La visita de la Directora Cumbre fué una sorpresa incluso para los profesores.
Alex y sus amigos estaban sentados desayunando cuando vieron abrirse el enorme portón. Tras ya dos meses y medio se habían acostumbrado a varias rutinas y ver entrar a cualquier visita les parecía una novedad extraordinaria, incluso fantasearon con la llegada de sus respectivos patrocinantes, pero ésto no ocurrió.
El auto negro de la alta y delgada directora se detuvo poco después del portón y del mismo descendió la temible mujer. Para muchos lucía intimidante.
Para James, cosa que no dejó de señalar, lucía como un buitre enorme.
Alex, a unos diez metros de distancia, cruzó una mirada con los de quién, hasta donde suponía, se había convertido en su enemiga acérrima, con el perdón de Graham claro, discípulo y títere de la Directora.
El desprecio que leyó en sus ojos sólo confirmó sus sospechas.
- Viene a por mí, me parece - expresó Alex en voz queda
- Te estás volviendo paranoico... Debe haber algún cadáver en las cercanías eso es todo - le respondió James mientras se servía su segunda ración de tostadas. El reparto de la comida solía ser generoso, lo cual era comprensible considerando la cantidad de ejercicio que realizaban los niños a diario.
Ésta dieta había hecho milagros en la otrora escuálida amiga de ambos. Su palidez había desaparecido mostrando los rasgos latinos de algún progenitor, de los cuales seguía sin hablar. Además comenzaba a mostrar cierta musculatura fibrosa, especialmente en las piernas, su velocidad había mejorado mucho y ya no acababa los maratones diarios sin aire.
- Estoy de acuerdo con Jim en eso...- dijo la chica mientras el chico se sentaba de nuevo en la mesa
- ¿En lo de la paranoia o lo del cadáver? - preguntó éste
- En ambos - sentenció la jóven tras mirar de reojo como la mujer se encaminaba al segundo portón - Mira, creo que tienes razón en lo de que te quiere fuera, pero dado que no funcionó lo de apartarte de la sociedad...
- Gracias a tus incondicionales amigos - interrumpió James
- Exacto... Pues si eso no funciona - continuó la niña - Si eso no funciona sólo le queda buscar una razón para expulsarte por la vía legal, pero tú comportamiento es intachable y tus progresos en metafísica y educación física son, si no los mejores, al menos están en la media.
- Sin mencionar que éstas entre los tres mejores en las calificaciones de los estudios regulares, aunque eso no afecte tu estancia en este paradisíaco lugar... - terminó James.
Aunque se pedía a los estudiantes que no descuidaran sus estudios regulares, lo cierto es que todos sabían que a fin de cuentas, si lograban destacar en tus habilidades físicas y metafísicas tendrían un lugar asegurado en el siguiente año escolar.
Sin embargo Alex no podía estar tranquilo, descubrir que había alguien que le quería fuera de la secundaria no le había hecho gracia ninguna, a pesar que, como habían señalado sus amigos, este plan no parecía haber dado resultado alguno, más allá de haberle apartado por completo del resto de estudiantes quienes aún le evitaban y jamás le dirigían la palabra. Era irónico, pues debido a ello no había tenido que recurrir hacía semanas a la coraza.
Fué al día siguiente, en la formación matutina, cuando tuvieron noticias de la visita la mañana anterior de la Directora Cumbre.
<<¡Jóvenes! - En la mirada de la anciana directora Tyler se veía una sombra de preocupación, eso no auguraba nada positivo - El día de ayer recibí un comunicado del comité de aceptaciones, es una nueva línea de estudios que pretende garantizar la excelencia de las próximas generaciones de miembros de la Troyes.>>
Tras ésta última afirmación Alex no pudo dejar de notar en varios profesores, Tyler incluida, una mueca de reprobación, no importaba cuál fuese la resolución ninguno parecía estar de acuerdo pero, por supuesto, cumplirían a rajatabla lo que se les hubiese asignado. Después de todo, ningún profesor era un Troyes al pleno, ninguno habría asistido a las preparatorias "especiales" ni servido a las bibliotecas en trabajos de campo. Incluso los estudiantes de preparatoria eran sus superiores.
<<Las nuevas exigencias se resumen de la siguiente forma: además de sus avances en educación física y en metafísica, se exige que todos los estudiantes obtengan al menos un ochenta por ciento de la calificaciones en las clases regulares...>>
Hubo un clamor de susurros entre los estudiantes, era insólito que se les exigiera una calificación tan alta, considerando todas las actividades a las que se les sometía regularmente.
<< Calma, calma... No deben preocuparse en exceso, incluso quienes estén algo retrasados en este tema podrán recuperar sus calificaciones, he conseguido que se apruebe una prueba general para aquellos que requieran un... Empujón en sus calificaciones>>
La sonrisa en el rostro de Tyler trataba de animarlos, pero Alex notó algo más. Cumbre debía haber disfrutado enormemente esa negociación. Podía imaginarla en el despacho de la directora haciéndole sufrir por sus jóvenes estudiantes.
<<Hay otro punto, y se trata de su comportamiento... Ha de ser intachable y los castigos y hojas de vida de los estudiantes serán entregadas, semanalmente, al comité>>
<<Aquellos que hayan tenido problemas pueden tranquilizarse - Fué evidente que Tyler miraba directamente a James quien estaba livido desde hacía un minuto - Esta segunda exigencia entrará en vigor está misma semana, podremos olvidar el pasado y seguir adelante>>
Más tarde ese día, durante el maratón, Alex y James se sorprendieron de no ver a Faith con ellos. Arrow, el atlético y joven profesor de educación física les sonrió al ver sus rostros.
- Su amiga estaba algo descompuesta, así que le dí permiso para tomarse la tarde. - les explicó - Pueden ir a verle más tarde si lo desean.