CHRISTOPHER
Mis ojos no se despegan del pupitre solitario que se encuentra a pocos metros de mí. El pupitre que solía ocupar ella todos los días, sin prestarle atención a nadie más que a las novelas que devoraba durante toda la hora del almuerzo. Extraño escuchar sus malas críticas acerca de ellas, extraño verla aqui y oírla quejarse de todo el mundo.
Le digo a mi cabeza que ya basta, que ya no puede seguir manteniéndome así, y que ahora necesito concentrarme para poder continuar con el exámen que descansa sobre mi escritorio en este momento, pero ninguna parte de mí parece querer cooperar. Esto ya está desesperandome, ya no sé qué hacer para ya no pensar más en esto que me tiene hundido en la miseria. No puedo callar a mi desastrosa mente, tampoco sé qué hacer para estar completamente despierto en el aquí.
Últimamente siento que me destrozo por dentro...
La tranquilidad que se crea gracias al silencio que percibo a mi alrededor... no parece ser suficiente para ayudarme a conseguir cierta concentración, creo que me lleno de más ansiedad al escuchar cómo avanza la manecilla del reloj que indica los segundos, y por el sonido que emite la fricción que hacen las lapiceras de los demás al chocar contra el papel. Me permito observar detenidamente a todos los chicos que se encuentran también en sus pupitres, con cabezas bajas, enfocándose en sus exámenes y ahogando de silencio a todo el lugar.
Suspiro y regreso mis ojos a su previo punto, sintiendo rápidamente cómo la nostalgia se arraiga un poco más a mí. Apesar de todo el tiempo que ha pasado... aún no me acostumbro a esto. A estar... sin ella.
Duele, de verdad duele.
Mis ojos se pierden en la ventana que está a mi lado, para apreciar a los copos de nieve que han empezado a caer sobre ella. El paisaje delata a un cielo blanco y nublado. Los días últimamente me parecen más grises y perezosos que de costumbre. Eso no ayuda en nada a subir mi ánimo, al contrario. Gracias a ello me siento más decaído. Mi mente lo está, pero mi cuerpo sigue mostrándose con una resistencia impresionante, y, sinceramente... eso es lo que menos me preocupa ahora.
Mi mano viaja hasta el bolsillo de mi chaqueta para sacar el pequeño broche que únicamente me dejó ella cómo recuerdo. La miro y después la aprieto fuertemente con mi mano. Es una rosa negra de tela, ella la usó en su cabello la noche de la fiesta, esa última noche en la que estuvo conmigo.
Trago grueso al volver a verla, lucía tan hermosa con ella.
Mi corazón se estruja ante los pensamientos que han regresado a torturarme. Mis teorías, unas absurdas y otras aterradoras, siguen poniéndome en conflicto respecto a lo ocurrido esa noche...
<<¡¿Acaso nada tiene sentido?!, ¡¿acaso todo esto es una broma absurda del destino?!, ¿quizá me he vuelto completa e irremediablemente loco de remate?
O quizá... apenas he despertado de ese sueño que no me abandonaba cada maldita noche antes...>>
"Giré para enterarme de lo que ocurría y ahí estaba... de nuevo... esa joven extraña con su cabello color negro reluciente hasta la cintura, cubriendo totalmente su rostro, saliendo detrás de ella dos enormes e imponentes alas que la asemejaban a un enorme ave gris."
Ella desapareció esa noche, hace dos meses, junto con Dorian, Jess... y junto con mi razón también. No dejó rastro alguno, ninguna pista de donde pudiese estar o alguna otra explicación del porqué decidió desaparecer así de Nueva York. Sospecho que también... se ha ido del país.
Su recuerdo en este lugar está comenzando a desvanecerse de la memoria de casi todos los chicos, es cómo si sólo hubiese estado aquí por un pequeño instante. Comienza a ser sólo un fantasma y su rastro se empieza a borrar cómo si nunca... hubiese estado aquí en realidad. Es extraña la manera en la que todos la han empezado a olvidar, después de todo el escándalo que hicieron antes por ella. Después de todo el protagonismo que le dieron por ciertas sospechas que tenían de su... tío, y del incendio que hubo en uno de los bosque de Beacon.
Es raro que ya ni se acuerden de ella.
Desgraciadamente... yo soy el único que aún vive de su imagen y de todo lo que respecta a ella. Jamás podría olvidar nada de ella. Cada segundo que estuvo aquí lo tengo perfectamente grabado en mi cabeza. Sigue más viva que nunca dentro de mí... en mi memoria, aún sigue siendo la protagonista de cada uno de mis pensamientos, los cuales aún me llenan de sentimientos y de sensaciones únicas... únicas sólo con ella, únicas sólo por ella y para ella.
Su imagen no puede dejar de acompañarme, su presencia se ha vuelto mi mas doliente anhelo y el sueño más imposible que tengo ahora porque... todo me pareció un sueño cuando estaba con ella, todo era demasiado bueno para ser verdad. Era una maravilla, de esas que sólo pueden presentarse en los sueños mas agradables y llenos de magia. Un sueño donde yo podía sentirme al fin seguro y fuerte para enfrentar a este raro aquí. Ella era ese refugio donde mis miles de miedos podían alejarse para dejarme apreciar su hermosa mirada celeste, triste e ingenua. Donde por fin podía sentirme completo de alguna manera, pero... he despertado quizá. He despertado sólo para hundirme mas en la confusión y para regresar al mismo infierno de antes. Ahora me siento más solo, no tengo la fuerza para asimilar aún ésto. Vuelvo a ese mundo lleno de interrogantes pintadas con el mismo suspenso que antes me atormentaba.
Esto no puede tratarse sólamente de crueles y absurdas pruebas del destino para hacer entrar en razón a un escéptico cómo yo, tampoco se puede tratar de trampas forzosas del mismo para abrirme los ojos y mostrarme todo eso que alguna vez me negué a creer. Hay algo más, siempre lo he sentido. Sé que siempre hubo algo detrás de todo esto. De ella...
Editado: 15.03.2023