Cuando eres tan solo una niña sueles ver en la televisión aquellas películas en donde las princesas se casan y todo termina en un "vivieron felices por siempre". Desde pequeña ese era mi sueño más grande, vestir de blanco y llegar al altar para unirme con el amor de mi vida.
Desde muy joven comencé a creer que el amor de un hombre en mi vida era lo más importante y era la base para obtener aquella vida tanto había soñado, ya saben.. Los novios perfectos, la boda perfecta, los niños perfectos una vida de cuento.
Cuando cumplí los 18 años y conocí a Dylan pensé que era cuestión del destino, era un hombre caballeroso frente a mis padres y perfecto físicamente, con su cabellera rubia y ojos azules era capaz de poner a temblar las piernas de cualquiera de mis amigas pero tenía un pequeño secreto..... el no podía vivir sin la droga.
Cuando estaba drogado se transformaba en una persona totalmente desconocida para mi gusto, comenzaba a discutir y a celarme por cualquier cosa sin sentido alguno, cuando su molestia rebasaba los límites solía golpear paredes y gritar como loco, recuerdo que el día de mi cumpleaños tomo mi teléfono y lo rompió en 2 con ambas manos porque estaba celoso de que tantas personas me escribieran para felicitarme. no quise comentar nada a mi familia para no alarmarlos.
Debo confesar que llego un momento de mi vida en el cual pensé seriamente en dejar la relación, pues su comportamiento era cada vez mas fuerte y su adicción estaba empeorando, sentí miedo al comentarle como me sentía sobre toda esa situación, pero aproveche un momento en cual no tenia nada de aquella sustancia en su cuerpo y le comunique la decisión que habia tomado. Dylan lloro mucho al enterarse y rápidamente comenzó a prácticamente implorar porque yo no fuera de su lado.
-Por favor Nena no me abandones- Gritaba entre lagrimas mientras se aferraba a mi brazo.
-Dylan basta, no grites todos nos están mirando.- Me sentí incomoda. Estábamos en pleno campus de la universidad
-Es que tu no entiendes Marissa-Jalo de mi brazo mucho mas fuerte para evitar que me moviera o fuera a alguna parte - Yo no puedo vivir sin ti, te amo-
-Me estas lastimando Dylan, ya para por favor- Intente jalar de mi brazo para lograr liberarme
Luego de aquel vergonzoso día pensé haberme liberado del enorme dolor de cabeza y preocupación que el constantemente me causaba, Comencé a asistir a mis clases ahora con mas normalidad y lograba conciliar el sueño tranquilamente, a Dylan parecía que se lo habia tragado la tierra pues estuvo 3 días totalmente desaparecido.
No niego que mi mente durante esos días estuvo jugando conmigo, me hacia pensar que quizás ese " no puedo vivir sin ti " se habia hecho realidad o mi corazón jugaba conmigo ayudándome a crear un universo en donde la rehabilitación era la decisión que habia tomado para luego ahora si poder realizar una vida juntos.
Todo esto cambio jueves 4 de julio, cuando apareció en la puerta de mi casa pidiendo hablar con mis padres, al abrir la puerta y observarlo tan insistente llegue a pensar que estaba bajo las sustancias de las drogas nuevamente pero al contrario se veía mas lucido que nunca, estaba muy bien vestido y con flores en mano.
-Son para ti mi amor.- Dijo tratándome como si lo nuestro no hubiese terminado. -Ahora por favor llama a tus padres.-
-¿Para que? no comprendo.- Tome las flores confundida.
-Necesito decirles algo muy importante- Seguía mostrándose insistente
Al paso de unos 10 minutos estábamos sentados en la sala en compañía de mis padres quienes tampoco tenían ideas de lo que estaba pasando.
-Quisiera pedir disculpas por la forma en la cual me comporte con su hija- Señalo el mientras los observaba fijamente. -Como ya sabrán cometí algunos errores por los cuales ella tomo la decisión de que ya no quería estar a mi lado-
Me incomode por completo pues no habia comentado nada a mis padres con respecto a la situación, sentía que con un poco de tiempo me sentiría prepara para contarles la verdad pues los padres de Dylan y los míos eran amigos muy cercanos y al comentarles sobre su adicción ellos rápidamente se enterarían y yo me metería en problemas.
-Ohh cariño ¿terminar?- Dijo mi madre sorprendida mientras nos observaba a ambos con cierta tristeza. -Pero si ustedes hacen una pareja esplendida, no creo que sea nada que con una buena conversación de pareja no pueda arreglarse-
Como se notaba que no sabia de lo que estaba hablando.
-Lo se- continuo el - Porque estoy seguro de que su hija y yo somos el uno para el otro, ¿Saben?- Siguió mientras hurgaba en uno de sus bolsillos para ir sacando poco a poco una caja de color negro - Con esta discusión mínima que ambos tuvimos, me di cuenta de que ya no quiero estar ni un día mas lejos de ella, quiero pasar el resto de mi vida al lado de su vida, es por eso...
Rápidamente se arrodillo frente a mi y los 3 nos quedamos totalmente sorprendidos... y allí estaba el momento que tanto habia esperado, un anillo perfecto.. marcando lo que se supone seria el comienzo de mi cuento de hadas.
Pero habia un problema y eran las adicciones de mi príncipe.
No voy a negar que me deje llevar por el destello del enorme diamante y por el hecho de pensar en que si no era en esta oportunidad en la cual lograría cumplir mi más grande anhelo no seria nunca. Dije un rápido y nada planeado "Si" que luego inmediatamente me hiso pensar de nuevo en los problemas que me estaba metiendo, pero rápidamente un alivio que quizás yo misma me cree para no arruinar la situación me dio la calma que necesitaba, una pequeña voz en mi mente me dijo " Primero la boda, el vestido, la celebración y luego darle a Dylan la ayuda necesaria internándolo en un lugar para poder rehabilitarlo". Sentía que quizás al rehabilitar a mi ya dañado esposo podría conseguir ahora si el sueño de tener una familia perfecta.