La heredera de Lyuvov (libro 1)

Capítulo 7: “Pasado”

—Dices que eres mi nieta, tu identificación es de 1999 y estamos en 1985. ¿Eres hija de Korlec o de Ryalin?

—No debería revelar nada del futuro, ¿no crees? —mi pregunta al parecer lo molestó, pero no me importa, modificar un solo segundo del pasado podría traer serias consecuencias al futuro—. Supongo que verdaderamente viajé en el tiempo. Todo esto es increíble, por una parte me emociona y por otra me aterra porque no sé como regresar a mi época. Mira, estoy enojada ahora mismo y les alerto que revelar el futuro puede causar grandes problemas. Así que me limitaré a escuchar si desean contarme sobre este collar. ¿Por qué no debo usarlo? ¿Qué es?

—En eso tienes razón... No debes revelar el futuro por nada del mundo... ¿Kolie, no? —dijo el que se supone que es mi tío abuelo.

—Sí, ese es mi nombre.

—El collar —se sentó mi joven abuelo a mi lado y miró al techo— Te voy a contar la leyenda.

—No quiero una de tus historias, necesito que seas conciso.

—Dyado, esta chica sí te conoce. —empezó a reír su hermano.

—Eso creía yo. —dije desanimada, no pude evitar recordar la carta de mi abuelo y su confesión.

—Bueno, por lo menos conoces su personalidad.

—El collar, por favor.—repetí para que no divagaran.

—Encierra el alma de una poderosa hechicera que dominaba los cuatro elementos, Armin se llamaba. Estaba descontrolada y usar esta pieza puede causar que se libere lo que contiene. En la actualidad hay muy pocos hechiceros capaces de volver a retenerla. El hecho de que estés aquí y ahora con eso puesto significa que ella intenta que tú pierdas dominio de tu cuerpo...

—Detente, ya entendí. Ella me trajo aquí pensando que perdería la cordura al verte, pero maldita sea no puedo enojarme cuando actualmente no me has hecho nada y liberar mi enojo contigo sería modificar el futuro. ¿Piensa que soy tonta?—una lágrima resbala por mi mejilla.

—Estás triste por la muerte de mi hermano, ¿verdad?

—No, estoy triste por otras cosas. —Pensé en preguntarles cómo regresar a casa, pero me saltó la duda más grande, mi padre— Abuelo, ¿te puedo pedir algo?

—¿Qué?

—Deseo ver a tus hijos, prometo no decir nada, solo pasaré un rato con ellos como una vieja amiga tuya. ¡Por favor! —supliqué secándome la cara.

—Bueno, son niños, no harán muchas preguntas. —alegó Adam, al parecer él me apoya.

—Prométeme que no dirás nada del futuro. —pidió mi abuelo.

—Lo prometo.

—Deben estar aún en el colegio, vamos a buscarlos. ¿Puedes arreglar mi sala? —me mira interrogando mis movimientos. Él no confía en mí, se nota, conozco bastante a mi abuelo, no todo, pero sé descifrar miradas como esa.

—No lo sé, ni siquiera sé como funciona el collar... Además, aquí la desconfiada debo ser yo.

—¿Y eso por qué? —interroga Adam.

—Yo no viaje en el tiempo con un collar que retiene el alma de una mujer indomable arriesgando la paz en el universo. —alega mi abuelo defendiéndose, lo noto retraído, como si de alguna forma supiera lo que pienso.

Salimos de la casa, en cuanto puse un pie fuera esta tomó un aspecto antiguo, muebles de madera, sin televisor, una lámpara de bronce y cristal, lo único que podía reconocer era el cuadro del paisaje que adorna la pared de la derecha.

—Se arregló tu sala. —dije sonriendo.

—Ya veo.

—Tenemos un problema —anuncia mi tío abuelo.

—¿Qué ocurre? —pregunto preocupada.

—Tu ropa extraña.

—¿Ropa extraña? —en ese momento caí en cuenta de que mi ropa resaltaba mucho en esa época. Vi como una mujer que pasaba frente a la casa me miró asombrada, ella usa un vestido ancho por la rodilla y zapatos cerrados. Yo por mi parte ando con una camiseta, unos jeans y un par de tenis altos— Vaya, ¿así no podré ir verdad?

—Podrías prestarle ropa de Aurora —sugirió Adam.

—Podría, sígueme.

Su habitación también había cambiado, la cama es de madera antigua con un cabezal tallado, sin espejo, su armario también es de madera a juego.

Sacó un vestido blanco con relieve bordado y largo, verdaderamente hermoso para ser de otra época. Mi abuela tenía buen gusto al parecer.

—Es lindo —le dije.

—Debe servirte, tu cuerpo se parece al de ella pero tu rostro no.

—Dicen que me parezco más a mi madre. —él sonrió. ¡Rayos! Le acabo de decir que mi padre será Korlec, pero bueno pensando las cosas, a Adam le conté mucho más sin saber.

—Korlec será tu padre, noté que tienes sus labios.

—¡¿En serio?! —él nunca me había hecho ese comentario antes, es más, nadie en mi familia me había dicho que tenía algún parecido físico con mi padre.

—Sí, ¿no lo conociste?

—Ya dije más de la cuenta.

—Lo sé, no preguntaré más. —me dejó sola para que me cambiara de ropa.

Al salir ellos estaban discutiendo, logré escuchar parte de la conversación sin que notasen mi presencia.

—¿Qué fue lo que te contó? —exigió mi abuelo agarrando fuertemente el brazo de Adam.

—Nada, solo que habías muerto.

—¿Por qué mi muerte? ¿Lo dijo? ¿Me mataron?

—No, ella no dijo nada más —Adam mintió, no le dijo que se suicidó, dejándome dos opciones: quería proteger el futuro donde él ni es mencionado o tiene otros planes y mi información es crucial.

—Nos vamos —interrumpí.

—Claro —dijo mi abuelo soltando a su hermano.

Caminamos hasta el colegio "Leiver", también estudié allí cuando era pequeña y ahora Kely lo hace. Es una edificación antigua, las paredes están descoloridas, algunos ladrillos sobresalen por la corrosión y el enorme barandal del segundo piso se encuentra medio oxidado. En mi época el mantenimiento hace que no se vea tan tétrico el lugar, cada año pintan y arreglan las grietas para que no se vean.

Reconocí a mi tía y supuse que el niño que lleva su mochila era mi padre. Ryalin no cambio mucho, su rostro aunque más infantil es el mismo, lleva coletas rubias amarradas con un lazo a cada lado. Mi padre es un niño muy guapo, aunque con el defecto familiar, pelo alborotado.



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En el texto hay: magia poderes y secretos

Editado: 27.12.2021

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