La lanza del sur

4.- El desierto de la verdad.

Las arenas eran un tanto más oscuras que las del desierto interior, pero igual de fina y elegante, aunque por alguna razón las aguas del rio no se llevaban los granos de arena, ver el desierto de la verdad nos hacía tener un sentimiento de angustia y pesadez, como si el desierto mismo quisiera que nos fuéramos delos de sus dominios.

Jikú dejó caer de la barca una pequeña ancla atada con una larga cuerda, era un ancla especial hecha de forma curva y plana para atorarse en las arenas al fondo del agua sin dejarse llevar por la corriente del rio. Con un encantamiento el albino nos acercó a la orilla mientras Kail preparaba una plataforma para que bajáramos.

-Kail quédate detrás de mí- le ordeno Jikú –señorita Mylia es hora.

Con cada paso que daba fuera de la barca observé el oscuro desierto que se erguía frente a mí, su majestuosidad era tan admirable, como abrumador, al mirarlo solo Jikú no fue intimidado.

-¿Qué debo hacer?- dije antes de poner un pie fuera de la barca

-¿Qué le pide el corazón?- contesto Jikú.

Con paso suave fui caminando en las suaves arenas que empezaban a calentarse con la luz del sol naciente. Kail y Jikú me siguieron de cerca hasta que sentí la necesidad de parar, muchas otras aspirantes a sacerdotisas del gran templo habían realizado esta prueba, solo la mitad volvía.

Tenía los pies descalzos y el cabello suelto, tenía ya puesto el hermoso vestido blanco de la prueba sujetado a los hombros por dos tiras de seda blanca dejando al descubierto toda mi espalda,  sentía como el viento soplaba un aroma fresco del rio y seco del desierto.

Podía sentir la luz a mí alrededor, pero también una extraña presencia oscura enterrada bajo la arena. Al callar el viento me senté a orar, cerré los ojos y la prueba comenzó.

El desierto de la verdad era el más grande de todos los muchos sitios donde se realizaban estos rituales sagrados, en los que uno al cerrar los ojos se enfrentaba a su propia oscuridad, ahí la vi, manifestarse como un reflejo del espejo que emanaba oscuridad, una yo alterna que estaba entregada a la sombra.

Lo que hablamos quisiera mantenerlo en privado.

A ojos de Kail yo estaba sentada en la arena, al cerrar los ojos el observo como una sombra cambiaba el color de mi vestido a un negro tan oscuro como la noche.

-Perfecto ha empezado- dijo Jikú cambiando su báculo de mano.

El elfo blanco se volteó con Kail con brusquedad, lo que lo alarmo aún más, le entrego su lanza y el hizo aparecer una catana en su mano derecha, el mago me rodeo observando cómo los colores de mi vestido luchaban por dominar la prenda.

Jikú miro a Kail y le dijo.

-Prepárate tu parte en la prueba está por empezar

-Jikú ¿Qué es lo que quieres decir?- dijo sin apartar la vista de mis prendas que cambiaban de blanco a una llama negra.

El mago aparto su espada y con su punta apunto a Kail.

-Kail sé que tienes un fuerte sentimiento a Mylia, no tengo nada en contra de eso, pero si en verdad la amas deberás acabar con ella.

-¿Qué?

-La prueba tiene un riesgo: Mylia se está enfrentando en estos momentos a su lado oscuro, toda la oscuridad que puede haber en su alma, a su propia sombra. Aquella que domine a la otra tendrá el control total de su ser, ahora mismo lo que tenemos en frente es un cascaron donde habitan dos almas.

Señalo la parte blanca del vestido.

-Si la luz domina, Mylia abra pasado la prueba y tras recibir alguna visión del Superior o en este caso del Creador, ella podrá convertirse en sacerdotisa.

Señalo la parte negra que crecía como un fuego infernal

-Si es consumida por la oscuridad no solo quedara atada a ella por siempre, Mylia morirá en mente sucumbiendo a la locura dejándose dominar por la sombra.

Volvió a señalar a Kail con su espada.

-Por eso es necesario realizar la prueba con un guardia, Kail, si Mylia cae a la oscuridad, si en verdad la amas: tendrás que acabar con su lado oscuro, no le permitas a la oscuridad andar a sus anchas, tú deberás atravesarle el corazón con tu lanza.

Kail impactado observaba como la tela se volvía cada vez más negra, y con las manos temblando dejo la lanza en el suelo.

-No Jikú, no puedo.

-Debes hacerlo Kail, si la oscuridad domina el vestido la que tomara conciencia no será Mylia sino un ser de total oscuridad y antes de que recobre la conciencia, antes de que ese ser salga, tú debes acabar con él.

Kail miro al mago apoyar el filo de la catana en mi cuello descubierto.



#23824 en Fantasía

En el texto hay: fantasia, aventura, amor

Editado: 29.09.2019

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