Helanka
Ya me queda poco, sé exactamente en dónde será el atentado, he reunido, gracias a Isthar, todas las pruebas que necesitaba para condenarlo al planeta prisión, solo me queda que mi pueblo vea cómo aprieta el botón para intentar matarme. Ya le he dado la carta, de despedida, a la capitana para que se la entregue de forma rauda, nada más producirse el atentado, y ya tengo atado el nombramiento de Isthar como Emperatriz, mi querido Carls se va a quedar sin su trono, por querer más de lo que debe. Ahora debo escribir la carta con mis últimos ruegos para que los haga realidad y podamos iniciar una nueva época en el Imperio con todos los mundos unidos bajo mi mandato y el de mi compañera eterna, pero antes debo hablar con el Presidente del Consejo Imperial de los Mundos para que se retire de los nombramientos el cargo de Favorita Imperial y recuperar el Gran Canciller.
Presidente: "¿Me habéis llamado Alteza?"
Helanka: "Así es, necesito hablar con vos de una necesidad que hay en el Imperio..."
Presidente: "Estoy a su disposición..."
Helanka: "Como sabrá de mi relación eterna con la Favorita Imperial es legal desde todos los puntos de vista, entonces necesito que, para cuando la Favorita Imperial haya sido nombrada Emperatriz, el Consejo apruebe la desaparición del cargo de Favorita Imperial y se restaure el de Gran Canciller, añadiéndole a las prerrogativas que ya dispone las propias de la Favorita..."
Presidente: "Entonces Alteza, queréis hacer desaparecer el rango de Favorita Imperial y retomar el de Gran Canciller..."
Helanka: "Así es, pero debéis esperar a que termine el mandato provisional de mi compañera eterna."
Presidente: "Así se hará Alteza Imperial. El nombramiento de la nueva Emperatriz ya está cerrado, nadie osará votar en contra de vuestros deseos... ¿seguro que no hay otra forma de desenmascararlo?"
Helanka: "Hay otra... pero conlleva que algunos de los implicados puedan fugarse, y lo que queremos es que caigan todos. Sin importarnos linaje, familia, cargo o rango."
Se fue el Presidente del Consejo. Empiezo a tener miedo, mucho miedo, a que las protecciones que llevaremos, mis tres escoltas y yo, fallen y provoquen más dolor de lo que ya se ha hecho. Mis lágrimas salen sin control, si fallo en mis apreciaciones dejaré a mi compañera eterna con una carga, quizás, excesiva para su comprensión.
Isthar
Desde que registré las habitaciones del primogénito y encontré las pruebas, que directamente lo enviarían al planeta prisión, Helanka comenzó a darme deberes para estar alejada de ella, mientras yo me dedicaba a resolver determinados asuntos menores dentro del Palacio Imperial, ella salía casi siempre a realizar pequeños encuentros con sus súbditos. Entretanto la capitana, prácticamente se convirtió en mi sombra.
Isthar: "Capitana, necesito respuestas ya. Aquí se está cociendo algo y yo me encuentro fuera del juego..."
Capitana: "Por el momento, cuando muestre su fortaleza le podré explicar todo, pero por el momento, y siguiendo órdenes de la Emperatriz Helanka, no puedo decirle nada. Del resto de su escolta están al igual que tú Anne..."
Esta conversación se repetía de forma diaria y siempre terminaba de la misma manera, la Capitana negándose a darme las explicaciones que merecía. Algo dentro de mí me decía que iba a ocurrir una catástrofe, cada día le exigía más las explicaciones a la Capitana ya al final terminé enfadándome con ella, pero hablaba con Helanka, preguntándole por "las supuestas órdenes" de la Capitana y me cambiaba de tema, últimamente estaba más humana, en el sentido de mostrar con facilidad sus sentimientos hacia mí, llegando, incluso, a lo más romántico, como el encontrarme con una rosa en mi lado de la cama, o mostrando de forma evidente, delante de su guardia y/u otras visitas, sus sentimientos hacia mí. Cosas que deberían hacerme feliz, pero esa opresión en mi corazón decía que todo era una despedida.
Carls
Será imbécil, mandarme a limpiar la mierda de aquellos mundos que están temerosos de ser la nueva carnada de los Taerugs, para colmo me tuvo casi una traslación completa para dar una serie de explicaciones innecesarias, si deseo que el Caudillo ponga en su cara una base para expandir nuestro Imperio, se calla y traga que para algo soy el enviado de la Emperatriz, por poco tiempo, bueno ahora tengo que ir a presentarme ante mi hermana pequeña, lástima que le quede tan poco tiempo de vida.
Helanka: "¿Qué tal tu misión diplomática?"