Presente
Isantce se encontraba reunida con el consejo mágico internacional o el CMI como regularmente se le conocía. Ella era la representante de los chamanes de la zona, lo mejor sería que la junta acabara rápido, ella tenía que llevar al chaman elegido para procrear con la zorra Hechicera, reprimió un bostezo. Esas juntas eran la muerte en toda ocasión, a veces hubiera preferido ser como cualquier persona en el mundo, sin obligaciones ni nada de juntas odiosas. Pero también le encantaba ser la más fuerte, la más sabia y sobre todo la más poderosa. Por lo menos lo sería cuando matara a la hechicera en pleno acto. Según las leyendas era el único medio en que alguien podía robar los poderes de alguien más. Así que llevaría a su chico, lo obligaría a coger con la estúpida hechicera y cuando se sintieran cerca de la cima, pam, le cortaría el cuello aspirando de su esencia vital los poderes por la que era tan buscada.
Entonces se acercaría a Sandra y a Juliet y les rompería el cuello, así, sin más.
Aunque podría averiguar como tomar los poderes de esas dos.
De pronto la puerta se abrió, Roman entró en la sala seguido de Jazmin y otra mujer. Los 3 olían profundamente a sexo
Isantce tuvo que contener las arcadas que le habían dado de imaginarlo. Roman se acercó a ella y fue en ese momento que pudo oler a la hechicera en él. No, eso no podía ser. Si él fue el primero no serviría de nada cortarle el cuello o su muchacho para ser claros.
-Dime que no la follaste Roman
-No lo hice, escapó antes de poder hacer nada
-¿Es..es...ESCAPÓ? ERES UN IDIOTA, JODIDO ESTÚPIDO VAMPIRO DE MIERDA, PERO...
De pronto notó que gritaba en medio de la sala donde se encontraban los más poderosos entre los poderosos. Todos la veían.
Juliet se adelantó, sonriendo.
-¿Quién se escapó Isantce?
-Un animal que necesitaba para un sacrificio a la Diosa.
-Espero que sepas que en ocasiones más vale cambiar de especie a sacrificar-Juliet dio media vuelta haciendo que todos la siguieran a la salida de la sala-y recuerda Isantce, habemos muchos que sabemos escuchar pensamientos e inquietudes, ten cuidado con lo que tengas en la cabeza.
Salieron todos, dejando a la mujer extraña, Jazmin, Roman e Isantce solos, con la amenaza pendiendo sobre sus cabezas.