La ley de Amara

Capítulo 9.

AMARA CORTÉS.

 

Él me lo está imponiendo. No me lo está preguntando, si no que ya lo ha elegido por mi. Por supuesto que iré a esa cena, por supuesto que me comportaré como sumisamente, pero no por decisión propia, si no porque cualquier cosa que él no se atreva a hacerme a mi, sé lo hará a mi madre.

 

— ¿Alguna objeción? —Pregunta.

 

— No. Pero eso no cambia que no esté de acuerdo con la cena. —Respondo. Aprieta aún más mi rostro y yo lo agarro de la muñeca tratando de librarme de él.

 

— La rebeldía se quita fácilmente con un gran escarmiento ¿Vas a seguir desafiándome? Todavía no me conoces y no sabes de lo que soy capaz con tal de meterte en vereda de una vez por todas Amara.

 

Me suelta y del esfuerzo que yo estaba haciendo por soltarme, me caigo golpeándome la cabeza con el cabecero de la cama.

 

— Hasta mañana, hija.

 

Cierra la puerta al irse. Presa de la rabia me levanto, camino de un lado a otro, agarro la almohada, hundo mi cabeza en ella y grito.

 

No soporto ni un minuto más.

 

— ¡Hija! —Exclama mi madre entrando aceleradamente y asustada por la presencia de mi abuelo hace unos segundos.— ¿Qué te ha hecho ese troglodita?

 

— Va a obligarme a cenar mañana con un chico y su familia. Él los ha invitado aquí.

 

— ¿Qué? Tu abuelo no busca pretendientes, nunca lo ha hecho.

 

— En este caso ha sido el chico quien ha preguntado por mi ¡No sé quién es! Pero no pienso tratarlo bien. —Pasa el dedo por mi mejilla limpiándome con la yema del dedo pulgar las lágrimas. — Echa la cortina.

 

Ella entiende perfectamente el motivo por el que quiero que cubra la ventana. Liam haría muchas preguntas y no pararía hasta hablar conmigo si me ve en estas condiciones.

 

— Sea quien sea el chico, no sabe tu situación, no sabe que te están obligando —Susurra— solo es un chico que se siente atraído por tu belleza y quiere conocerte.

 

— Yo no quiero conocerlo ¿Qué quiere el abuelo de todo esto? ¿Qué me encapriche del chico?

 

— Posiblemente.

 

— Mamá.. —Mi voz se rompe— quiero salir corriendo, esconderme en el lugar más escondido del mundo y no saber nunca más sobre esto.

 

Echo la cabeza sobre su regazo. Me acaricia el pelo haciendo que me calme poco a poco y me canta hasta que me quedo profundamente dormida. Hay cosas que por mucho que crezca, no quiero que mi madre deje de hacer. Como por ejemplo: protegerme.

 

LIAM COOPER.

 

Entro en mi habitación y me doy cuenta de que la luz de su habitación está apagada. Me tumbo en la cama y me quedo dormido al instante, sin ni siquiera pensar en lo de esta noche, supongo que.. es lo mejor que puedo hacer por ahora.

~~~

7:30 am.

 

Hace rato que me he despertado, me he duchado y ahora voy a desayunar. Amara no ha abierto la cortina, es extraño, siempre desde que nos convertimos en mejores amigos nos hemos dado los buenos días nada más despertar.

 

— ¡Liam! —Grita mi madre desde abajo.

 

Sofía también me llama a voces y yo bajo con prisas. Ya casi es la hora de ir a clase.

 

— ¿Qué está pasando? —Pregunto tras dar un salto para bajar los tres últimos escalones.

 

— No has desayunado —La voz de mi madre me hace girar— y vas a desayunar ahora mismo.

 

— Mamá llegaré tarde.

 

— ¡Liam Cooper! —Mala señal, mi nombre con apellido incluido, va a matarme.

 

Termino sentándome porque si pretendo irme sin desayunar, estoy seguro de que me hará tragar hasta el último bollo de la mesa.

 

Suena el timbre.

 

— ¡Ya voy! —Exclama Sofía.

 

Mamá se sienta a mi lado ¡Oh no! Es un interrogatorio.

 

— ¿Cómo te fue?

 

— Mamá no quiero hablar de eso ¿Por qué mejor no.. lo olvidamos?

 

Ella niega con la cabeza.

 

— M... mamá. —Sofía parece asustada.

 

Ambos nos acercamos a la puerta.

Nos encontramos a dos señores vestidos con la ropa del ejército.

 

— ¿Sí? —Pregunta mamá asustada. Pues nuestro padre se encuentra en una misión.

 

— Señora Cooper  —La voz del hombre suena bastante seria, pero también algo desgarrada— soy el almirante general del ejército, Pablo Smith.

 

— ¿Ha pasado algo? —Pregunto.

 

Otro señor aparece por detrás con la ropa oficial de mi padre y eso hace que los tres inmediatamente rompamos en llanto. No hace falta que nos explique que está pasando.

 

— Lo sentimos muchísimo.. —Dice el almirante— El señor Diego Cooper fue un increíble hombre y un fantástico militar. Ha fallecido en un acto oficial.. sentimos su pérdida.

 

Mamá coge el uniforme de mi padre y se lo pone en el pecho. Acto seguido se desmaya.

 

— ¡Mamá! —Grito.

 

Con ayuda de los señores la tumbamos en el sofá y con un poco de alcohol la hacemos reaccionar. La noticia nos ha dejado devastados.

 

— Diego —Solloza ella— mi marido.

 

— Ojalá no tuviéramos que dar estas malas noticias.. Lamentamos de corazón la pérdida de Diego.. —Se quita el gorro.— En breve su cuerpo será trasladado para el entierro, le haremos un entierro digno de él.

 

Ambos salen bastante tristes después de dejar las cosas de mi padre sobre la mesa. Sofía y yo nos sentamos cada uno en una silla a llorar junto a nuestra madre, que sigue totalmente en shock tras la noticia y agarrada a la ropa de papá.

 

— Papá.. ha muerto. —Murmura Sofía— No puedo creer que nunca más lo volvamos a ver.

 

La arropo en mis brazos. También estoy destruido, pero si todos nos venimos abajo a la vez, no podremos levantar cabeza solos. Ahora solo espero a que se calmen para poder llorar a solas.



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En el texto hay: romance, drama, ley gitana

Editado: 15.06.2023

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