La Leyenda de Ailur

Cap.19-Primer Concilio de Jugadores

Para aquellos avispados a quienes se le pusieron los pelos de punta pensando en Relian con los niños vamos a hacer algunas aclaraciones, no, no estamos excusando nada, Relian es un verdadero enfermo pero lo que pasa con esta clase de enfermos es que tienen gustos muy específicos, en su caso: niñas de cabello oscuro entre los once a diecisiete años; de modo que Triguen no era su tipo y Grey era demasiado pequeña, no hace la situación menos incomoda pero si menos amenazante.

 

Tras concluir la lección de esgrima se junto con Brunco y Thormu para hablar sobre el sorprendente cambio de Yuoko, luego derivaron a otros temas, que si el otoño duraría lo normal o se extendería para ajustar los días tomados antes del invierno, que si el receso duraría lo suficiente para hacer planes de ir a pescar, cosas así.

 

-¡Buenos días, viejos!-un muchacho llego corriendo por el camino del bosque-¿no es una hermosa mañana?

-¿Quién es ese?-pregunto Triguen.

-Creo que es Anai-dijo su padre, que alguna vez se lo encontrara así.

-Se dirige a casa de Bria-noto Brunco.

 

En efecto, Anai se planto ante la puerta de la Dama, respiro hondo, esperando que su corazón retomase un ritmo normal, luego golpeo con fuerza.

 

-¡Hoy no recibo visitas!-se oyó desde el interior, una voz vieja pero aun firme.

-Madre, soy yo, Anai.

-…Hoy no recibo visitas-repitió.

-Madre-apretó los puños-un día Mitzah llevara a uno de nosotros al mausoleo de los jugadores, antes de ese días, ¿no nos debemos algunos momentos?

-No quiero ver a nadie.

-Tengo tu llave-dijo-¿sabes?, me resulta muy odioso que actúes como una niña asustada y yo deba ser el adulto, estoy aquí, intentando ser razonable, asique abre la puerta, por favor.

-No puedo-sollozo-vete, solo vete.

-Como quieras-saco la llave.

-¡Oye!-pero entonces Brunco se le puso en medio-dijo que te fueras.

-No te metas en esto, Herrero.

-¿O qué?, ¿me lanzaras a tus perros?-ahorita mismo eran todo menos una amenaza.

-Deja en paz a Bria-dijo Relian-es una pobre anciana.

-Es mi madre.

-Razón e más para que le muestres respeto-dijo Thormu.

-¿Tu me estás hablando de respeto, Leñador?

-¿Y eso que carajos significa?

-No vas a entrar a esta casa, Anai.

 

Relian se quedo aparte, había expresado una opinión por compromiso y ya, no era su deber intervenir en las peleas, al menos no durante los recesos, miro hacia el bosque y vio venir a Nicolay, Yuoko, Perdiz y…Liebre, Oh Dioses, Liebre.

 

-¡Ladrón!-Anai también le vio-¡Ven a echarme una mano!

-Dijiste que no armarías un alboroto.

-Era el plan, hasta que estos entrometidos se involucraron.

-¿Bria?-Yuoko toco levemente la puerta-¿puedo entrar?-la puerta se abrió un poquito y paso sin que nadie le notase.

-¿Cuál es el problema?-pregunto Perdiz.

-Quiero ver a mi madre antes de que la edad mate a uno de los dos, creo que tengo ese derecho.

-Si ella no quiere verte no puedes obligarla.

-No está bien.

-¡Nada de esto les incumbe!

-Vamos a hablarlo con calma, ¿sí?

 

-Liebre…

-No-se encogió-si te acercas más lo llamare.

-¿Puedo hablarte?-ella dudo un poco pero asintió-se que lo que hice estuvo mal, en verdad lo lamento.

-Yo…

-No tienes que perdonarme y seguro no quieres que nos oigan hablando de esto-ella negó-solo quería decirte que lo sentía, voy a apartarme ahora.

-Está bien…gracias- ¿gracias?, ¿acababa de darle las gracias?

 

La puerta de la casa se abrió entonces, silenciando todas las discusiones, Yuoko salió llevando de la mano a Bria, que iba de negro cerrado y con velo, y de la mano la llevo frente a Anai.

 

-Hay una forma correcta de hacer las cosas-declaro, muy seria-Bria, es tu hijo, merece algo de tu tiempo, Anai, es tu madre, merece algo de tu respeto.

-¿Podemos charlar?-pidió el joven comerciante-¿tal vez caminar juntos?

-No me descubriré.

-Entiendo-dejo que tomara sus manos.

-Eres un chico guapo, has crecido.

-Más bien al revés-bromeo-hay fuerza en tus manos, eso me alegra.

-Qué bonito-dijo Nicolay, y de pronto se dio cuenta-¡Oigan!, ¿Qué tan común es que estén todos los jugadores juntos?-le miraron-¿y si hacemos una junta?, ¿hay un lugar para eso?

 

Nunca habían tenido una sala de reuniones propiamente dicho pero estaba haciendo mucho frio como para quedarse fuera asique Liebre sugirió el amplio salón de su enfermería, aun tenia la llave, Thormu llevo algo de leña para encender las chimeneas y Trigun, algo de mala gana, se quedo cuidando a los niños pero tan cerca como le fuera posible para oír de que hablaban los jugadores.

 

-De acuerdo, chico-dijo Anai-el último Ladrón que estuvo armando intrigas por aquí acabo muerto y se llevo a la mitad de la población consigo, asique ten cuidado con lo que vas a decirnos.



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En el texto hay: luna, mitologianordica, cuarta pared

Editado: 15.10.2019

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