Antes, los humanos temian de lo nuevo, temian explorar el mundo y fueron pocos los que se atrevieron a experimentar y ver con otros ojos la realidad; con el tiempo se fueron haciendo temerarios y en la actualidad han explorado hasta lo inexplorable aunque aún hay varias cosas por descubrir.
Ahora son más curiosos y ambiciosos de lo que nos rodea. Esa es una de las razones por las cuales nos escondemos, no tememos salir pero si tenemos perder lo que poseemos, lo que nos hace nosotros ya que no sabemos hasta donde puedan llegar por su curiosidad.
Por primera vez en nuestra hisitoria los mortales son peligrosos para nosotros.
El poder de la oscuridad es mucho más grande de lo que imaginas.
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Kendelltar, era pueblo donde las personas con habilidades especiales vivían en paz y en comunidad con los que no las poseían. No había peleas ni conflictos, eso fue hasta que apareció él y puso en conflicto a varios clanes y amistades de años se rompieron; eso puso en peligro a los mortales y se aumento el riesgo de que más personas los descubrieran.
Fue cuando se creó la barrera que separaría a Kendelltar desde entonces los mortales ignoran la existencia de lo que hay al fondo del bosque. Todos los sobrenaturales tuvieron que esconderse y encontraron un buen lugar para vivir y se convirtió en lo que es ahora. Un pueblo normal, aburrido y donde todos creen que los inmortales son parte de libros y películas.
Bienvenidos a Kendelltar, un pueblo donde todo es posible.
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Eran las siete de la mañana y Olivia Jones se preparaba para un día más en su último año con sus dos mejores amigos. Era una chica que dejo de esforzarse en su apariencia hace mucho tiempo
Se puso sus lentes y revolvió su cabello castaño que era todo un lío, tomo su mochila y estaba lista para otro dia más en la preparatoria de Kendelltar.
Respiro hondo - Camino despejado - dijo al notar que sus padres no estaban, estaba harta de pelear cada mañana. Antes de salir de su cuarto se paró en la puerta y dirijio la vista al cuarto de su hermano.
¡Corre, Olivia!
Se dió un golpe en la frente para volver a la actualidad y acomodo su mochila que estaba colgada de un hombro para bajar corriendo las escaleras.
Se acercó a la refrigeradora para tomar algo pero se topo con una nota en la puerta de la misma y por la letra supo que era de su mamá.
Te dejé treinta dólares pegados en la refrigeradora.
Arrugó la nota y la tiró a un lado, se sentó a desayunar sola, como siempre. En medio de sus miles de pensamientos una vibración la regreso al mundo real, era un mensaje de su mejor amigo Thomas, pero cuando estaba por contestar él la llamo.
- Estoy por salir... - puso el teléfono entre su mejilla y hombro para levantarse y poner el plato en el fregadero, de paso tomo los treinta dólares. - Dame cinco minutos - no dejo que Thomas dijera palabra antes de colgar.
Al salir encontró a Thomas en su auto rojo y en la ventana del copiloto extendiendo su brazo alegremente estaba su mejor amiga Natalia. - ¡Vamos! ¡O llegaremos tarde! - grito Nat con sus lentes en forma de corazón y su cabello que pareciera que le toma horas arreglarlo pero a despertado con ella y sabe que eso es natural o más bien, ella no es normal.
Corrió hacia ellos y se subió a la parte de atrás del auto. Los tres eran amigos desde la secundaria, de echo eran los únicos amigos de Olivia. Lo que le llamaba más la atención era que ellos eran como dos de los reyes de la escuela y que entre toda esa gente la hayan elegido como su mejor amiga.
Había pasado mucho tiempo como para seguir creyendo que querían burlarse de ella, eran la familia de Olivia, eran los únicos con los que podía hablar de casi todo.
Al llegar a la escuela las miradas cayeron a los tres amigos, Thomas a la izquierda, Natalia a la derecha y Olivia en el medio. Los tres no solían separarse en todo el día y cuidaban de Olivia, ya que era víctima de burlas casi todos los días.
- ¿Que les parece ir a ver una película después de clases? - sugirió Thomas mientras caminaban por el pasillo.
- No puedo, hoy tengo cita con la psicóloga - dijo Olivia - Además, la necesitaré, ya que tengo un examen de matemáticas y eso me causa daño emocional.
- Diras, tenemos, preciosa - dijo Thomas. La tomo de los hombros y la abrazo para seguir caminando - Sabes que siempre te ayudo - los dos entraron a la clase de matemáticas y Natalia tuvo que ir a ciencias.
Thomas se sentó delante de Olivia. En cuanto Olivia tuvo el examen enfrente su mente estaba en blanco, a pesar de que estudió hasta la media noche, todo parecía que estaba en otro idioma.
No pasaron ni diez minutos que Thomas le hacía señas para que haga lo que hacían desde que entraron a bachillerato. Olivia se alegró de que siempre fuera su salvavidas, se aseguró de que nadie la viera y rápidamente se intercambiaron de examen.
Ella puso su nombre en el examen de Thomas y fue la última en entregarlo. Al llegar las tres, Olivia se dirijio donde su psicóloga y los otros dos amigos tomaron el mismo camino.
Olivia observó cómo ambos hacian una linda pareja. Thomas, con sus ojos verdes y cabello color avellana con sus pecas y rasgos definidos, era el deseo de muchas, al igual que Nat con sus ojos negros como la noche, su cabello rizado con unos mechones pintados de azul y su porte, era la envidia de las mujeres altas.
Lamentablemente, esos dos a penas se soportaban, tenían el ego demasiado alto para estar juntos
2
Despues de cada terapia Olivia iba a refugiarse con su vecino de la piel lechosa y su familia extraña pero sus encuentros solo tenian un proposito. Ambos lo hacian y hablaban un rato y Olivia solo se acostaba con él, ya que no tenia la confianza o autoestima suficiente para desnudarse frente a alguien más, en cambio Alec lo hacia con cualquiera, pero eso le tenia sin cuidado a Olivia ya que desde un principio sabia que su "relacion" solo tenia ese proposito. - ¿Ya te sientes mejor? - le pregunto Alec estando acostados en la camay recuperando el aliento.
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Editado: 31.10.2024