La Ley Del Lobo

Capítulo 12


Wolfram se sentía el hombre más miserable del planeta. 
Recordaba cada maldito segundo de aquella noche y eran como puñaladas en el pecho; evidentemente Charlie lo odiaba y con justas razones; y se arrepiente de haberle hecho daño, no obstante, no se arrepentía de su decisión. 
Su objetivo inicial aquella noche era quitarse de encima los chupasangres de la cámara de lores, ya que quería abrirse camino a la política. Él nunca había sido un holgazán como su padre que solo vivía de los arriendos terrenales. 
Tenía una visión para su futuro y era construirse una intachable carrera política y amasar una fortuna fuera del título, solo para salvaguardar a su familia en caso de que La Corona se enterara de que su padre había agregado al registro familiar a dos bastardas. Él adoraba a sus hermanas y les garantizaría un excelente futuro en caso tal de que todo se fuera a la mierda. 
Hoy en día tenía el más distinguido linaje, se había convertido en un progresista y su carrera política lo hacía sentir orgulloso. Entre sus muchas inversiones tenía acumulada una gran fortuna en la Industria Automotriz con ayuda de su cuñado y socio Robert Harris; y otra recientemente en la industria mercantil y textil. 
Aunque sus hermanas no necesitaban de su protección, él se había sacrificado por su familia y lo volvería a hacer. Para eso no solo sacrificó su amistad con Charlie, sino también la estrecha relación con sus hermanos. 
Gracias a su actitud distante, todos y cada uno de ellos habían discutido numerosas veces con él y se habían revelado. El único medio que se le ocurría era imponer su autoridad como duque y cabeza de familia, porque cada vez que les pedía algo como hermano nunca le hacían caso. 
Este tomó la botella y sirvió los dos últimos tragos que quedaban en ella. Visualizó a la mesera en el primer piso y la descubrió mirándole, él le hizo señas para que trajera otra botella. 
Charlie no lloraba, era como si estuviese acostumbrada a relatar esa historia. 
Él se bebió el trago mientras que ella tomó el vaso y comenzó a darle vueltas. 
–Lo siento–le dijo ella–por hablar así de tu patrón 
–No te preocupes–logró decir él–Te alegrará saber que no es completamente feliz 
–¿Por qué? 
–Está solo, cada uno de sus hermanos están felices con sus familias 
Ella lo miró mientras tomaba un sorbo, la mesera trajo la botella y le guiñó un ojo a Wolfram. Este se puso de pie y le tendió la mano a Charlie. 
–¿Bailamos? 
Ella se echó a reír–Tú no sabes bailar eso 
–Puedo aprender 
Ella le sonrió mientras le recibía la mano, cuando se puso de pie, se tambaleó y él la sostuvo de inmediato. 
–Creo que estoy un poco achispada–le dijo mientras sonreía 
–Nos hemos bebido una botella entera en una hora–le informó él mientras pasaba una mano por la cintura y la ayudaba a bajar las escaleras. 
–Este baile mi querido Tyler, es una cuadrilla rápida, sólo tres pasos y se repiten rápidamente en diferentes cuatro compases 
–Entiendo 
Al llegar al centro de la pista, Wolfram memorizó los pasos que veía a su alrededor. Cuando era un niño, era sometido a largas torturas de baile. Según su madre, aprender a bailar era tan importante como el abecedario. 
–Tyler ¿Estás seguro? 
–Aprendo rápido 
Ellos se colocaron en posición y comenzaron a danzar. 
Charlie se tropezó dos veces, a causa del mareo, pero estaba feliz y reía todo el tiempo. Por el contrario, Wolfram le costó unos minutos seguir el paso, pero lo logró. Había conseguido que ella sonriera de nuevo. 
Él muy poco bailaba porque creía firmemente que no podía perder el tiempo en esas nimiedades, su adicción al poder ya no tenía límites y era la sala de fumadores donde se realizaban las guerras más frías para obtenerlo y él siempre resultaba victorioso. 
Siempre había mantenido todo bajo control a excepción de algunas cosas: 
Como por ejemplo el matrimonio de Marsias con Becky-que a la final había salido bien y él adoraba a su cuñada-las imprudencias de Uriel al negarse ser clérigo. No obstante, había resultado ser un excelente detective que, si lo desea, puede ser el próximo magistrado. El desafortunado enlace de Georgia con Robert, el cual le había dejado frutos en la industria automotriz que tanto le interesaba; y el hecho de no poder confesarle toda la verdad a Iuola a tiempo. 
