Hay un reloj de manecillas que me encontré por ahí. Me pareció buena idea para darle a mi vida otro matiz.
Sin embargo, creo que está descompuesto. Desde un inicio me percaté que las manecillas se quedaban en una hora precisa, siempre la misma.
Creo que no quiere avanzar. Y no puedo componerlo. Aunque quisiera no puedo complicarme la existencia. Por más que me guste y le haya tomado cariño a su curiosa manera de marcar las horas.
Relojera no soy
Intenté, porque lo intenté, un par de veces, ver qué lograba conseguir, más no hallé ninguna pista.
Por más que yo quisiera que funcionará de la manera que me imagino que debería... No hay nada que pueda hacer.
No puede darme la hora exacta de en qué momento estará conmigo cada mañana.
Ya he entendido. No quería ver.
Aferrarme a ese reloj no cambiará nada. No lo hará ponerse en marcha.
Tuve paciencia cada que se detenía un par de segundo en cualquier otra hora. Habría seguido con la misma paciencia si sus intenciones de avanzar por su cuenta hubieran sido notorias... Pero, no.
Realmente apreciaba ese reloj de manecillas descompuestas.
Editado: 11.09.2024