La ley de Amara

Capítulo 21

AMARA CORTÉS.

 

Todos mis sentimientos por él vuelven a estar más presentes que nunca. Por un momento habían quedado apartados justo a un lado de mi corazón.

Levanto la cabeza para mirar la ventana de su habitación o bueno, de la que era su habitación. Duele saber que se ha cambiado solo porque no quiere verme más.

 

Escucho el motor de un coche.

 

Lydia acaba de llegar en su lujoso coche carísimo y camina hacía la puerta de la casa de Liam. Me digo a mi misma que no debo espiar, que está mal.. pero lo hago.

 

— Hola Sofía ¿Está tu hermano? Habíamos quedado. —Explica sonriente— ¿Le dices qué salga?

 

— Si, estaba vistiéndose hace un momento. —Contesta Sofía. — Puedes pasar y esperarlo o también puedes sentarte aquí fuera.

 

— Dile que lo esperaré aquí y que no tardé demasiado, tengo muchos planes para nosotros dos.

 

Maldita arpía, no se detiene hasta conseguir lo que quiere.

 

Espero tanto como ella. Liam aparece un poco desarreglado, con la ropa casual que casi siempre usa cuando no le apetece arreglarse para nada. Tan domingo por la tarde.

Ellos bajan los escalones y se dirigen al coche de Lydia mientras ella habla de todo lo que quiere hacer con él hoy.

 

No lo hagas. No le grites. No lo llames.

 

Por mucho que me lo repito ni yo misma me convenzo de ello.

 

— Liam. —Él para en seco al escuchar mi voz— ¿Tienes cinco minutos?

 

— ¿Qué estás haciendo aquí? —Pregunta Lydia con su vocecita insoportablemente aguda. — Liam no le hagas caso.

 

— Déjame responder y decidir a mi. —Le pide algo serio— ¿Qué pasa Amara? Creo que este no es el lugar para hablar conmigo. —Dice refiriéndose a mi familia.

 

— Yo.. —Trago saliva— quiero que hablemos unos minutos. Podemos hacerlo donde siempre.

 

Él mira a Lydia y no sé qué le dice que se mete en el coche para esperarlo. Liam agarra mi mano y me lleva a nuestro lugar.

 

— Antea de que empieces a decir cualquier cosa déjame hablar a mi. —Advierto dándole con el dedo en el pecho— Quiero que sepas que yo no quiero dejar de ser tu amiga y no quiero esta distancia que estás obligando a ponernos a ambos. Recapacita Liam, por favor.

 

— Amara, acepta y entiende mi decisión.

 

— ¿Dónde está el Liam qué yo conozco? ¡Parece qué ha huido lejos y qué en su lugar ha dejado a este imbécil!

 

— Entendí que no nacimos para ser amigos y que lo mejor era dejar de serlo. Tu misma quisiste hacerlo una vez ¿No? Entonces acepta que esta vez he decidido yo y que es para siempre.

 

— ¡Por qué! ¿Solo por qué Aaron apareció en mi vida?

 

— Es tu novio.

 

— Para mi familia si, pero en realidad no lo somos. —Digo absolutamente convencida— Liam, él solo me defendió y gracias a él mi abuelo me está dejando la libertad que siempre he pedido.

 

— Vaya, cuanto sentimiento de agradecimiento de repente.

 

— ¿Por qué te estás comportando así? Pensaba que te conocía pero veo que sólo estabas fingiendo ser un chico que no eres ¿Acaso eres este idiota desde el primer momento?

 

— Me comporto así porque Aaron ha conseguido en un día todo lo que yo quise desde que te conocí. —Da un paso hacía mi. Siento como me falta el aire y mi corazón se vuelve totalmente loco con sus palabras.

 

— ¿Y qué ha conseguido?

 

— Poder estar cerca de ti todo el tiempo que quiera. Ir a buscarte por la tarde, llevarte lejos, estar contigo más de diez minutos y sin tener que esconderse de nadie ¡Todo eso!

 

— No es mi culpa que mi familia sea así Liam.

 

— Ya claro, las costumbres son diferentes.

 

— Eso creía yo pero no lo son. Mi familia es la única diferente de todas las demás familias gitanas ¿Sabes? Hoy he podido conocer a mucha gente y ninguna se comportaba como mi abuelo ¡Él inventó la ley y las malditas normas! —Exclamo— En realidad nadie es así.

 

— Genial ¿Y qué? —El tono de su voz es el más frío que he oído nunca.

 

¿Qué te ha pasado Liam? ¿En qué momento has cambiado tanto?

 

— No quiero seguir perdiendo el tiempo. —Dice.

 

Le impido que de un paso más agarrándolo de la mano y dejo en ella la nota que su hermana me ha dado hace sólo un momento. Él abre la mano, coge la nota y cuando la lee inclina la cabeza, suspira y vuelve a mirarme.

 

— ¿Quién te ha dado esto?

 

— Tu hermana y no te atrevas a decirle nada malo al respecto.

 

— No tiene ningún derecho y pienso decírselo.

 

— ¿Reclamarle por hacerme saber lo qué sientes? —Hago la pregunta en voz alta sin darme cuenta.

 

— ¿Qué?

 

— Yo.. no lo sé.

 

— En esta nota no dice nada sobre mis sentimientos. — Me abre la mano y la deja caer en ella de nuevo.

 

— Pídemelo.

 

— ¿A qué estás jugando Amara? —Pregunta molesto. Ríe sarcásticamente y cruza los brazos.

 

— Solo hazlo.

 

— Esto lo escribí hace meses, cuando era Liam el inocente con la esperanza estúpida de poder ir contigo al baile. Cuando ni siquiera estaba decepcionado.

 

— Yo no he hecho nada para decepcionarte.

 

— Tengo que irme.

 

— Quiero saber que has hecho para decepcionarte y que de repente tengas esta actitud ¡Por qué no entiendo! ¿Solo por aceptar qué Aaron me salve?

 

— Él está interponiéndose en todo.

 

Rio hasta desconcertarlo.

 

— Él no se interpone entre nosotros, tú nos estás separando. Si tan solo lo conocieras o simplemente cruzaras palabra con él, serías consciente de que es una persona totalmente diferente a la que en tu mente has creado.



#3371 en Novela romántica
#319 en Thriller
#99 en Suspenso

En el texto hay: romance, drama, ley gitana

Editado: 15.06.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.