Capítulo 20: .“El libro de mi padre"

La situación es incómoda, el rostro de Fabio es inescrutable; Joseph me observa desconcertado por mi retrasada reacción, noto una mezcla de dolor y deseo en sus ojos; el director solo observa divertido la situación.

—Perdona, Kolie, solo fue un impulso —se disculpo Joseph y se giró completamente al director dándome la espalda—. Señor Brown, ¿ya sabe las intensiones de Víctor?

—Oh, eh, yo, quería hablar eso contigo —respondió el director nervioso—, no sabia que... bueno tú y ella...

—No hay nada entre nosotros —aclaré—, tampoco tendré nada con el tal Víctor. Creo que tengo derecho a elegir por lo menos con quién me casaré.

—La futura reina de Lyuvov debe casarse con alguien que tenga las cualidades para ser el rey que merece este lugar —intervino Fabio—. No es un secreto que Víctor es un asqueroso y ha estado con media ciudad, cuando digo media ciudad aclaro que es literal. Sin embargo, su familia es muy prestigiosa y él es realmente poderoso...

—Eso será sobre mi cadáver —gritó Joseph.

—Suerte para Víctor, solo debe esperar cuatro años y te quitará del camino. —Las palabras de Fabio me hicieron caer en cuenta de que a Joseph no le quedaba mucho tiempo de esta vida. Ya Víctor lo había mencionado pero en ese instante no le había prestado atención a la gravedad del asunto. No lo negaré, duele saber que pronto sera un bebé nuevamente y no regresará a ser como lo conozco hasta que yo tenga por lo menos cuarenta años.

—Ten por seguro de que lo mato si es necesario antes de reiniciar mi vida.

—Bueno, calma, por favor —pidió el director— Kolie, querida, la ciudad no aceptará a una reina sin esposo y eso no tiene discusión. Tienes razón en querer elegir, de nada sirve que te obliguemos a casarte con alguien que no amas. Joseph, no debes preocuparte, sabemos que tú no puedes ser el rey por tu condición de maestro ancestral, sin embargo y si tuviese el poder, yo te elegiría una y mil veces, no hay nadie mejor para restaurar positivamente el legado de Armin. ¿Ya recogieron la llave?

—Tiene razón —escucho la voz de Armin retumbar en mi cabeza—. ¿Se puede saber por qué no perdonas a mi hermanito? Venga, puedo ver tu alma y sé que te gusta. Este chico siempre ha sido muy guapo. Recuerdo...

—Ya cállate y no te metas... —grito y todos me miran, en serio me urge aprender a hablar con Armin en mi interior— No es con ustedes, perdonen. ¿Joseph me llevaras a casa o no?

—Sí, claro. —me dice con una ceja levantada— Señor Brown, saldremos ahora mismo.

—¿Puedo ir? —pregunta Fabio.

—¿Para qué? —dice Joseph.

—Jamás he salido de esta ciudad, quiero conocer el mundo no mágico. —Joseph mira al director en un gesto dubitativo y este asiente.

—Bien, pero el viaje será corto y no saldremos de la casa de Dyado. —Fabio rueda los ojos— No reacciones así, esto es una misión corta, si quieres vacaciones ir con nosotros no es una opción.

—Iré de todas formas.

Salimos los tres juntos por la puerta principal de la academia, nos dirigimos a un bello árbol que hay justo en la entrada. Las hojas son de color púrpura, con ligeros tonos de naranja en las orillas, tienen forma de corazón. Una se posa en mi pelo, la sostengo admirando la belleza y la paz que me transmiten.

—¿Te gustan? —pregunta Joseph que también sostiene una.

—Sí —respondo anonadada.

—Armin y yo plantamos este árbol. Tomó parte de nuestros sentimientos y eso es lo que le da vida. Las hojas han cambiado su color, antes eran de un rosa claro y naranja, los tonos estaban en igual proporción. Cuando Armin fue cambiando las hojas hicieron lo mismo, también el púrpura se extendió opacando al naranja.

—¿Extrañas a Armin?

—Aveces, un poco —su mirada se perdió en la lejanía. Lo que me indica que extraña a su hermana más de lo que es capaz de admitir.

—¿Nos vamos? —dice Fabio cruzando los brazos.

—Coloquen sus manos alrededor del tronco. —Indica Joseph.

—¿Nos va a teletransportar? —interroga Fabio.

—Sí. Cierren los ojos y no hablen, Kolie piensa en la habitación de tu abuelo, necesito concentrarme en ese recuerdo.

—¿En la habitación? —pregunto, hay muchas cosas en las que puedo pensar: cuando encontré el collar, cientos de charlas que tuve con mi abuelo allí y tuve que elegir una vez que me cole con Joseph cuando mi abuelo no estaba. Nos vi besándonos con pasión cuando caímos sobre la cama. Vi aquellas escenas como en una película hasta que abrí los ojos. Ambos chicos me observan con rareza, Joseph sonrojado y Fabio serio— ¡¿Qué?!

—Olvidé mencionar que... bueno... Veríamos esos recuerdos a través del árbol. —Joseph observo apenado a Fabio y mis mejillas comenzaron a arder, ese chico ha presenciado dos escenas verdaderamente comprometedoras en un solo día.

—Yo me voy a asomar a ver si nadie viene, recoge la santa llave y larguémonos antes de que me muestren algo que me traumatice —sentenció 
Fabio abriendo la puerta y saliendo al pasillo.

Me apresuré a abrir la caja fuerte, agarré la llave y a punto de cerrarla vi que había algo mas en el fondo, introduje mi mano hasta alcanzar una tapa dura. ¡El libro de mi padre! Lo reconocí por la caratula, ¿cómo habrá llegado hasta aquí?
—¿Qué es?

—El libro de hechizos de mi padre, aquí están algunos conjuros que podrían destruir a Armin, por consiguiente a mí.

—¿Qué hace eso ahí?

—No tengo ni la menor idea, supuestamente solo conocemos la clave de esta caja fuerte, mi padre, mi abuelo y yo.

—Alguien viene —anuncia Fabio cerrando la puerta con delicadeza detrás de él.

—Debemos hablar con mi padre antes de irnos, esto tiene que tener una explicación —levanto el libro para que ambos lo vean.

—Nadie puede verte Kolie. —Explica Joseph apenado.

—¿Y si se trata de mi papá?

—No habría seguridad, ten calma. Nos comunicaremos con él para ve nos visite. ¡Vamos!  —exclamó sosteniendo mi mano y la de Fabio para aparecer nuevamente en el árbol.