La historia corta de Layla West

Uno

Otra vez en la enfermería, esta es la tercera vez en este mes. Se preguntarán el ¿Por qué? Me pegaron, hace ya casi un año que sufro de bullying solo porque soy becada en un colegio para niños ricos. Me la dieron por mis buenas calificaciones, pero al parecer eso importa poco, ya no quiero venir más, no quiero más esta tortura.

La enfermera entra y se sienta en frente mío. Suspira.

— ¿Ahora que te hicieron?— me pregunta preocupada, la miro y tengo unas inmensa ganas de llorar, pero me las trago no las gastare aquí.

—Lo mismo de siempre— digo con la voz entrecortada — Me halaron el cabello, me tiraron al suelo y me propinaron algunos golpes en el rostro y en el cuerpo. Si no fuera por el profesor Smith... no sé qué hubiera sido de mí.

Miro por la ventana, en la parte trasera del colegio hay un parque y veo algunos niños jugando.

—Layla...tienes que contarle a tu...

— ¿A mi tía?... ¡NUNCA! Muchos problemas ya tiene con mi hermano— digo interrumpiéndola.

Mis padres murieron en un accidente de tránsito hace tres años, fue una pérdida irreparable, desde ese día soy cerrada, no hablo con nadie y como dice la gente soy un cero a la izquierda.

Mi hermano es cinco años mayor a mí, tiene veintitrés y es un drogadicto pero se está componiendo, bueno eso es lo que dice él.

Antes que mis padres fallecieron, yo aplique una beca. Pero por ese motivo, la perdí; pero me la dieron de nuevo. Tengo dieciocho años y soy la persona más infeliz del mundo.

—Bueno, pero lo voy a reportar con el director lo sucedido, para que la llame y le informe — dice la enfermera dándome una pastilla blanca redonda, me la tomo. Ella es mi única amiga en este lugar, ella sabe casi todo de mi vida.

—Como si pudiera localizarla, ella no tiene tiempo es una...

— ¡Layla!— me interrumpe.

Suspiro, me pongo de pies y recojo mi maleta — Mejor me voy a mi casa, ya se me paso el dolor.

Camino por el pasillo y llego a la salida. Reviso mi celular, ya casi son las cinco. Eso quiere decir que mi tía aún sigue en casa.

Salgo de este espantoso lugar, como quisiera que termine esto, solo faltan dos meses.

Pero tengo un plan, cuando termine la beca me iré a vivir a Miami, mis padres tenían plata—no que fueran millonarios pero tenían los suyos—Mi tía era la hermana de mi padre, ella no lleva una buena vida. Se hizo cargo de nosotros solo por la plata. Teníamos casas en Los Ángeles y dos autos, y los vendió. Solo nos quedamos con la que vivimos hoy en Boston y un auto que por ley es mío.

—En dos meses me largo de este infierno— digo en voz alta.

Después de diez minuto de caminata, Llego a hogar dulce tormento. Mi tía es borracha y prostituta, es una palabra fuerte pero hay que ser realistas. Tiene treinta dos años, la vida la patio como a un perro, pero ella ejerció mal y ahora la paga.

Abro la puerta, al entrar a la casa, el aire apesta a marihuana. Eso quiere decir una cosa. Mi hermano. Busco de donde proviene el insoportable olor, veo que está en el patio trasero y esta con dos amigos igual que él.

— ¡Carl que te dije de no fumar dentro de mi casa!— escucho a mi tía gritar desde el segundo piso. Si como no su casa, pero por mí se la regalo.

Ella baja corriendo las escaleras, y llega al patio.

—Maldito Carl, aquí no se hace esa porquería— me mira— Ayúdame Layla— la miro y se estaba maquillando como lo que es.

Rodeo los ojos y me voy a mi cuarto, para que ayudarla si él siempre se sale con las suya.

— ¡Layla ven, te estoy llamando...!—me grita, subo las escaleras y me encierro en mi cuarto, dejo mi maleta tirada en el suelo y me acuesto en mi cama.

—Solo tienes que aguantar dos meses, nada más— me digo

Dos meses después.

Hoy es el último día de colegio, espero que no sea como los anteriores. Golpes, insultos creo que no saben más que hacer.

¡No...! hoy no voy al colegio, recojo mi maleta y comienzo a guardar la ropa. Lo suficiente para mí, técnicamente ya termine el colegio, mañana es la graduación pero como tengo buenas notas, y ya tengo mi acta de grado, ya no tengo nada más que hacer en el colegio.

Voy a mi armario, en la parte de abajo tengo una tapa falsa. Me paro y le pongo seguro a la puerta. Regreso a mi puesto y saco la tapa. Hay guarde lo último que me dio mi padre, Antes que viajara.

—Layla, ven un momento—

Escucho a mi padre que me llama desde la sala, hoy se van de viaje donde mis abuelo, ellos viven en New York, pero tengo un mal presentimiento.

— ¡Voy pa!— digo saliendo de mi cuarto.

Bajo las escaleras y lo veo en medio de la sala con las maletas lista, él me sonríe, estoy feliz porque conseguí la beca en unos de los colegio más prestigioso de Boston.

—Ven, te quiero dar algo muy importante— me acerco y me hace una seña para que me sienta alado de él— te quiero dar esto— saca una caja café de una de las maleta.

Lo miro y miro la caja, me la entrega y la cojo. La voy abrir pero él me detiene.



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Editado: 29.11.2018

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