La Luna de Emily

Oscuridad Total

Después de llegar de la escuela, se ve un Toyota Corolla estacionado frente a nuestra casa, nunca habíamos visto ese auto anteriormente. James y yo nos miramos curiosidad mientras caminamos hacia el interior de nuestras casa, donde en uno de los sofás de la sala de estar se encuentran una mujer y un hombre conversando con la tía Marge, quien está sentada en el pequeño sofá individual. Al percatarse de nuestra presencia, interrumpen su conversación y se quedan callados.

Tía Marge tiene esa cara de malas noticias, si, esa cara que ambos ya conocemos bien.

— ¡Niños! ¿Pueden sentarse un momento?.

Dejamos nuestras mochilas en el suelo y nos sentamos en el sofá que aún queda libre.

— ¿Qué pasa?

Suelta James un poco exagerado. Últimamente es muy temperamental, siempre está pensativo y llora por las noches. El cree que no me doy cuenta. Ya no peleamos más, ya no le molesta que tome sus juguetes, lo único que lo hace enfadar es que me pare frente a la ventana. Al principio me tomaba de la mano y me llevaba a otro lugar, trataba de distraerme, ahora suele gritarme; "No volverán Emily". No hablamos mucho desde eso, en realidad, estoy molesta con él. Trata de fingir que no pasa nada, que todo está bien, cuando no lo está. Hace lo que papá hacía, trata de cuidar de todos, no entiendo cómo lo hace. ¿Cómo puede levantarse todos los días como si nada hubiese pasado? ¿Acaso solo yo siento este dolor horrible que me paraliza?, ¿Acaso él no los amaba?

— Ellos son los de servicios infantiles.

La mujer nos sonríe educadamente. no es bonita, tiene unos labios extraños y el tono de labial que usa no se le ve bien.

— ¿Adónde nos llevarán?

¿Nos llevarán? ¿De qué está hablando James? ¿Ir adónde? La mujer de los labios raros comienza a hablar sobre lo difícil que es para nosotros, más cosas que ya nos han dicho antes, que en realidad no me interesa porque ellos no tienen idea de lo que se siente. Presto atención hasta que dice lo importante.

— Encontramos una familia que los adoptará a ambos, así que no serán separados.

— Eso es algo muy bueno mis niños.

Dice la tía Marge, limpiándose las lágrimas. Pero ¿Qué tiene eso de bueno? Nos están sacando de nuestra casa para ir a la casa de personas que no son nuestros padres. ¿Y qué pasa si ellos regresan? Ellos lo prometieron, ¡van a regresar y estaremos con otros padres!. No lo soporto más, odio a James por no decir nada. Me levanto del sofá y corro escaleras arriba, llego a mi habitación y tiro la puerta de un golpe. Black quien ha corrido detrás de mí, logra entrar antes que la puerta se cierre. Noto que la tía Marge ya tiene todo listo, nuestras maletas están en el suelo. En este momento la odio, la odio tanto. Me tiro en mi cama llorando, Black se acuesta a mi lado. Él siempre lo supo, por eso su extraño comportamiento. Sin tan solo los perros pudieran hablar, pudieran contarnos lo que ven o sienten. Si tan solo hubiese entendido que esa mañana cuando se negaba a soltar el pantalón de papá era por lo que iba a suceder, no los habríamos dejado ir. La puerta se abre, James se sienta en la orilla de la cama mientras acaricia a Black.

— Sé cómo te sientes Emily.

Claro que no, no lo sabe.

— Sé que no quieres abandonar nuestra casa e ir con personas que no conocemos, pero es lo único que tenemos ahora, no tenemos opción. Ellos no van a volver Emily.

 — ¡Ya deja de decir eso!

Grito tan fuerte que Black da un salto.

— ¡No lo harán! Están muertos, se han ido para siempre y ahora somos huérfanos.

— ¡Cállate, cállate!

No sé porque me hace esto, ¿Qué no ve que duele demasiado? ¿Por qué es tan cruel? ¡Lo odio! No puedo parar de llorar, él se acuesta a mi lado y me acaricia el cabello.

— Ellos dijeron que volverían. Lo prometieron James.

Estoy tan ahogada en mis sollozos, que apenas y se entiende lo que estoy diciendo.

— Lo sé, pero esta vez no pudieron cumplir.

Los de servicios infantiles subieron a nuestra habitación, no siguen diciendo que todo estaría bien. Hablaban sobre nuestros nuevos padres y cosas sin sentido para mí y la tía Marge no hacía más que llorar. Ellos se llevan las maletas al auto y nos dijeron que podíamos llevar también lo que para nosotros era más importante, así que en mi mochila empaqué "el principito" mamá solía leernos ese libro, solía decir: "nunca pierdan su imaginación". En medio del libro metí una fotografía donde estamos todos juntos. Fue tomada unos meses atrás, íbamos a acampar, en el camino encontramos un lago, así que decidimos parar y disfrutar de nuestro almuerzo ahí. Mamá tomó muchas fotografías; del lugar, nosotros distraídos, papá y James jugando con Black, yo dándole migajas de pan a los peces. Luego ella le pidió a otro turista si podía tomarnos una fotografía familiar, nos colocamos en la orilla del lago, papá y mamá abrazados y nosotros en cada lado con Black en el centro. A mamá le gustó mucho esa fotografía y a mí también. Todos lucimos muy felices, de hecho, lo éramos. La saqué del marco donde la tenía en la sala, la metí en medio de mi libro, y la guardé en mi pequeña mochila, junto con mi muñeca favorita que me regaló mi abuela antes de morir, yo estaba más pequeña así que casi no la recuerdo, pero mi mamá siempre me contaba historias sobre ella, por eso decidí llamar a la muñeca Lilly igual que mi abuela. Ya está todo listo, nuestras maletas en el auto y ambos tenemos nuestras cosas importantes en nuestras mochilas. Bajamos las escaleras despacio mirando todo por última vez, es increíble todo lo que nos ha pasado en menos de un mes. No tenemos padres y ahora abandonamos nuestra casa, al menos Black irá con nosotros. Los de servicios infantiles dijeron que nuestros "nuevos padres" viven en una granja, tienen muchos animales y Black podrá tener más espacio para jugar. La tía Marge que está en la puerta nos abraza cuando vamos saliendo, sigue llorando y yo la sigo odiando.



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En el texto hay: accion, amor, explotacion sexual

Editado: 25.10.2023

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