Sin embargo, no se arrepentía de cómo había salido todo. 
La danza terminó y todos aplaudieron. Charlie se acercó con una sonrisa. 
–¿Sabes hace cuanto no bailaba? ¡Dios! Pensé que lo había olvidado por completo. Gracias Tyler. 
Wolfram se preguntó si el día de su compromiso con Francesca había sido la última vez que Charlie había bailado, tampoco iba a preguntárselo. 
Ella se tambaleó y él la tomó por la cintura, sus bocas se rozaron una vez más, por el hecho de ser tan alta. Él la miró profundamente y ella tragó saliva. 
En ese instante entró Rolfe y la gente aplaudió. Este se colocó en el centro de la pista, Charlie se separó de él, pero Wolfram siguió tomándola de la cintura. 
–Gracias a todos por venir–comenzó a decir el dueño de la taberna–veo caras conocidas y nuevas, me legro mucho que estén disfrutando de la velada. Al final como todos los años elegiremos a los reyes de la taberna de Rolfe, entre tanto sigan disfrutando 
Las personas aplaudieron y Wolf se acercó al oído de Charlie. 
–¿En qué consiste eso? 
–La pareja deberá beber todo un barril de coñac y si pueden quedarse en pie, son los ganadores–le explicó 
Él asintió. Todo eso le parecía ridículo. En ese momento reconoció una cara, era Samanta James, la joven que había conoció en el coche de postas. Ella se encontraba en un rincón, alejada de todo ese jolgorio. Tenía un ojo morado que él logró ver a pesar de la distancia, que esta se cubrió rápidamente con el cabello y la cofia que no le favorecía para nada. Ella se hincó de rodillas, sacó un trapo húmedo de un balde y comenzó a limpiar el piso. 
Charlie le siguió la mirada–¿La conoces? 
–Es la chica que defendiste en la posada 
Ella abrió la boca–¿Trabaja aquí? La compadezco 
–La golpearon 
–¿Cómo lo sabes? 
Wolfram le ofreció el brazo–¿Subimos? 
–¿No le vas a hablar? 
–Estoy seguro de que se avergonzaría 
Charlie puso los ojos en blanco–Hombres–y al decir esto se marchó en dirección a ella. A Wolfram no le quedó más remedio que seguirla  
Ella se acercó a Samanta y la chica levantó su cabeza. 
–Hola–la saludó con una sonrisa, pero se le borró de inmediato al verle el moretón en el ojo. 
–¿Qué te pasó? –le preguntó mientras se colocaba en cuclillas 
Ella se cubrió el moretón con el cabello y se puso de pie; al ver a Wolfram abrió los ojos como platos. 
–¿Señor Breedlove? 
–Señorita James 
Ella bajó la cabeza y Charlie se puso de pie. 
–¿Quién te hizo eso? –le preguntó esta 
Ella se cubrió–Me caí 
–Sobre el puño de alguien, supongo 
Wolfram colocó una mano sobre el hombro de Charlie. 
–Basta–le dijo 
A Samanta se le llenaron los ojos de lágrimas. 
–Yo…–comenzó a decir 
En ese momento se acercó Rolfe detrás de ellos y ella se detuvo. 
–¿Qué sucede aquí? –preguntó 
Samanta se asustó y volvió a sus deberes. Wolfram y Charlie dieron media vuelta y lo enfrentaron a él y a sus hombres. 
<<Siete>> contó. 
–¿Les está causando problemas? –preguntó este señalando a Samanta 
–No me digas que fuiste tú quién le pegó–le amonestó ella 
Rolfe sonrió–¿Qué vas a saber tú de cómo corregir a un hijo sino pudiste tener? 
Wolfram vio como Charlie se tensaba y decidió intervenir. 
–Por supuesto no cuestionaremos sus métodos–le dijo–Vámonos Charlie 
Este le tocó la mano y se fueron a su mesa. Una vez llegaron allí, ella se sentó y él le sirvió más trago. Ella lo miró y le sonrió. 
–¿Nos vamos Tyler? Quiero respirar un poco de aire fresco 
Él asintió–¿Me esperas un momento? Iré a cancelar la cuenta 
–Claro 
Él se puso de pie y bajó las escaleras en dirección a la barra. Al parecer las palabras de aquel tipo la habían afectado de cierta forma, él aún no sabía que había pasado con ella después de que se fue y sospechaba que tenía que ver con su situación de no haber tenido hijos. 
La camarera que los estaba atendiendo se acercó a él. 
–¿Qué necesitas mi amor? 
–La cuenta por favor 
–¿Ya te vas? 
Wolfram no estaba acostumbrado a que lo trataran de esa forma tan impersonal. Se limitó a sacar el dinero y depositarlo en la mesa. 
