La Loca Esa (novela Cristiana)

Epílogo

"Y vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existe."

Apocalipsis 21:1

Cinco meses después

Cinco meses después.

 

"¡Carambas!" pensó Haza al despertar, "¡Hoy es mi ultimo día de bachillerato! ¿Cómo es posible que el tiempo pase tan rápido? ¡Parece que fue ayer que me aferre a los pantalones de papá rogándole que no dejé en la guardería!" Haza se sentó en su cama, sus ojos inspeccionaron toda su habitación, por un momento se detuvieron en su reflejo del espejo frente a ella, ¿De verdad iba a iniciar la universidad en menos de tres meses? Haza no se veía ni se sentía como una chica universitaria, en su punto de vista era demasiado joven y pequeña como para ir a la universidad "¡Menudo problema! Cuando llegue a la universidad voy a parecer un bebé en medio de tantos gigantes que irradian testosterona" se lamento Haza, angustiada. Sí, Haza estaba angustiada, temía que el tiempo pasará demasiado rápido y ella no pudiera hacer lo que su mente, y corazón anhelaba, el rostro sonriente de Joshua se hizo paso entre sus pensamientos y de repente Haza se sintió más tranquila, ella pensaba "Si Dios me coloco a una persona tan maravillosa como Joshua en mi vida, de seguro el futuro será glorioso si lo dejó en sus manos" Haza se puso de pie y miró por la ventana hacía el cielo celeste claro que Dios había hecho esa mañana, Haza sentía que era la mañana más radiante de todas y su felicidad aumento al pensar que Dios pinto el cielo de un azul tan hermoso pensando en ella, sí, no debía tener miedo, porque Dios siempre estaría con ella.

Y por ello Haza dejó de sentir temor, se arreglo y recibió con orgullo su diploma. Una etapa acababa de terminar y otra a penas empezaba, ¿Era aterrador? Sí, pero con Dios no hay nada que temer, porque Dios es el alfa y el omega, el principio y el final, y Haza confiaba en que a su lado, nada malo habría de pasar.

— ¡Uno!

— ¡Dos!

— ¡Tres...!

Los aplausos y las sonrisas llenaron el patio de la escuela donde los recién graduados celebraban el inicio de una nueva etapa de sus vidas.

— ¡Apúrenle, tontos que ya quiero recibir mí diploma y jamás volver a verlos! ¡Pedazos de zánganos! — exclamó dulcemente Cory hacía sus compañeros de estudio.

— Aunque odié decirlo, Cory tiene razón — Haza sonreía, por primera vez en mucho tiempo ella sonreía, su sonrisa era pacifica, dulce y sincera, una sonrisa que Aidan pensó jamás volver a a ver por parte de su hermana.

— Ah, ¿Entonces somos unos zánganos, Haza? — pregunto Blue ofendida.

Haza negó riendo.

— No, no en eso — dijo Haza tomando su ramillete —, solo que es hora de irnos.

— Seguir con nuestras vidas — Blue tomo la mano de Tate, sintiendo una calidez gratificante en su corazón.

— Conocer nuevas personas — Joshua tomó la mano de Haza y le dio un breve beso.

— Chicos no es por nada, pero esto no es una comedia adolescente así que no lo hagan triste, no es como que jamás nos volvamos a ver, además ¿Qué haces aquí, Tate? Aún te faltan siglos para salir de la escuela — Cory realmente parecía estar impaciente, al parecer sus padres le iban a dar de regalo un viaje todo pagado a la costa, quizás por ello estaba tan apurado en irse.

Aunque Cory nunca lo dijo textualmente todos sabían que el suicidio de Harper lo había afectado, en el escaso tiempo en el que Cory y Harper se conocieron, él aprendió a quererla, pero no lo suficiente como para llorar por ella. Se dice que aunque no se conozca íntimamente a la persona fallecida, solo hace falta conocerla para sentir tristeza y asombro tras la noticia de su muerte, ese era el caso de Cory, cuando las noticias reportaron el suicidio de Harper no lloró, pero por más que lo intento no dejo de pensar que, quizás, si hubiera visto las señales habría salvado de alguna forma a Harper.

Tate, siendo el mismo niño callado y poco interesado en la vida ajena solo se limito a decir sus motivos para estar allí teniendo su graduación como un evento demasiado lejano todavía.

— Vine por mis hermanos, pero en especial porque ahora que Joshua se va a la universidad necesito saber si puedo hacer lo que quiera con su habitación — Tate se encogió de hombros riendo —. Digo, respeto a Joshua preguntando, pero reafirmo mi autoridad como el hijo menor haciendo lo que quiera de todos modos.

El mencionado sonrió, abrazando a Dafne por su espalda.

— Esta bien, esta bien, puedes quedarte con mi habitación — Tate sonrió agradecido.

— Chicos, están haciendo esto demasiado emotivo — se quejó Dafne.

— Al menos todo está bien ahora — Joshua extendió su brazo, para poder abrazar a Haza también.

Laia llegó junto con sus padres a apoyar a sus hermanos en su graduación, con una gran cámara en mano, listos para inmortalizar ese día en una hoja de papel colorida.

— ¡Por fin te graduaste! ¡Bien hecho, hermano!  ¡Bien hecho, Dafne!

Joshua llevaba dos años de retraso en sus estudios, debido al descuido de Patrick, Dafne tan solo llevaba un año de retraso, pero ahora por fin podrían empezar la universidad y seguir adelante con sus vidas.

— Sí, Laia tiene razón, felicidades Dafne, siempre fuiste una alumna brillante, te amo, hija — Dafne abrazo a Finley y el besó el cabello de su hija —. Felicidades a ti también, Josh, jamás dudé de ti hijo, le agradezco a Dios que te ayudo a sanar y perdonar, pero sobre todo a superar — Joshua soltó a su hermana y a su novia, para abrazar a Finley, el joven hombre parecía sorprendido, Joshua no era alguien muy interesado en compartir emociones, menos muestras de afecto, aún así permaneció en silencio, aceptando el cálido abrazo de su hijo.




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