo examen y así poder terminar más rápido el mismo. Pero, en el momento en que termino el examen, según lo planeado, salió con su cuaderno en el corredor para sentarse en una de las bancas que estaba a la par y así estudiar. Pero, mientras estaba estudiando, de pronto sintió que había lago que había olvidado pero no podía recordarlo por más que tratara. Sin siquiera poder estar seguro de lo que era, decidió que era mejor dejarlo así, ya que lo más importante en ese momento era el poder estudiar para poder salir lo más antes posible y así evitar hacer que Elva espera demasiado tiempo.
Aunque donde estudia Elva estaba un poco más alejado que donde él estudia, de alguna manera siempre se encuentra ella esperándolos. El saber que ella lo estaría esperando, le hacía querer hacer que por esta única vez fuera todo lo contrario, además de que no podía encontrar una respuesta del por qué ella llega antes que él al parque y siempre la encuentra en el kiosco esperándolos.
De esta manera, a pesar de que sus amigos lo llamaron para poder ir a jugar un rato mientras empezaba el próximo examen, Lui tuvo que rechazarlos diciendo que tenía que estudiar para el próximo examen. Ellos, aunque pensaban que tal vez en esta ocasión a Lui se le olvido estudiar para ese examen, lo dejaron después de haber estado insistiendo un poco. Entre la emoción que tenía al saber que ya era el último examen, al fin llegó la hora de irse. Lui, saliendo del instituto, se dirigió hacia el kiosco para esperar a Elva.
Lui, una vez que ya se encontraba en el kiosco, se sentó por un momento mientras pensaba – hoy si le voy a dar una sorpresa a Elva al ser que llegue mucho más antes que ella. Sólo espero que esto sea lo suficientemente sorprendente – y así estuvo esperando.
Lui, durante la espera, por instantes miraba de un lado a otro en espera de poder ver llegar a Elva pero no había señales de ella. Mientras esperaba, se decía así mismo – creo que llegue demasiado temprano, tal vez aún se encuentra en examen – y así siguió esperando, al término de unos veinticinco minutos, Lui empezó a ver la hora en su teléfono mientras seguía esperando.
De esta manera fue que Lui siguió esperando sin lograr ver ni un rastro de Elva. Durante el resto del tiempo en que él estuvo en espera, se sentaba un rato y se paraba por breves momentos para poder ver si ya venía y, sin ni un rastro de ella, daba una pequeña vuelta en el kiosco o sacaba su cuaderno o libros para leer un rato. Todos en el instituto empezaron a salir y poco a poco todo el lugar se vio lleno de estudiantes, no sólo del instituto donde estudia Lui, sino que había de otros institutos.
Por un instante todo el lugar se vio lleno de estudiantes que pasaban de un lado a otro. Algunos de ellos iban de regreso a sus casas, otros estaban esperando en la parada que llegara su bus, mientras otros sólo pasaban un rato juntos platicando y divirtiéndose.
Lui empezaba a aburrirse de esperar. Pero, a pesar de ello, no se daba por vencido pues tenía en mente – ella llegará en cualquier momento. Así que debo de ser paciente y esperarla – y de esta manera el tiempo siguió transcurriendo sin llegar a ver ni una señal de Elva. Todos los que estaban cerca del kiosco se fueron dispersando y cada uno tomando su camino de regreso, dejando de esta manera el lugar casi vacío y sólo unos cuantos estudiantes todavía estaban en el lugar.
Lui, viendo que ya era demasiado tarde y que Elva no llegaba, tratando de ser optimista, pensó – tal vez le pasó algo y por eso no pudo llegar. Sólo espero que no le haya pasado nada malo y sólo se trate de un retraso – se dio la vuelta para bajarse del kiosco y dirigirse a la parada para esperar el bus. Mientras estaba empezando a bajar las gradas, escucho una voz que decía – ¡Perdóname la espera! – Lui volteó a ver inmediatamente con la ilusión de que fuera Elva, pero no fue así.
La persona que dijo eso, era de un par de amigas que se estaban encontrando en ese lugar. Al parecer la otra amiga se había atrasado, por eso es que venía corriendo y le dijo eso a su amiga. Mientras bajaba del kiosco, oía la conversación que tenían las dos en la que decían – Si lo siento, es que terminé comprando algunas cosas de camino aquí, por lo que me atrasé. Además de que, si lo hubieras visto, había bastante gente en el lugar y no había modo de que llegara mi turno – y la otra le respondía – ¿de verdad?, no lo puedo creer que hayas sido capaz de esperar tanto tiempo en ese lugar – la amiga – de verdad, ni yo puedo creer que hay esperado tanto tiempo sin llegar a tener que irme de ahí. Bueno, tal vez sea porque si no esperaba, tendría que regresar otro día y me terminaría atrasando con las tareas y es lo menos que quiero hacer – la otra – bueno, ahora que acabo de presenciar un milagro, puedo perdonarte el haberme hecho esperarte por mucho tiempo – la amiga – ayyy, ¡Qué mala eres! – y así se fueron riendo.