–Quédese con el cambio–le dijo mientras daba media vuelta 
–Es obvio que ese marimacho jamás te va a complacer, cuando te aburras, búscame 
Tenía como principio respetar a todas las mujeres, por esa razón siguió su camino hasta llegar a Charlie. 
–¿Ya?–preguntó y él asintió. Ella se puso de pie y él le ofreció el brazo. 
–Toma la botella–le dijo ella–Está entera, podemos acabarla después 
Él así lo hizo y ambos salieron de la taberna. 
–¿A dónde quieres ir?–le preguntó este 
–Solo caminemos un rato, estoy un poco mareada 
–Bebiste demasiado 
–¿Y cómo no? Es el único día donde nosotras podemos hacerlo sin que nos juzguen, es tan injusto ¿Por qué ustedes si y nosotras no? 
–No sé cómo responder a esa pregunta sin que te ofendas 
–Sí, mejor no lo hagas. No tengo ganas de discutir contigo o ¿sabes qué? Mejor si, dilo 
Él estiro su brazo y la tomó de la mano; por instinto ambos se entrelazaron. Wolfram sintió que el alcohol se le estaba subiendo a la cabeza. 
–De algo estoy seguro y es que las mujeres pueden hacer grandes cosas 
–¿Lo dices por Mary, Úrsula, Gregorie e Indira?–Él la miró de reojo y ella se echó a reír–¿Qué? Lo siento, me encantaron sus nombres. Háblame de ellas ¿Estás casadas? 
–Sí 
–¿Qué hace Mary que dices que es especial? 
Él lo pensó un momento–Dirige la casa de juego de su esposo, ella solita 
–¿En serio? ¿Él se lo permite? ¡Qué gran tipo! 
–Sí, Bénedict lo es 
–¿Se llama Bénedict? Grandioso 
Wolfram recordó que debía anotar todos esos nombres. 
–¿Y Úrsula? 
–Ayudaba en casos de Bow Street, su esposo es hijo del magistrado 
Charlie se detuvo y lo miró–¡Debo conocerla! Eso es extraordinario, pero más su esposo que se lo permite sin ningún prejuicio ¿Cómo se llama? 
–Airton Wallase 
–¿Y Gregorie? 
–Tiene una enfermiza pasión por los caballos de carreras y es muy buena en ello 
–Increíble ¿Y Indira? 
–Ella hace muy poco en realidad, pero es muy inteligente    
Él se guardó así mismo el hecho de que a Iuola le gustará la medicina, porque Charlie sabe que desde muy niña había desarrollado ese don. 
–Debe ser genial tener hermanos, yo fui hija única y los únicos hermanos que tuve…–ella se detuvo y luego sonrió–Bueno… llegamos al bosque ¿Tomamos otro camino? 
–¿Temes entrar conmigo? 
Ella se lo pensó un momento. 
–En realidad no 
Él le apretó un poco más la mano y se adentraron al bosque. Al parecer solo había que seguir el sendero y llegarían al final este 
–¿Podemos sentarnos un momento? –le pidió ella 
–¿Aquí? 
–Sí, en aquel árbol. Estoy un poco cansada 
Él asintió, se quitó el saco y lo colocó en el suelo. 
Ella lo miró de soslayo–Gracias 
Él se sentó en frente de ella y abrió la botella. 
–¿Quieres un trago? 
–Sí, por favor 
–Debimos traer dos copas 
–Bebamos de la botella 
Él alzó las cejas y no dijo nada. 
–¿Te da asco? 
Él negó con la cabeza y le dio la botella. 
–¿Crees que existe un Dios?–le preguntó ella mientras bebía 
–¿Ahora hablaremos de religión? 
–No, por favor. Soy atea–le confesó mientras le daba la botella, él bebió de ella y la cerró. 
–Lo cierto es que no lo sé–respondió–sin embargo, soy de los que piensa que todo esto no pudo haberse creado solo 
–Yo creo firmemente de que Dios o lo que sea tiene preferencias, porque conmigo ha sido muy injusto 
–¿Lo dices por lo que te pasó con los Westhampton? 
–Y por todo lo que me pasó después 
Él jamás la presionaría a hablar, pero quería-se moría- por saber que había sido de ella todos estos once años. 
–Cuando salí por la puerta de atrás de Westhampton House, pensé que con todo lo que sabía lograría salir adelante, no obstante, se supo todo lo que pasó esa noche. Westhampton, no solo me echó, sino que se encargó de manchar mi nombre 
Él tragó saliva. Eso era una vil mentira y sentía impotencia por no poderse defender. 
                                                                                                                                                                                                                
¡HOLA GENTE!



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En el texto hay: wolfram, charlie, sagawesthampton

Editado: 02.03.2021

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