Habían pasado dos días después de lo ocurrido, Vanesa entró a clases de Matemáticas, hoy daban los resultados de los exámenes y muchos estaban temblando con sufrimiento en la mirada, mientras que otros rezaban. En esa etapa cualquier equivocación podría ser malo. El profesor comenzó a llamar por estudiantes entregando los exámenes, cuando llegó el turno de Vanesa, pasó al frente y él tenía un brillo característico en sus ojos, el de orgullo.
—Felicidades Cooper, sacó la mayor nota del salón un [98], algunos de mis contactos están esperando que se conozcan, en algunos días habrá un concurso de Matemáticas, me gustaría que estuvieras ahí representando la clase. ¿Qué piensan?
Algunos estudiantes aplaudieron, otros la miraron con odio y pues, a otros no le prestaron atención. Cuando se iba a sentar alguien se levantó del asiento.
—Profesor, por más que no quiera ya que quiero mucho a Vanesa. Lamento informarle que hizo trampa
Christie señala dramáticamente al asiento de Vanesa y observa angelicalmente al profesor. Todos en el salón hicieron amago de sorpresa y mientras que otros seguía sin importarle lo que sucedía. Christie se dirigió ese momento al puesto de Vanesa haciendo que el profesor observara a Vanesa extrañado.
—Profesor, yo considero y respeto mucho su clase, como para hacer esas cosas...
Le dijo Vanesa al profesor, sabiendo la clase de cosas que Christie haría por obtener lo que quiera. Pueden haber mil cosas como prueba de que hizo trampa.
—ha, si considerara la clase del profesor no hubiera hecho trampa y aquí tengo la prueba
Christie metió su mano en el asiento tratando de encontrar lo que sea que estuviera ahí. Pasaron unos segundos y la expectativa de los estudiantes como del profesor y Vanesa se hacia mayor.
—Eres una...Eliminaste las pruebas ¿Cómo te atreves?
Vanesa no sabía que de pruebas hablaba, probablemente se tratara de la supuesta trampa que había hecho, por lo que tuvo un plan.
—Christie, no sé de qué pruebas habla. Tú y yo sabemos lo duro que me esfuerzo en los exámenes.
—¿Cómo que no sabes de que pruebas hablo? Si estaban aquí, aquí mismo.
Su mirada iba y venía del pupitre a Vanesa
—Claro que no sé, ¿Con qué hice trampa? ¿Con magia?
El profesor se estaba hartando de la situación y cuando iba a decir algo, Christie lanzó un chillido y se acercó a los dos.
—¡Con los malditos papelitos que habían en tú pupitre!.
No sé notaba pero Vanesa sonrió un poco, había ganado. Ella sabía que cuando Christie se enojaba se le tostaban las neuronas, y dejaba de pensar sabiamente.
—Howard, cuide sus palabras...¿Y usted como sabía que habían esos papeles?
La cara de Christie se puso de varios colores, abría la boca pero salían tartamudeos.
—Y-o lo vi
Una gota de sudor bajó por la frente de Christie mientras observaba al suelo.
—Howard, mire hacia allá ¿Ve en dónde está su asiento? Y ahora vea el asiento de Vanesa. No hay que saber matemáticas para darse cuenta que es imposible mirar el interior del pupitre de Vanesa. Así que Howard, ¿Sabía usted que incriminar a un estudiante es una falta grave? Váyase de inmediato a rectoría. ¡Ahora¡
Chistie dio una mirada de repulsión a Vanesa y salió del salón con los estruendosos sonidos de sus tacones.
—Bueno clase, podemos continuar con la entrega de los exámenes y recuerden esto como una lección
Vanesa se sentó y de nuevo sintió el quemazón en su espalda, aquel chico Michael la observaba de nuevo. Se preguntaba por qué la observaba tanto, y también sobre la quemadura que sentía cada vez que la miraba.
Escuchó un crujido a su lado solo para verlo en el asiento de al lado.
—¿Qué estás haciendo?
Preguntó extrañada mientras trataba de continuar escribiendo y no prestarle atención.
—Sentándome...A tu lado, para ser exactos
Michael sonrió de lado tratando de llamar la atención de Vanesa. Ella lo ignoraba y más con la respuesta que dio tan tonta. Hasta ahora nadie se le había acercado así a hablarle. Su piel se sentía caliente y su pulso se aceleraba, se preguntaba si se enfermaría de nuevo.
—¿Estás bien?
Le preguntó Michael y puso una mano en el hombro de Vanesa, en ese momento los dos soltaron un quejido y se apartaron. Michael vio a Vanesa que se sostenía el hombro con dolor. Le dijo al profesor que Vanesa se sentía mal y salió con ella a la enfermería.
Cuando llegaron Michael se sientó en un banco mientras que Vanesa en la camilla, cada vez que tocaba su hombro soltaba un quejido.
—Déjame ver
Le dijo Michael mientras se acercaba a ella. Cuando iba a ver el hombro ella le dio un manotazo alejándolo.
—Déjame, estoy bien. El dolor se irá pronto.
—Sé que estás acostumbrada a no recibir ayuda, a no ser débil ante los demás y siempre estar sola. Pero en estos momentos estás conmigo y quiero ayudarte.
Los dos encontraron miradas y Michael se acercó aún más tratando de ver el hombro. Vanesa pensando en todo lo que sucedió en la clase y que no quería más estrés se giró dándole la espalda, así tenía más acceso al hombro, ya que el dolor provenía de la parte trasera. Cuando se giró Michael vió una pequeña marca de quemadura. Unos segundos pasaron en silencio hasta que Michael se alejó abruptamente
—Oh no. Lo siento, lo siento mucho
Vanesa se giró de nuevo para ver a un Michael transtornado y con las manos en su cabeza. Cuando vió sus ojos se habían vuelto de color dorado de nuevo, para su sorpresa Michael salió de la enfermería rápidamente sin dar palabra.
NOTA:
Puede que hayan algunos cambios de la historia en los siguientes capítulos tanto como en este. Así que puede que estén los acontecimientos diferentes. Estén atentos :D