La jefa

36. El sol es una estrella.

 

36. El sol es una estrella.

 

IVANNA

5 de junio

 

Percibo que mis amigos quieren decir algo. A pesar de verles a través de una pantalla, desde mi posición advierto las caras largas e incomodidad. En el caso de la perrera, ya sabían de lo sucedido con Luca, pero solo desde mi perspectiva. No obstante, en el caso de Omi, a medida que leímos sobre el «ratón» dejó de hacer bromas sobre «Llamaditas»... o por lo menos ya no tantas.

—Que final tan desesperanzador —se atreve a decir Lina para romper el hielo y el resto asiente.

—No me va a perdonar —digo—. Me lo dijo: solo quiere una relación física, nada de involucrarse, solo sexo.

—¿Eso quiere? —pregunta boquiabierto Omi y asiento.

Las únicas que sabían eran mis amigas.

—No quiere que Ivanna le vuelva a romper el corazón, pero quiere estar cerca de ella —señala Simoné.

—Es lo mismo que le hacía yo. Incluso le dije que jamás sería el único —lamento.

—Pero eso era antes.

—Pero él está allí ahora —intento explicarles—. Está donde yo ya estuve y hace lo que yo misma le enseñé.

—No es un niño —crítica Omi.

—Pues tampoco era un «hombre» cuando lo conocí —digo, nostálgica—. Lo de Prudemencia fue una estupidez, creció con ella y apenas cruzaron los límites, yo fui su primer amor. Yo.

»Lo seduje intencionalmente, con pleno conocimiento de causa y he seducido a hombres mucho más expertos... Y es que él, por el contrario, no era un experto. A Luca no lo habían lastimado. Era... ingenuo.

—No hables como si tuvieras la edad para ser su madre. Porque no, Ivanna.

—No. Pero yo, en contraste, ya había pasado por mucho —reflexiono.

«Cuando yo ya conducía coches él aún andaba en bicicleta», pienso, triste.

—Al principio no me importó lastimarlo —continúo—. Por ser un enviado de Rodwell hasta me divirtió. Pero no fue justo. Luca nunca le fue leal a Rodwell, no era nada de lo que yo pensaba, también me lo demostró y me sorprendió. Y ya lo dije: me esforcé en engatusarlo para tenerlo de mi lado, y, al final, la que acabó conmovida fui yo.

»Porque él nunca se rindió —digo a todos con dolor—. Siempre intentaba quedar bien conmigo, era persistente, estaba decidido a que le diera una oportunidad. Era leal. Era... alguien leal a la jefa.

»Pero yo tenía miedo y también estaba compitiendo —dejo salir una risa seca— Él se enamoraba mientras yo solo competía... y creí que competía por algo justo. Luchaba una batalla que era de mi padre, no mía, y Luca lo pagó. ¡Ay Luca!

—Estás cansada, Nana —me dice Victoria cuando hago otra pausa para llorar—. Ha sido un día largo y te castigaste mucho ya.

—Nunca lo suficiente —digo, dándole la razón en que me siento cansada, ha sido un 5 de junio largo, sobre todo luego de leer acerca del dolor de Luca.

»El viernes salgo de viaje y me distraeré —anuncio—. Toda la semana pasada que estuve trabajando solo en mi logré agendar una reunión en Bombay y mañana me confirman otra en Nueva Delhi.

—¿Irás a la India? —pregunta Michelle, feliz. Todos lucen felices ahora.

—Sí. Y después a Taiwán. Voy a reunirme con los empresarios chinos con los que ya estoy trabajando.

Los aplausos de mis amigas consiguen hacerme sonreír y, por ende, sentirme orgullosa de mi misma. Por todo lo sucedido hoy no les había platicado sobre lo bien que marcha Soluciones en rojo, y, por ende, es reconfortante de nuevo demostrar que soy algo más que un corazón roto.

—Un momento —Omi nos calla a todas con un gesto de su mano—. Tailandia está casi en medio de India y China y mi invitación sigue en pie para que vayas a disfrutar.

Miro de él a Victoria.

—Ve a distraerte, Nana —me insta ella. Lo mismo el resto de las chicas, incluida Michelle, pero no estoy convencida.

—Te puedo conseguir reuniones con amigos empresarios —agrega Omi como incentivo, y, es todo, al instante obtiene un «Sí».

Saco del bolso mi agenda y reviso fechas.

—Correré la reunión en Taiwán e iré allá después de ir a la India —decido.

—Retrasa la reunión con Taiwán al menos una semana —insiste Omi—. Quédate en Bangkok conmigo una semana.

—Veré qué tanto puedo retrasarla.

Victoria insiste en que finalice la videollamada, me dé una ducha con agua tibia y vaya a descansar. No puedo resistir más hoy y me muestro de acuerdo. Ella y Omi son los últimos en despedirse y salir de la videollamada. Él, en particular, pareciera esforzarse en estar lo más posible cerca de ella. Sobre todo porque, tal como dijo Victoria hoy por la mañana, por el bien de su matrimonio con Gary, con excepción del Centro de estética de nuevo evitará tener contacto con Omi.

Cuando la videollamada termina apago mi laptop, le sirvo más agua y comida a Sherlock y camino de regreso a mi habitación planeando mentalmente qué meteré en mis maletas.

El resto de la semana pasaré las mañanas con Babette y por las tardes iré a ver los avances de la remodelación para poder empezar a utilizar mi nueva oficina en julio.

Lo que no esperaba y es anunciada como agua de mayo mientras preparo mi baño, es una llamada de Pipo.

—Esto si que es una sorpresa —contesto.

—No esperabas que olvidara que hoy es 5 de junio —dice Pipo y emito un suspiro en agradecimiento—. Hoy le tenías que dar tu respuesta a Rodwell y se publicó La loba.

—Lionel aún no puede creer que renuncié —digo, torciendo mi boca en muecas—. Nadie en Doble R lo cree.

—Y espera a los clientes de Doble R se enteren. Lo que Rodwell tendría que hacer en este momento es vender, y, con todo y eso, es muy posible que el comprador le ponga como condición que continúes tú de presidenta.




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