Capítulo 21: “¿Será una trampa?”

Mientras estoy sumida en mis pensamientos, haciendo teorías, intentando descubrir donde encontraré el próximo secreto alguien me sostiene por la cintura haciéndome brincar. Joseph y Fabio se colocan a la defensiva al instante.

—Víctor suelta a Kolie —grita Joseph— Kol, no dejes que se conecte contigo.

—Ni que fuera tonta, hermanito —la voz de Armin salió por mi boca y una fuerte energía emanó de mi cuerpo lanzando a Víctor unos metros lejos de mí—. ¿Qué ha sido eso? —pregunté recuperando mi voz.

—¿Di... jo... her... ma... ni... to? —la voz de Joseph entrecortada y débil me alarmó.

—¿Joseph qué te pasa? —preguntó Fabio al ver lo seriamente afectado que se encuentra.

Me pregunto si, ¿por casualidad nunca lo había llamado así? ¿Será que Armin intenta desequilibrar a Josh?

—No —dice la Armin de mi interior—. Siempre temí verme débil al decirle así, sin embargo quien lo dijo fuiste tú y no yo. Así que...

—Eres la peor, este tonto te adora y juegas con sus sentimientos de esa forma —logré responderle internamente, los chicos no notaron mi conversación secreta con el espíritu del collar.

—¡Ya aprendiste! —exclamó emocionada— Kolie, vamos a la biblioteca, te diré el conjuro para entrar solas sin que nos vean.

—Oye, Armin, no haré eso, tu hermano me llevará.

—Quiero que veas una cosa que él no debe conocer. Esta relacionado con Dard.

—No me vas a convencer —corte la conversación y fui junto a Joseph que estaba pegado al árbol como un bebé.

—Josh, cariño, mírame por favor —pedí abrazándolo por la espalda.

—Hoy es el día en que todos me llaman como quiero que lo hagan. Desde que rompimos no me dices cariño, debo decirlo yo para ti.

—No te emociones —digo cortante y él se pone serio, no debí ser tan brusca así que modifico mi tono de voz— Armin, ella se apodero de mí, no puedes confiar en alguien que solo dice las cosas cuando se pone una máscara. Debió llamarte así cuando estaban juntos, siento que es un poco tarde.

—Jamás será tarde para que mi hermana me llame así. Durante siglos he deseado que algún guardián pudiese dominarla para volver a verla. Sin embargo, cuando supe que eras tú me dolió, ya que me gustas como mujer y no te veo como una hermana. Que ella este en tu interior y me llame así con tu cuerpo en serio me confunde a la hora de desear besarte o, algo más... —se sonroja un poco, quien sabe que morbosidades anda pensando.

—Ujum —Fabio se aclara la garganta— No olviden que aún estoy aquí. Antes de irme solo quiero saber si Joseph se encuentra bien, y por lo que veo así es. El cobarde de Víctor ha salido corriendo cuando noto el peligro, puede que se lance con la novata Kolie, pero contra Armin nadie puede.

—Espera, no te vayas —pidió Joseph—. Acompaña a Kolie a la biblioteca para que entre en la cámara de Armin. Cuídala, yo debo buscar a Korlec.

—¿No me llevaras tú? Bueno, esta bien ya no importa.

—¿Te molesta ir conmigo? —pregunto Fabio con un ligero gesto de insatisfacción.

—No es eso... No me malinterpretes, yo no tengo ningún problema contigo, a diferencia de ti que me miras con desprecio solo porque piensas que mi abuelo es Dard.

—No voy a negar que veo en ti el reflejo de tu abuelo, pero me estoy controlando, no quiero hacer nada de lo que pueda arrepentirme. Jamas he podido probar que Dyado es Dard...

—Porque no lo es —lo interrumpe Joseph—. Apresúrense a ir a la biblioteca, tienes mucho que leer Kol.

—Si, si, me tomará buen tiempo ponerme al día con la información que hay en esa biblioteca. El dominio de los elementos no es tan fácil como soltar fuego por las manos —dije al mismo tiempo que examino mis manos

—El fuego es un elemento muy peligroso, si lo usas a la ligera te puedes dañar a ti misma —me informo Fabio.

—Bueno, vamos —le di un beso en la mejilla a Joseph.

—Kolie, cuida el libro de tu padre. No lo vuelvas a perder.

—No te preocupes, no pienso volver a perder este valioso libro.

Seguí a Fabio hasta el sótano, comenzamos a descender por la escalera de caracol, tuve que bajar corriendo algunos escalones porque Fabio es muy veloz. Debe estar adaptado a bajar por aquí hasta con los ojos cerrados. Al llegar a la puertecita dijo el conjuro y entramos. Entre nosotros hay un silencio que para nada me incomoda, al contrario, podría estar a su lado mucho tiempo mientras por su boca no salga ningún sonido. Al estar entre penumbras casi no puedo ver su rostro, imagino que debe estar serio y contraído por mi presencia.

—¡Bienvenidos! —nos recibe June con una amplia sonrisa— ¿Encontraste la llave?

—Sí, aquí esta. —Se la entrego y ella la examina.

—La copia es muy similar, con razón jamas nos dimos cuenta del fraude.

—June, ¿puedes decirme cómo termino esa llave en la caja fuerte de mi abuelo? —Ella suspiro con pasar— Por favor —insistí.

—Tu abuela, Aurora, estudio en esta academia unos años. Cuando alcanzo el mas alto grado mágico que una hechicera sin ascendencia mágica puede obtener, decidió ir al mundo no mágico a retomar su vida.

—¿Mi abuela no provenía de una familia mágica?

—No.

—Eso es extraño —intervino Fabio—, leí que el collar fue entregado a la familia mágica más poderosa para que lo custodiara, ¿Cómo termino en las manos de un ser que apenas recibió magia?

—La familia que lo custodiaba eran los Flimerg, un hombre monstruoso destruyó a esa familia. Solo un bebé bastardo sobrevivió porque no se conocía de su existencia.

—¿Los mató Dard? —pregunté.

—No, Dard llegó tiempo después, los seres carroñeros que matan magos por recompensas existen desde el inicio de los tiempos.

—¿Qué ocurrió con ese bebé? —preguntó Fabio.

—Creció en el mundo mágico sin conocer su origen. La única conexión con su pasado estaba dentro de una caja negra que llegó a su cuna en sus primeros días. Asistió junto a Aurora a esta academia y ambos fueron grandes amigos, cuando él perdió la vida el collar fue junto a la persona que más confianza le daba, justamente la mejor amiga de su guardián original o por lo menos eso es lo que se sabe.