La ley de Amara

Capítulo 22

AMARA CORTÉS.

 

Desconozco a la persona que tengo frente a mi. No es de quien me enamoré hace tres años, es una persona desconocida llena de rencor ¿Pero rencor hacía qué? No he hecho nada para despertar tanto odio en él.

 

— ¿Qué te he hecho? —Pregunto mientras se va con la estirada de Lydia.

 

No me responde y ni siquiera gira la cabeza para mirarme.

 

— ¡Estás siendo injusto! —Grito apartando el miedo a que nos descubran.

 

Sube al coche de Lydia y esta arranca.

 

— Prima —La voz es la de Aitana.

 

— Ahora no Aitana. —Suplico en voz baja. Paso por su lado y entro en casa ignorándolos a todos.

 

Cierro la puerta de mi habitación dando un fuerte portazo. Me tumbo de golpe en la cama y grito con la boca tapada con un cojín.

 

— ¿Me cuentas qué ha pasado? —Pregunta Cora.

 

Aparto el cojín.

 

— No tengo porqué contártelo todo. Tus consejos no han servido, nada de lo que dijiste era verdad. —Reclamo. Levanta la mano colocándola menos de un metro de mi y niega con la cabeza.

 

— Yo te hablé desde mi experiencia. Liam no es como el chico del que yo estoy enamorada.

 

— No, Liam.. —Bajo la mirada— Ya no sé quién es Liam.

 

— Te diré quien me parece que es desde mi perspectiva. Os he estado observando desde mi ventana y he visto perfectamente su actitud.

 

— Te puedo jurar que antes no era así.

 

— Está pasando por un cambio radical en su vida y el dolor está cambiándolo. —Entorno los ojos— No hagas eso.

 

— Yo también perdí a mi padre y no cambié.

 

— Tu vida si cambió y la suya esta haciéndolo. Está pasando por cambios que no tenía planeados y tienes que dejarlo.

 

— Me está tratando como la culpable de todo y no es justo ¡Siempre he estado para él! Incluso estaba dispuesta a escaparme para ir con él al baile. —Cora ríe. Parece que mi situación le hace bastante gracia, algo que a mi no me da en absoluto.

 

— El abuelo te encontraría.

 

Encojo los hombros.

 

No me importa en absoluto.

 

— Amara —Entra el abuelo— ¿Todo bien?

 

— Si abuelo, todo bien. —Digo secándome las lágrimas— Solo ha sido una discusión.

 

— Entiendo. No te preocupes, todo se solucionará, Aaron es un buen chico.

 

Asiento con la cabeza y se va. Sospecha bastante de las intenciones de Cora pero aún así me deja privacidad con ella.

 

— Ojalá todo lo estuviera haciendo Aaron —Digo en voz baja— y no al contrario.

 

— Aaron no era como te lo imaginabas ¿No es así? —Dejo caer los brazos sobre mis rodillas.

 

— En absoluto. —Contesto pensativa— Me cuesta creer que existan personas así de buenas en el mundo.

 

— ¿Dudas de qué sea su verdadera personalidad?

 

— Con el cambio repentino de la persona a la que creía conocer mejor que nadie.. dudo de cualquiera.

 

Suena mi móvil. Es extraño oírlo sonar ya que hace años que no tengo uno.

 

Número desconocido.

 

— ¿Quién puede ser?

 

— Cógelo y descúbrelo.

 

LLAMADA TELEFÓNICA.

 

— ¿Sí? —Pregunto atenta.

 

— ¿Es pronto para preguntar si tienes una respuesta? —La voz de Aaron me sorprende.

 

— Aaron —Miro a Cora. Él siempre en los momentos más oportunos— ¿Cómo tienes mi número? Espera ¿Cómo sabes qué tengo teléfono?

 

— No te enfades con Aitana —Dice— ella solo me complació un poco y tengo que confesar que tuve que rogarle.

 

— Seguro. —La ironía en mi voz es evidente.

 

— Bueno, también tuve que prometerle que la invitaría al partido de mañana, le dije que iría con mi invitada especial. —Alzo la ceja— Solo falta que ella acepte.

 

— ¿Se lo has preguntado?

 

— Mm, creo que venir conmigo al baile es demasiada presión. —Rio.— Pero.. ¿Vendrás mañana al partido?

 

— Mañana si, al baile aún no lo sé.

 

— ¡Mierda! —Exclama— Oh, espera ¿Has dicho qué mañana si?

 

— Si, estaré ahí, además has invitado a mi prima y deduzco que sin mí no la dejarán ir.

 

Lo escucho reír.

 

— Muy inteligente señorita Cortés.

 

— Entonces ella te dijo que tenía teléfono.

 

— Si y yo le pedí tu número ¿Me lo habrías ocultado? —Pregunta en un tono excesivamente gracioso.

 

— Si.

 

— Pues me habría enterado. —Asegura— Aunque con lo despistado que soy hasta habrías sacado el móvil en mis narices y no me habría enterado.

 

— Posiblemente, si, estoy segura. —Me echo de espaldas en la cama.

 

— Mañana a las siete. —Su tono es más bajo y calmado.

 

— Allí estaré.

 

— Bien. Muy bien.

 

— Estaré deseándote mucha suerte. —Digo mientras doy vueltas a un mechón de mi pelo con el dedo índice.

 

— Seguro que la tendré.

 

— Adiós Aaron.

 

— Adiós Amara.

 

CUELGO.

 

Me encuentro bajo la mirada penetrante de Cora. Levanto mi cuerpo para volver a sentarme y alzo la cabeza en modo de pregunta.

 

— ¿Qué?

 

— No te has dado cuenta ¿Verdad?

 

— ¿Cuenta de qué? —Dejo el móvil a un lado y me pongo en pie.

 

— Has estado toda la llamada con una sonrisa de oreja a oreja. —Explica— Atenta y algo nerviosa.

 

— No es cierto, siempre soy así. —Digo explicándole mi actitud— En ningún momento me he puesto nerviosa con él, no tengo porqué hacerlo.

 

— Pe.. —Calla cuando fijo mis ojos en ella.— Esta bien, si tú estás segura de ello no tengo porque dudar.



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En el texto hay: romance, drama, ley gitana

Editado: 15.06.2023

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