Habían viajado un par de horas y llegaron con tiempo, los invitados, empleados de la Troyes y miembros de la Orden se mezclan con influyentes personalidades.
Al poco rato pudieron ver a Jim y su madre, una mujer agradable y muy parecida a su hijo. Tenía el mismo cabello castaño y la misma sonrisa. Jim les comentó que habían dejado a sus hermanas menores en casa de un pariente.
Se sentaron en una de las mesas de la periferia, las mesas centrales estaban destinadas a los pesos pesados de la Troyes.
- ¡Mira quién consiguió arrastrarse al centro! - exclamó Jim, señalando a un alto y fornido chico rubio.
- Graham, obvio, ¿Que esperabas? - fué la respuesta de Alex, se sentía incómodo vestido con el traje azul marino y corbata negra, aunque Jim y Faith le aseguraron que lucía bien.
Faith, vestida de manera sencilla, portaba su vestido rosa pálido con la elegancia de quién se ve sorprendido, de pronto, de lucir bien. No pocos de sus compañeros -habia media docena de ellos - giraron a verla con asombro, si bien no destacaba en la fiesta, estaban poco acostumbrados a verla arreglada y feliz.
- Y Cumbre andará revoloteando cerca, eso seguro... Esa mujer con Graham ha de ser su mamá. - Faith acababa de sentarse, delante de ellos aguardaban platos y copas vacíos.
La decoración del lugar era más bien apagada, Frances fué quien les aclaró que la tradicional cena navideña de la Troyes solía ser más alegre, pero los eventos de septiembre de ese año no invitaba a una fiesta. Esa noche realizarían una cena más humilde, en memoria de quiénes habían perdido la vida durante los ataques.
Cumbre estaba allí, sonriente, iba de mesa en mesa saludando a personalidades de todo tipo. La mesa donde estaban Alex y su familia (donde también se encontraban Jim y su madre, así como Graves) fué de las pocas mesas que la odiada Directora no visitó, para alivio de la mayoría de sus ocupantes.
Una de las mesas estaba ocupada por un prominente político, un congresista de apellido Hansen, ligado tangencialmente a la Troyes dados sus objetivos comunes, si bien Hansen, tal como les explicó Frances cuando Alex mostró curiosidad, había apenas pasado por una secundaria Troyes de Nueva York. No dijo más, debido a la presencia de la madre de Jim, pero Alex y sus amigos lo entendieron, Hansen, como algun otro presente, no pertenecian realmente a la Troyes, ni tan siquiera habrían oído de la Orden.
El interés de Alex por el congresista había provocado la curiosidad de sus amigos, así como las de Frances y Graves.
- Miren quien está sentado al lado... - Fue la respuesta de Alex.
Bobby Hansen, el hijo del congresista... Su cercanía a Graham por fin cobraba sentido. Más de una vez habían comparado a Cumbre con un buitre... Pero ahora la veian como una araña, tejiendo una red de influencias con ella en el centro.
Mamá Casey, sorprendiendo a Alex, miraba también a Cumbre. En su mirada había un rencor que nunca había percibido en los ojos de su abuela. Estuvo a punto de preguntar... Pero prefirió evitarlo. Desde la mañana su abuela parecía algo indispuesta, cansada.
La verdad todos lo estaban después de la noche anterior, aunque parecía peor en su abuela y en Graves, quien no dejaba de consultar su reloj.
A las diez se excusó de sus acompañantes y dijo que iría a llamar a un amigo. Frances y Mamá Casey le miraban con cierta aprehensión.
- Cuídate... No hagas nada estúpido - le dijo Frances
- No te preocupes... Yo no pienso hacer absolutamente nada... - fué la enigmática respuesta de Graves.
Veinticuatro horas antes, en Candle Cove, Faith miró a todos, respiró profundo y fijó su vista en una ventana.
<< Mi padre era un hombre bueno. Nunca conocí a mamá.
Ella se llamaba Natalia Guerra, se que era latina pero nunca supe de dónde venia. A papá le costaba hablar de ella, pero creo que nos abandonó. No lo sé.
Mi papá se llamaba Timothy Williams, así que ese es mi verdadero apellido, Faith Williams. Los Smith eran una familia que vivían en el mismo edificio que nosotros. Allí cuidaban, más o menos, a los niños de la zona. Nos daban de comer, vigilaban que no hiciéramos nada estúpido y poca cosa más. Eran una señora mayor y su nieto y tenían una guardería ilegal. Era todo lo que mi papá podía pagar, el siempre estaba saltando de trabajo en trabajo tratando de mantenernos, a él y a mi...>
Faith se perdió unos segundos, todos estaban en silencio con la vista en ella, a excepción de Graves quien miraba el suelo apretando los puños.
<<Recuerdo oír los disparos... También recuerdo cuando el nieto, un tipo de unos treinta, entró a la casa y le dijo a su abuela, señalandome como un perro o un gato "Mataron a su papá">>
Faith recordaba poco de ese momento. Ella amaba a su padre. Era todo lo que tenía y alguien se lo había arrebatado por un par de billetes... Y allí estaba ella, sola en el mundo, llorando por su padre. No hubo un abrazo, nadie la consoló, nadie le prometió que todo estaría bien. Solo la mandaron a callar y la encerraron en la cocina.
<<La abuela de Smith era algo lenta así que él le dijo que se ocuparía de entregarme a servicios sociales... Dos días después me subió a un auto y me llevó a un estacionamiento vacío. Allí había una camioneta sin ventanas. Dos hombres salieron de allí y me revisaron, como quien compra un caballo. Le dieron un sobre marrón a Smith y me subieron a la camioneta. Sabía que no estaba bien, que todo era incorrecto... Pero tenía tanto miedo...>>
Un par de lágrimas corrieron por sus mejillas. El olor de la camioneta y la actitud de los dos hombres... Esas miradas... Pasaría mucho antes que dejase de tener pesadillas con ese día. Y no fué el peor.
<<Ya sé lo que parece... Pero la verdad es que no me hicieron nada... No habría sido rentable, supongo. Me llevaron a ese apartamento y me encerraron en una habitación, era oscura, y yo estaba atada por el tobillo, éramos unas seis niñas, aunque a las más grandes se las llevaban a un sitio que llamaron "la bodega". Cada cierto tiempo me obligaban a bañarme y arreglarme y me llevaban a la otra habitación... Y allí... No... No puedo>>