Era una vez, un chimpance y un hombre que terminaron por circunstancias de la vida. En un arbol, viendo como sus familias eran devoradas y sus huesos escupidos en la tierra, reflexionaran que hacer ocurrio que el mono no sabia que hacer, pero el otro si asi que unieron una idea y la fuerza para hacer un bote para escaparse a una isla alejada del oceano donde se encontraban y donde asechaban mercenarios,animales como tambien cosas inimaginables.
Se encontro, el hombre con mucho tiempo libre para empezar lo que dejo pintar obras, barcos y mas de lo que su ojo podia ver, en cambio el mono sin entender nada solo lo vio y quiso aprender. Pasando mucho tiempo juntos vieron que los dos congeniaban mucho no por la comunicacion sino porque los dos tenian una experiencia que los separo de quererse, odiarse y matarse al mirarse y a sus maneras. Vincularse despues de un largo viaje, el hombre ve la cortada en la mano lleno de pelaje que tenia el chimpance y piensa que va a morir pronto. Asi podemos ir a la escena, que lo entierra con bananas con forma de lapida y vemos que hasta el frio se puede derretir y surgir como un gran calor. Ese espiritu que nos mantiene hasta el ultimo respiro.