Como Nico había dicho, quedaban pocos meses para la presentación de la colección, todo el personal encargado de diseño y producción fue llamado al día siguiente, les fueron presentados los bosquejos de los modelos para la próxima colección, todos estaban asombrados con el trabajo que Alma había desarrollado y la felicitaron por el nuevo cargo.
Después de la reunión de presentación, la joven esperó ver que Bracco se marchara, pero para su sorpresa él nunca lo hizo, le pareció extraño verlo allí ya que cuando ella trabajaba como su asistente, él solo aparecía cuando la colección estaba al cien por cien.
Mauricio al ver la cara de extrañeza de Alma, recordó que cuando ella se accidentó había dejado un gran vacío que hasta ahora nadie podía cubrir y era el motivo por el que él realizaba la supervisión de sus colecciones; desde que la joven había dejado de trabajar para él, Bracco tuvo que adaptarse a muchos cambios que, aunque buenos, él los veía innecesarios y pesados, sin embargo, le habían servido para compenetrarse mejor con su empresa.
Una noche en el Consorcio, mientras todos trabajaban empeñosamente, las luces del lugar se apagaron para dar pase a un tenue brillo que se dirigía hacia Alma, mientras la luz avanzaba, todos los presentes comenzaron a cantar la canción de cumpleaños, cuando la llama llegó hasta Alma, la joven pudo distinguir el rostro emocionado de Nico detrás de una torta.
Después de que Alma soplara las velas, las luces fueron encendidas y la joven pudo encontrarse con los rostros sonrientes de todos sus compañeros de trabajo, incluido el de su jefe, su madre se acercó y Alma la abrazó tan fuerte que comenzó a sollozar, estaba feliz y a la vez triste, tenía sentimientos encontrados al saber que ya no le quedaban más meses para seguir con sus seres queridos.
Al ver que su querida amiga lloraba, Nico y Claudia abrazaron a madre e hija, imaginaban que el llanto se debía a la sorpresa; la escena era tan conmovedora que varios de sus compañeros empezaron a sollozar al presenciar el sentir de la festejada.
Tras una hora de festejo, Bracco ordenó que todos se retiraran a descansar temprano e invitó a cenar a Alma, su madre y sus amigos, que gustosos aceptaron; el italiano los llevó a un restaurante exclusivo, Alma y su madre se sintieron un tanto cohibidas al ver la pomposidad del lugar, en cambio Nico y Claudia estaban como peces en el agua, ese era su mundo y estaban acostumbrados a ello.
Pidieron de comer y conversaron sobre los resultados esperados sobre la colección, Alma comenzó a perder la timidez al hablar sobre aquel tema, su pasión hacía que se olvidara de lo demás; terminada la cena, Bracco se ofreció en llevar a Alma y a su madre a casa, ellas quisieron rechazar la oferta, pero Nico no dejó que eso pasara, había notado algo durante la cena, no sabía qué, así que se dijo de que fuera el destino el que decidiera lo que sucedería y claro que con ayuda suya sería mucho más rápido.
Mauricio, al dejar a ambas mujeres en las puertas de su departamento, se dirigió hacia su pent-house, al llegar se sirvió un trago, debía reconocer que ese día Nico lo había tomado por sorpresa al pedirle permiso para hacer un pequeño agasajo a Alma por su cumpleaños; en todo el tiempo que llevaba trabajando con él, nunca supo que cumplía años el mismo día que él, ella había cumplido nada más que veintisiete años y él acababa de llegar a los treinta; acercó la copa a su boca y comenzó a tararear la melodía cumpleañera, pensando en que a él nunca nadie le había celebrado como lo hicieron con la joven hasta hacía unas horas.
Pasaron un par de meses más y el personal se encontraba en las instalaciones de «Colorato», desde que amanecía hasta que anochecía, incluido el director ejecutivo; Mauricio seguía de cerca todo el proceso del trabajo que venía realizando Alma y todo el equipo.
Mientras Nico revisaba unos bocetos, recordó que, con anterioridad, el italiano siempre estuvo en el proceso de creación de las anteriores colecciones, pero en esta ocasión algo le resultaba diferente al rubio, había notado un interés excesivo por parte de Bracco en el trabajo que realizaba su amiga, desde el día de su cumpleaños había visto como Mauricio no quitaba el ojo a lo que Alma hacía y decía, Nico quería pensar que era mucho más que trabajo, así que aprovechando momentos para ocuparse en lo que fuera, dejaba solos a la diseñadora estrella y a su querido director.
El rubio se propuso hacer de cupido con esta parejita, que nunca había mostrado interés de ningún tipo el uno por el otro, antes solo eran jefe y asistente, pero el joven se propuso que ahora fueran hombre y mujer, no iba a permitir que volvieran a ser jefe y empleada, quizá podría ayudar a que más adelante fueran marido y mujer, se dijo que era algo que valía la pena intentar.