Los rayos del sol llegaban a la tierra con fuerza y furia, el calor que provocaban era demasiado alto, aunque nada que no se pudiera manejar. Toda la superficie del planeta es de un color azul y no se podía apreciar nada más a la distancia, era un océano tranquilo y en calma que se expandía más allá de la vista, excepto por algo. En medio de la nada, sobre el agua infinita se encontraba un barco.
Era una gran embarcación de color blanco y cuatro pisos: el primero estaba lleno de máquinas y cuartos para los empleados, el segundo recordaba al interior de un avión multiplicado por tres: filas y filas de asientos todos ocupados principalmente por estudiantes, el tercero era una sala de recreación y comedor para que el cuarto volviera a ser más asientos y personas jóvenes.
En el estribor del barco se encontraba un pasillo con unas barandillas para ver el exterior y caminar sin mucha aglomeración de personas, allí se encontraba un chico que se detuvo delante de una puerta automática doble que se abrió para dejarlo entrar al interior.
Había al menos 150 estudiantes de distintas escuelas en el segundo piso, algunos sentados en sus respectivos lugares mientras que otros grupos hacían de las suyas para evitar aburrirse. Como se trataba de un transporte de clase baja no se encontraba en las mejores condiciones, la alfombra del piso estaba sucia, con manchas y restos de comida o envoltorios; sumado a los asientos gastados por el tiempo.
Gregory ignoró todo esto, más que ignorar ya estaba acostumbrado de la misma forma que está acostumbrado al sabor salado en su boca. Al igual que todas las demás personas dentro, él vestía unos pantalones bastante cortos y una musculosa, el joven caminó por el pasillo entre decenas de asientos hasta llegar a su destino.
Los asientos a su lado estaban ocupados por sus dos mejores amigos, cada uno concentrado en una cosa diferente. Al llegar sus amigos y compañeros de clase se percataron de esto para mirarlo. –¿Ya te aburriste de tomar aire? –preguntó Alan levantando su vista.
–Así es, ya tuve suficiente por un rato.
–Te diría que te vayas a descontaminar, o mínimo lavarte las manos. Sería muy feo que te contagies del virus Coral –sugirió su amiga algo preocupada.
Gregory colocó una pequeña mueca en su rostro. –Ya te dije que la información de esa página que leíste es falsa, está comprobado que el virus Coral no se contagia por estar expuesto al océano, es solo por herencia o si estas mucho tiempo bajo el agua.
Después de eso el chico tomó asiento, sus amigos tenían distintas cosas entre las manos, así que preguntó. –¿Ustedes que están haciendo?
La chica de cabello negro y rulado le mostró la pantalla de la tablet que sostenía. –Estoy leyendo, poniéndome al día con un libro y ya voy por la mitad.
–Avanzaste mucho. –Luego movió ligeramente su cabeza para ver a su mejor amigo.
Alan desbloqueó su teléfono y le mostró lo que escribió en un bloc de notas, había diagramas y varias anotaciones. Su mejor amigo las miró por encima, pero leyó lo suficiente como para saber de qué se trataba. –Estas preparando todo para hacer tu NPC en el juego, si recuerdo que mi primo te lo dijo el otro día.
Para Gregory su primo era solo eso, su primo. En cambio, para las demás personas que no fueran su familia su primo era alguien, un influencer muy famoso y popular; por ese motivo cada vez que él era el tema de conversación Gregory notaba como la emoción de sus amigos al hablar aumentaba.
–¡Sí! –dejó escapar sus ansias Alan–. Desde que derrotamos al Rey Demonio y sus generales estuve esperando que tu primo me diga cuando podía empezar a diseñar un nivel. Pero no fue solo eso, me dijo que creara al guardián final del piso.
Luchi, quien había regresado a su lectura, levantó la cabeza. –Habíamos quedado en que los guardianes finales serian de nivel cien, y los llamaríamos Maestros de Nivel.
–Claro, tu primo me pidió diseñar al Maestro del Sexto Nivel. Charlé con TheCrazyEgg y DragonQueer y quedamos en que tendría la estética de un cielo, con montañas flotantes y todo eso, así que el Maestro que diseñaré será de la raza de los ángeles. –Para sus dos compañeros era sorprendente ver la sonrisa con la que Alan contaba esas cosas.
–Entonces van a tomar la estética de la mitología católica, pensé que como estábamos usando la mitología griega seria solo eso –agregó luchi.
Su mejor amigo soltó una carcajada. –El Castillo de Ydalir es de la mitología nórdica, así que estábamos mal de todas formas.
–Nuestro Clan resultó ser una mezcla rara de muchos estilos de distintas mitologías y leyendas jajajajaja.
La base del barco se sacudió ligeramente por una ola pequeña que rompió la tranquilidad, esto provocó que las gaviotas y otras aves tomaran vuelo. Igualmente ellas regresarían al barco ya que no tenían ningún otro lugar de tierra firme para estar, a muchos estudiantes le resultaba gracioso que las aves viajaran con ellos, eran como pasajeros infiltrados.
Regresando a la idea principal de la conversación, Alan continuó. –Quería que se complementara a mí, así que iba a hacerla de daño mágico, pero también soporte y tanque.
La ceja de su mejor amigo se levantó asombrado al escuchar eso. –Es un poco loco eso.
–Si, por eso estoy viendo como equilibrar las debilidades y compensar que sean clases diferentes.
–Bueno, cuando lo acabes de hacer mándamelo y yo se lo reenvió a mi primo para que le eche un vistazo. –Su familiar se había vuelto un influencer famoso gracias a que era uno de los mejores cinco jugadores del videojuego Leyenda Mitológica y subía videos a YouTube jugando y enseñando.
Su mejor amiga, al tener ese título no necesitaba muchos filtros para hablar con Gregory y por eso preguntó algo sin drama. –Hablando de tu primo. –Ella se avergonzó un poco de lo que podría pensar su mejor amigo–. Pensé que el también vendría contigo, digo, ya que se acerca la navidad y las familias suelen reunirse a festejar.
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Editado: 07.09.2023